La jubilación ya preocupa a partir de la quinta del 54
¿Qué puede hacer si a sus 57 años su empresa le invita a pre-jubilarse de aquí a finales de año?[…]
¿Qué puede hacer si a sus 57 años su empresa le invita a pre-jubilarse de aquí a finales de año? ¿Asume el riesgo? ¿Merece la pena anticiparse con la nueva legislación? Antes de que finalice 2011, muchas compañías aprovechan para liquidar la parte de su plantilla con la que ya no se quiere contar por la carga económica que supone, alegando crisis económica. Por eso, no escogemos a la quinta de 1954 al azar. Se trata de la primera generación de trabajadores que se enfrentan, en parte, al nuevo sistema de pensiones públicas tras la reforma aprobada en agosto.
Estos ciudadanos deberían jubilarse allá por 2019 (con 65 años), pero las argucias empresariales y una Administración que mira hacia otro lado les ponen en bandeja una navaja de doble filo. Es a ésa generación de trabajadores a quienes se les puede ofrecer antes de fin de año un despido aparentemente improcedente; el cobro de la prestación por desempleo (hasta 2013); el posterior abono de la ayuda para mayores de 52 años que hayan agotado el paro (hasta 2015); y la jubilación efectiva, con 61 años a sus espaldas, justo la nueva edad legal en la que un trabajador puede anticipar su edad de oro por causa de "crisis empresariales".
Hasta el año pasado, quienes se acogían a este sistema tenían asegurado su retiro en las condiciones sociales existentes previamente. Pero en esta ocasión existe una reforma de por medio. En principio, habría que explicar que, con la ley en la mano, cualquier ciudadano de la quinta del 54, o posteriores generaciones, a quienes se les plantee esta situación, se podrá jubilar, pero:
-Dejarán de percibir un 26% de su pensión por jubilarse anticipadamente;
-Tendrán que haber cotizado, a finales de 2015, 38 años y seis meses (tranquilo, es su empresa la que "cotiza" por usted mientras cobre el paro y las ayudas por desempleo).
Esta disyuntiva pone en la diana a los verdaderos perjudicados por la reforma de las pensiones. No preocupa a quienes ahora tienen 20, 30 ó 40 años, como se dijo en un primer momento. Porque, posiblemente, para cuando esos ciudadanos se jubilen, el sistema de prestaciones sociales habrá cambiado radicalmente con respecto al actual.
Preocupa, por contradictorio que pudiera parecer, a quienes más cerca de la jubilación se encuentran. Esto es, a los ciudadanos que ahora tienen entre 52 y 63 años, porque son esas generaciones las que, en los próximos años, tendrán que enfrentarse al dilema de una pre-jubilación cada vez menos atractiva. Por debajo de los 52 años, la reforma será total y ya tendrán tiempo de concienciarse de cómo será su futura pensión.