Ola de robos en Primark Gran Vía: las prendas no llevan alarmas
La tienda se ha convertido en el punto con más hurtos (a clientes y de las propias prendas) del distrito de Centro, al menos en lo que a establecimientos comerciales se refiere. Primark no ha hecho nada de lo que prometía para mejorar la seguridad. Tiene unas deficiencias de seguridad mínimas que no cubren. Por ejemplo, no tienen alarmas en las prendas. Valen más esas alarmas que los propios productos.
La Policía Nacional está más que harta de la dejadez que muestran los responsables del Primark de Gran Vía ante la oleada de robos que se producen en el interior de la macrotienda. Son ya numerosas las conversaciones y requerimientos que los agentes de la comisaría de Centro han realizado a los encargados del establecimiento: no es posible que, por la inoperancia en materia de vigilancia de la empresa, se tengan que destinar medios públicos policiales a ese enclave, lo que puede repercutir en atender otras demandas ciudadanas en este complicadísimo distrito. «El déficit de seguridad privada es enorme, y eso no puede ser», indican fuentes consultadas por ABC.
Las respuestas de la multinacional irlandesa son siempre buenas palabras e intenciones; pero no cristalizan en medidas. Un ejemplo: en el Primark de Gran Vía, el mayor de España, hay solo un guardia privado por planta, más los que se dedican a controlar las cámaras de seguridad. Yel comercio cuenta con cinco pisos.
El hartazgo policial es mayúsculo, máxime cuando esta problemática comenzó desde la inauguración, a bombo y platillo, de la tienda de Gran Vía, el pasado 15 de octubre. Ya en diciembre, en plena campaña de Navidad, ABC daba cuenta de esta oleada de carteristas «low cost». Pero desde entonces hasta ahora, y pese a las promesas de los encargados de seguridad del centro comercial, nada ha cambiado.
En concreto, se denuncian, solo producidos en ese Primark, unos 270 hurtos o robos en la comisaría de Leganitos al mes. Dos centenares, aproximadamente, se corresponden a sustracciones de prendas o complementos puestos a la venta. El resto, unas 70, a la acción de carteristas sobre clientes. Raro es el día que la tienda no está llena hasta los topes.
«Se ha convertido en el punto con más hurtos del distrito de Centro, al menos en lo que a establecimientos comerciales se refiere. Las cosas siguen mal, lo cual significa que Primark no ha hecho nada de lo que prometía al respecto. Tiene unas deficiencias de seguridad mínimas que no cubren. Por ejemplo, no tienen alarmas en las prendas. Valen más esas alarmas que los propios productos», se queja otra fuente policial.
«¿Quién se viene a robar»?
La situación es tan «kafkiana», que existen foros de internet y grupos de WhatsApp para robar en el establecimiento. El truco más común es comprar un producto mínimo, por ejemplo unos calcetines, y utilizar esa misma bolsa de la tienda para meter otras prendas, a sabiendas de que no van a «pitar» al salir.