¿Por qué les gusta a los políticos europeos el funambulismo?
Funámbulo es "aquel acróbata que realiza ejercicios sobre la cuerda floja o el alambre". Igual que los políticos europeos, a los que le gusta asomarse al precipicio para luego, muy lentamente y con la mayor dificultad posible, ir superando las dificultades.
Nuestros políticos europeos están a punto de realizar su último ejercicio de funambulismo. Demandados por los mercados y por las principales instituciones económicas, los jefes de gobierno de los países europeos harán público el acuerdo alcanzado para hacer frente a la presión que sufre el euro y la Deuda de algunos países, entre ellos España. Lo van a hacer tras el encuentro previo que celebraron la canciller Merkel con el presidente Sarkozy, y después de reunirse un fin de semana y de tener a sus técnicos tratando de pergeñar una serie de acuerdos que tranquilicen a los mercados. En medio, se acordó suspenderla reunión de ministros de economía de todos los países, solicitada por los diez estados que no son de la zona euro. ¿Conseguirán tranquilizar a los mercados?
Tal parece que van a salvar, una vez más, el compromiso político anunciando algunos acuerdos, entre ellos sobre Grecia (en el que Francia y Alemania habrían salvado sus diferencias) y remitiendo a intenciones al abordar el resto de los grandes temas que preocupan a los mercados. Porque las soluciones para esos grandes temas pasan por llegar a un acuerdo en la reforma de los tratados europeos y ahí han encallado las negociaciones. Habrán hecho, por tanto, sus deberes a medias, dejando una parte de esa responsabilidad para la reunión del G-20 del próximo fin de semana. Una vez más, se trata de eludir las responsabilidades de las decisiones, probablemente para evitar (especialmente la canciller Merkel) que puedan ser señalados por sus ciudadanos como los responsables de hacer concesiones costosas a sus bolsillos para la salvación o rescate de otros países que fueron imprudentes en su gestión económica. Una decisión del G-20 siempre suena de otra manera.
Esto significa que la solución de los problema financieros de la Unión Europea "va para largo" y que, cualquiera que sea la respuesta de los mercados a partir del jueves, la volatilidad va a continuar. El ritmo lo siguen marcando los políticos y ya se sabe que son lentos y... les gusta el funambulismo.