La producción industrial en Europa hace aguas
Los últimos datos industriales de España, Alemania y Francia han sido peores de lo esperado. La salud económica de la eurozona, en 'stand by'
La producción industrial de España y de los otros dos grandes países europeos, Alemania y Francia, hace aguas.
El índice español registró una caída del 1,4% en diciembre en tasa intermensual, lo que supone 2,2 puntos inferior a la observada en noviembre, cuando se situó en el 2,2%. Además, el dato es peor que el consenso de analistas de Bloomberg, que esperaba una cifra del 0,9%.
Aunque es cierto que si se tienen en cuenta los efectos desestacionalizados, la producción industrial creció en diciembre un 0,6%.
En el acumulado del año creció un 0,6%. No obstante, se trata de la cifra más baja desde el 2013 (lleva seis años creciendo).
Tampoco ha sido bueno el dato interanual. El índice de producción industrial corregido de efectos estacionales y de calendario presenta en diciembre una variación del 0,8% respecto al mismo mes del año anterior. La tasa es 0,8 puntos inferior a la registrada en noviembre (1,6%) interanual y también está por debajo de las estimaciones, que establecían una cifra del 2%.
Los indicadores de Francia y Alemania tampoco han sido buenos. En el país galo, el dato ha sido del -2,8% en diciembre, cuando se esperaba un -0,3%, mientras que en Alemania se ha hundido hasta el -3,5%, cuando se estimaba un -0,2%, es la mayor caídas desde 2009.
La salud económica, en stand by
La producción industrial marca la salud de la economía y, por tanto, influirá en la evolución de los mercados.
Un buen dato de este indicador permitirá anticipar un buen dato del PIB. Así, esta cifra confirma lo que ya se sabe: que la economía española sigue creciendo, pero lo hace a un menor ritmo que años anteriores. Así, cerró el 2019 en el 1,9%, por debajo de la barrera psicológica del 2%, en el que se había instalado desde el 2014.
Lo mismo pasa con el resto de países europeos y anticipa crecimientos modestos en los próximos trimestres.
La guerra comercial entre los Estados Unidos y China ha generado una incertidumbre con consecuencias negativas para la economía de toda la eurozona, como el Banco Central Europeo (BCE) no se ha cansado de repetir.
A lo que se unió todas las incertidumbres generadas por el Brexit, que han golpeado fundamentalmente las exportaciones alemanas y ha metido en recesión a la industria de la locomotora europea.
Como consecuencia de esta situación, el BCE se vio obligado a combatir esta moderación a aprobar un nuevo paquete de medidas de estímulo.
Para este año, la principal amenaza, como señaló la presidenta del organismo, Christine Lagarde, es la incertidumbre motivada por el coronavirus, que también tendrá consecuencias en el índice y en el crecimiento a corto plazo, aunque Lagarde insistió que no afectará a sus previsiones anuales.
Aún así, las previsiones ponen, de nuevo, el foco en las exportaciones.