Los dos compromisos que debe asumir Rajoy ante los Presupuestos
La de esta Semana Santa será, sin duda, una "semana de pasión" para muchos españoles tras conocer las muchas sorpresas[…]
La de esta Semana Santa será, sin duda, una "semana de pasión" para muchos españoles tras conocer las muchas sorpresas que depara el Proyecto de Ley de Presupuestos del Estado para 2012. Demandado con urgencia por la Unión Europea y por todos los expertos económicos, este proyecto de Ley ha tenido que esperar a la celebración de las elecciones en Andalucía para ser publicado. Serán, sin duda, los Presupuestos más duros de la democracia ante la necesidad de reducir de forma drástica el déficit público, situado a finales de año por encima del 8,5 por ciento, que no debería sumar el 5,3 por ciento.
Ante la trascendencia de esta Ley de Presupuestos, el presidente de Gobierno debería tomar mayor protagonismo que el asumido en la presentación pública de otras reformas como la Laboral. En concreto debería asumir dos grandes compromisos:
1.-Son muchos los responsables políticos, muchos de ellos del entorno del propio Partido Popular, y también muchos expertos económicos los que consideran que Mariano Rajoy debe asumir el papel de vicepresidente económico que se reservó para sí mismo, según sus propias palabras, al presentar el Gobierno.
Sólo el presidente de Gobierno, por mucho que ello pueda suponer un coste para su imagen, puede dirigirse de manera directa a la población y, especialmente a algún sector como el de los funcionarios para explicarles y pedir el esfuerzo que suponen las medidas contenidas en la Ley de Presupuestos. Un presidente que ha llegado al Gobierno con mayoría absoluta puede permitirse lo que más difícilmente podría hacer quien llegara con minoría. Y hasta Mariano Rajoy ha permanecido en un segundo plano en los momentos decisivos.
2.- Mariano Rajoy debe comprometerse a algo más ante la magnitud del esfuerzo que va a solicitar. Dado que el control del déficit es la causa principal por la que estos presupuestos contienen una especial dureza, debería compartir el compromiso de hacer un seguimiento trimestral de la evolución del déficit público. A través de tal seguimiento, los ciudadanos podrán ir asumiendo el sentido que tiene el sacrificio que se va a solicitar.