¿Qué es un ‘business angel’? Los cinco rasgos que los caracterizan
Más allá de la rentabilidad económica, los 'business angel' juegan un papel crucial para dinamizar la economía
Cuando el gigante Ebay compró Ticketbits en 2016 por 165 millones de euros, Eneko Knorr confiesa que sintió “una gran ilusión”. No ya por haber multiplicado por 40 su inversión inicial en solo seis años, sino por la satisfacción de haber creado prosperidad y puestos de trabajo.
La operación fue uno de los grandes éxitos de Knorr como ‘business angel’, su carta de presentación para nuevos negocios de éxito, como Habitissimo o Petcoach. Ahora, Knorr es un referente global en el mundo de la inversión.
Más allá del dinero, “apuestas por ideas que tienen un gran riesgo pero cuando ves que al cabo de unos años, la empresa tiene decenas de empleados y cientos de millones de facturación”, todo compensa, explica Knorr a finanzas.com.
Su actividad, como la de otros muchos inversores ángel, es fundamental para expandir y engarzar la actividad tecnológica en el corazón de la economía real. Sin ellos, muchos proyectos se quedarían en el tintero.
El concepto de ‘business angel’ está muy ligado a las startup
Un ‘business angel’ es un inversor privado que invierte en empresas incipientes, compañías emergentes también conocidas normalmente como ‘startup’ cuyo ecosistema natural suele ser el sector tecnológico, aunque no siempre.
Compañías del sector salud, desarrolladores de software, biotecnológicas o empresas ‘fintech’ son los sectores que despiertan más interés entre estos inversores, según datos de AEBAN, la Asociación Española de Business Angels.
Juegan un papel intermedio entre el capital semilla, que es el que aportan los emprendedores y su entorno más próximo para arrancar la empresa, y los fondos de capital riesgo, que suelen entrar en etapas más avanzadas del negocio.
Como todos los inversores, los ‘business angels’ buscan retornos económicos pero también se suelen mover por otros incentivos que a veces son mucho más importantes. Las diferencias con los inversores tradicionales son marcadas, y al menos hay cinco rasgos que los caracterizan.
1.- Profundo conocimiento del sector
Los ‘business angels’ suelen ser directivos que conocen muy bien el sector porque han trabajado en él. Poco a poco se van introduciendo y terminar por invertir. “Lo típico es alguien que tiene su dedicación y busca invertir en startups”, asegura Knorr.
De hecho, casi no podría ser de otra forma. Estos inversores “están muy cerca de dónde está invirtiendo, o bien ha sido emprendedores o está muy metidos y terminan invirtiendo porque les gusta el proyecto y creen en su éxito”, dice Jesús Pérez, inversor y director de Digital Assets Institute.
En cierta forma, acaban financiando a otros porque han tenido éxito y eso les ha permitido acumular algo de capital, aunque tampoco mucho porque la inversión media oscila entre los 5.000 y los 25.000 euros.
Además, aprovechan su red de contactos un networking valioso con el que acceden a las buenas ideas que buscan financiación.
2.- Instinto para los negocios
Otro rasgo que define a estos inversores es su capacidad para detectar buenas inversiones de un plumazo. Es necesario. A veces, hay muchas ideas sobre la mesa y poco tiempo para analizarlas.
“Invertimos en fase muy incipientes en las que tienes que creerte lo que te están contando, lo que sí depende de una especie de sexto sentido para acertar”, reconoce Knorr.
Es cierto que tienen distintos criterios para detectar si un proyecto puede estar bien, pero al final, es el instinto el que manda, el método de prueba y error. “Vamos aprendiendo sobre la marcha y a trompicones”, apunta Knorr.
3.- Apetito por el riesgo
Precisamente por esto, los ‘business angels’ son inversores que demuestran un elevado grado de apetito por el riesgo. Es lo habitual, allí donde los bancos tradicionales han cerrado el grifo del crédito, ellos exponen su capital e impulsan el negocio.
“Nos la jugamos, es una inversión en la que puedes multiplicar tu capital o se puede ir a cero”, reconoce Knorr. Precisamente esto es lo que suele echar atrás a los inversores tradicionales, la posibilidad de llegar a perder todo su dinero.
También es cierto que los inversores ángel tienen un perfil de más riesgo y porque poseen la capacidad para decidir por su cuenta si hacen la inversión. Y saben lo que tienen entre manos. “Asumen más riesgos porque conocen mejor en lo que está invirtiendo”, recalca Pérez.
4.- Paciencia
Si algo caracteriza a la inversión en startup es la falta de liquidez. Se tarda tiempo en recuperar la inversión. “Yo invertí en Ticketbits y desde que empecé hasta que se vendió a ebay pasaron siete u ocho años”, recuerda Knorr.
Por eso, estos ejecutivos tienen que ser pacientes y tener en cuenta que trabajan con inversiones a muy largo plazo, pero encima con la desventaja de que si necesitas el dinero, apenas hay liquidez.
A veces puedes vender en una especie de mercado secundario pero son inversiones muy ilíquidas que difícilmente encuentran una salida anticipada.
5.- Motivación más allá del dinero
Finalmente, existe en los ‘business angel’ un rasgo común que los define a todos por igual, la motivación. La mayoría son profesionales experimentados que no tendrían necesidad de comenzar en este negocio a no ser que algún proyecto les motive de verdad.
“Muchas veces empezamos en esto por ayudar a un emprendedor, aún cuando también pueda ser una buena forma de inversión”, explica Knorr. De hecho, “pensamos que la compañía es interesante y entramos por ayudar y aprender con ellos”, apostilla.
Eso no significa que se impliquen en el día a día de la empresa a la que financian. Es más, lo normal es que no hagan nunca. Su labor se asemeja más a la de un mentor.
Lo sabe bien Jesús Pérez, cuando define a Knorr con apenas una frase. “Es muy cercano y ayuda mucho en los proyectos”. Cuestión de motivación.