Los ases que Trump guarda bajo la manga para enfadar a los mercados

El presidente todavía tiene diez semanas para provocar algún incendio en China y Europa

La presidencia más controvertida en la historia reciente de Estados Unidos está a punto de llegar a su fin pero nadie debe subestimar el poder del todavía presidente Donald Trump para desestabilizar a los mercados en el tiempo que queda hasta el 20 de enero. Al fin y al cabo, quedan aún 10 semanas.

En Estados Unidos, se llama “lame-duck” (o “pato cojo”) a los presidentes que están en la fase final de su mandato y carecen ya de tiempo para poner en marcha medidas de calado.

Sin embargo, el feed de Twitter de Trump puede darnos aún algunas sorpresas antes de perder gran parte de su capacidad para determinar el rumbo de los mercados, el 20 de enero.

Sin rastro de cortesía

Además, Trump ha demostrado que la “cortesía” que se espera de la mayoría de los presidentes de no adoptar decisiones de relevancia en esta fase final de la presidencia no es para él.  Trump quiere influir y marcar el rumbo del país hasta el último segundo. No va a soltar el poder así de fácil.

Así fue cuando designó a la jueza conservadora Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo, pocas semanas antes de las elecciones (un derecho que Barack Obama descartó utilizar por la proximidad de los comicios, cuando tuvo la oportunidad).

Y así ha sido también con el despido de su secretario de Defensa y jefe del Pentágono, Mark Esper, ya después de las presidenciales, en un movimiento que ha sido interpretado como una maniobra para colocar a leales al frente de las principales instituciones ante la batalla judicial que ha amenazado con desatar.

El conflicto con China, la disputa comercial con Europa y la fecha límite para los fondos del Gobierno, en diciembre próximo, son algunos de los posibles temas sobre los que podría incidir el presidente.

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El propio secretario de Estado, Michael Pompeo, dijo esta semana que la Administración Trump “no ha terminado de ser dura con China”.

Y la cuestión es que no necesita pasar por el Congreso para bajar o subir un buen número de impuestos sobre bienes chinos, un tema que ha venido desestabilizando a los inversores de manera consistente durante los últimos años.

¿Prohibir a las compañías chinas cotizar en Wall Street?

Otra opción que podría barajar el presidente es cristalizar una idea con la que ha venido coqueteando: prohibir a las compañías chinas que coticen en Wall Street (muchas de ellas como el propio gigante Alibaba lo hacen).

Una señal de que los tiros podrían ir en dirección de China se ha producido esta misma semana cuando el Gobierno ha impuesto sanciones a cuatro funcionarios chinos más, acusados de deteriorar la autonomía de Hong Kong.

Asimismo, este martes comenzaron a aplicarse 4.000 millones de aranceles sobre las importaciones europeas dentro del conflicto que enfrenta a Estados Unidos y Europa por las ayudas a Airbus y Boeing.   

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