La escalada de la prima de riesgo obligará al BCE a mandar un mensaje rotundo

La escalada de la prima de riesgo de España no se contiene a pesar de la intervención del BCE, lo que obligará a una intervención más contundente,

La prima de riesgo española vuelve a ser noticia. El riesgo país escaló hasta los 157 puntos básicos, situándose en niveles de junio de 2016.

Por su parte, el interés del bono español a largo plazo subió hasta el 1,14%, la rentabilidad más alta desde el pasado 18 de marzo, frente al 1% que marcó en la víspera.

Lo relevante es que es que esta escalada se produce cuando ya está en marcha el programa de compra de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE). Lo que obligará a una intervención más contundente para disipar las dudas de los inversores sobre la deuda de los periféricos. Especialmente si la situación macro empeora y hay una rebaja de las calificaciones.  

La institución aprobó el pasado 19 de marzo comprar hasta 750.000 millones de euros en deuda hasta diciembre.

¿Entonces qué significa ésta escalada?

Esta situación tiene una lectura negativa ya que a pesar de la intervención del organismo europeo los inversores señalan a España como uno de los países más afectados por la pandemia, que tendrá consecuencias nefastas en la economía.

La siguiente consecuencia es que aumenta las dudas sobre la capacidad de España de abonar su deuda, por lo que exigen diferenciales más altos para colocarla. Es decir, la intervención del BCE apenas contiene la deuda española porque pesa más el ánimo pesimista.

Esto se notó ya en las primeras subastas de letras celebradas tras la suspensión de las actividades no esenciales por parte del Gobierno.

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Y que se ratificó en la subasta del Tesoro Público que emitió 15.000 millones de euros en deuda sindicada a diez años con un interés 17 puntos básicos superior al del bono de referencia.

Precisamente sin la intervención del BCE, la escalada sería mayor, ya que el organismo actúa como garante para los inversores, que saben que si tienen alguna duda sobre un posible default de España podrán vender deuda española a la institución europea en el mercado secundario.

Problema de comunicación del BCE

La actual presidenta del BCE, Christine Lagarde, incurrió en un error de novata en la reunión de marzo. En dicho encuentro señaló que el organismo no estaba para cerrar los ‘spreads’ entre los distintos países europeos.

Algo que su antecesor Mario Draghi se había esforzado en hacerlo a lo largo de todo su mandado. Sus palabras contribuyeron a acelerar la caída de los mercados.

Sea como fuere, Lagarde aprendió de él y señaló que el BCE está preparado para actuar, es decir, entonó su propio “haré todo lo que sea necesario”.

¿Y en qué consistiría? Ante la escalada de la prima de riesgo española, sino también de los países periféricos el BCE podría aumentar la compra de deuda y así controlar los diferenciales.

Otra posibilidad que se baraja es que pueda comprar deuda con peor calificación, como bono basura para aliviar la presión de los países, especialmente, si se producen degradaciones de su rating por la crisis provocada por el coronavirus.

Lagarde dijo en su intervención en la asamblea virtual del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington que el BCE "explorará todas las opciones y todas las contingencias para apoyar la economía en este impacto".

"El Consejo de Gobierno está comprometido en hacer todo lo necesario dentro de su mandato para ayudar a la zona del euro en esta crisis", se mostró tajante Lagarde.

Las primas de los países periféricos también sufren

En la jornada de hoy también han aumentado las primas de riesgo de otros países europeos periféricos: la de Grecia ha pasado de 290 a 293 puntos básicos y la de Portugal, de 163 a 168 puntos básicos. Por el contrario, la de Italia ha bajado de 263 a 250 puntos básicos. 

Por su parte, el rendimiento del bono alemán -el considerado más seguro de Europa, y cuya diferencia con el español mide la prima de riesgo- ha terminado en el -0,41 % (-0,48 % ayer).

Niveles récord

La prima de riesgo fue un término usado durante la pasada crisis de deuda que azotó en la eurozona en 2012.

Los inversores exigían cada vez más a los países periféricos para colocar su deuda ante la posibilidad de que pudieran hacer default y tener que pedir un rescate.

De esta manera, en julio de 2012, la española alcanzó el récord de 650 puntos y obligó a intervenir al BCE.

“El haré todo lo que sea necesario y créanme será suficiente” que lanzó Draghi al mercado permitió el relajamiento de los diferenciales porque, por primera vez, se demostró la intención del BCE de intervenir.

En septiembre de ese mismo año, el BCE comenzó su programa de compras a razón de 80.000 millones de euros al mes, que mantuvo hasta finales de 2017.
 

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