La baja eficacia de las vacunas chinas revoluciona las redes sociales

Las declaraciones de un alto funcionario del sistema sanitario china sobre la pobre eficacia de sus vacunas se viralizan en las redes sociales

La preocupación por la eficacia de las vacunas contra el Covid-19 que desarrolla China continúa aumentando después de que un alto funcionario del sistema sanitario reconociera que el porcentaje de protección no es alto para, más tarde, retractarse de los comentarios.

George Fu Gao, director del Centro Chino para la Prevención y el Control de Enfermedades, señaló en un foro el pasado sábado que era necesario hacer algo para abordar la baja tasa de protección de las vacunas chinas, según recoge el medio local The Paper.

Las declaraciones se viralizaron en las redes sociales a lo largo del fin de semana, pero las publicaciones y los informes de los medios sobre los comentarios de Gao fueron rápidamente censurados o eliminados.

Gao dijo el domingo al periódico estatal Global Times que sus comentarios fueron malinterpretados y solo tenían la intención de sugerir formas de mejorar la eficacia de las vacunas.

Menor eficacia de Sinovac

Mientras tanto, un estudio publicado durante el fin de semana sobre la última fase de ensayos de la vacuna de Sinovac en Brasil confirmó las primeras revisiones de finales del año pasado, que arrojaron una eficacia de un poco más del 50%, un nivel que apenas cruza la marca de protección mínima requerida para las vacunas antiCovid por los principales reguladores de medicamentos.

Otros tratamientos contra el coronavirus desarrollados por empresas chinas han reportado una eficacia de entre el 66% y el 79% para prevenir el Covid sintomático, todo por debajo de la tasa de protección de más del 90% que se encuentra en las vacunas de ARNm desarrolladas por Pfizer y Moderna.

El reconocimiento público por parte de una voz autorizada de que las vacunas chinas pueden ser menos efectivas puede alimentar la duda ya generalizada sobre la vacunación entre la población china, muchos de los cuales ahora ven al Covid como una amenaza lejana, y siguen teniendo preocupaciones sobre las vacunas desarrolladas a nivel local.

China tiene como objetivo vacunar al 40% de su población, unos 560 millones de personas, para finales de junio, un ambicioso esfuerzo que requerirá que se mueva al doble del ritmo de los Estados Unidos.

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Llamamiento a la vacunación

En el foro sobre vacunas en la ciudad de Chengdu, Gao sugirió que el seguimiento de las vacunas con inyecciones de refuerzo adicionales y la mezcla de diferentes tipos de vacunas podría ayudar a abordar el problema de la eficacia, según apunta el Global Times.

También hizo un llamamiento a las personas para que se vacunen, diciendo que los beneficios superan con creces los riesgos. Los desarrolladores de vacunas chinos han sido criticados por su falta de transparencia y se han quedado rezagados en la publicación de datos de ensayos completos en revistas médicas.

 El estudio la última fase de ensayos de Sinovac se realizó tres meses después de sus primeras lecturas, mientras que la estatal Sinopharm aún no ha publicado los datos completos de los ensayos de fase III para sus dos vacunas, que utilizan virus inactivado.

Un estudio independiente de Sinovac con más de 10.000 voluntarios en Turquía elevó la eficacia de la vacuna al 83.5%, lo que generó aún más dudas.

La compañía ha dicho que las diferencias en la gravedad de los brotes, las distintas cepas de Covid en circulación y la definición mediante la cual se identifican los casos de virus en los estudios han contribuido a que se registren diferentes resultados en los distintos lugares de pruebas.

Una razón de la baja eficacia en el ensayo de Brasil, según los investigadores del estudio, fue que las dos dosis de la vacuna se administraron en un intervalo corto de 14 días.

Los investigadores observaron "una tendencia a una mayor eficacia" entre un número limitado de participantes que recibieron su segunda dosis a partir de los 21 días.

La carrera con los Estados Unidos

Pekín ya anda sobre la cuerda floja al tratar de mantener sus tasas de vacunación a la par con algunos otros países, especialmente con los Estados Unidos, para evitar una demora en el levantamiento de las restricciones fronterizas y reanudar los viajes internacionales.

Por temor a que un enfoque más duro pudiera generar una reacción violenta, los funcionarios hasta ahora se han abstenido de hacer que las vacunas sean obligatorias y se han pronunciado en contra de la inoculación forzada.

En cambio, los funcionarios han ofrecido recompensas y han ejercido presión de grupo entre los trabajadores del sector estatal masivo para aumentar significativamente las tasas de vacunación, y ahora están suministrando casi 4 millones de dosis al día frente al menos de 1 millón a principios de año.

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