La entrada del petróleo en precios negativos reaviva el fantasma de la deflación en los bancos centrales, que tienen que impulsar el crecimiento económico dañado por el coronavirus
El banco malo se haría cargo de los préstamos morosos que quedaron de la crisis financiera de 2008, así como de la nueva oleada esperada de deuda tóxica provocada por las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus.