Qué hacer para no caer en un plan de pensiones caro y poco rentable

Los planes de pensiones españoles se encuentran entre los menos rentables y los más costosos por comisiones de la OCDE. Pero hay maneras de encontrar buenos productos: siguiendo los consejos de los analistas que hemos consultado.

La industria de los planes de pensiones no atraviesa un buen momento. Los jubilados españoles se han echado a la calle para conseguir no sólo ligar definitivamente la revalorización de las pensiones públicas al IPC, sino también acabar con el factor de sostenibilidad de acuerdo con el cual las jubilaciones iniciales de quienes comiencen a retirarse en los próximos años irán reduciéndose hasta mermar en un 30 por ciento en los treinta próximos años. Los jubilados españoles, con sus protestas, buscan que el sistema público sea suficiente, lo que deja un hueco quizás más escaso del que pensaba y deseaba el sistema privado que también había peleado lo suyo por sus fueros, aunque, quizás, no lo suficiente por dar unos buenos resultados. El rendimiento medio de estos productos en los últimos doce meses es de apenas un 0,19 por ciento, lo que no llega, y por mucho, a cubrir ni la inflación. Y si se comparan los productos españoles con los de otros países salen mal parados: no sólo son menos rentables (en 2016 rindieron un 1 por ciento, de media, frente al 3 por ciento del conjunto de la OCDE), sino que además son más caros, soportan más comisiones. 

Ello provoca que la contratación de planes de pensiones en España siga siendo muy reducida. «En España los ahorradores se sienten más cómodos invirtiendo en ladrillo o en depósitos con el objetivo de crear un patrimonio para su jubilación, pero la realidad es que el vehículo más eficiente fiscalmente son los planes de pensiones. Pero si realmente su fiscalidad es tan atractiva, ¿por qué su uso no lo es tanto?», plantea Carlos Farrás, de DPM Finanzas, que contesta dando diferentes razones: «A los ahorradores les cuesta invertir en algo de lo que no podrán disponer hasta su jubilación (y eso que la nueva normativa permite su rescate a partir del décimo año); son productos caros en términos de gastos (a pesar de que el ministerio de Economía ha rebajado las comisiones máximas que se pueden cobrar en los mismos); es un producto muy bancarizado y no hay tanta competencia como en otros instrumentos (fondos de inversión, ETFs, etc); y los resultados han sido pobres en general». 

Aunque el sistema de previsión privado también se enfrenta, como la propia Seguridad Social, al problema de los bajos salarios y a las dificultades de la mayor parte de la gente para ahorrar.

Pero, sin duda, una parte de la población española tiene capacidad de ahorro. Además, desea mantener el nivel de vida del que disfruta durante su época activa, en la que cuenta, posiblemente, con rentas del trabajo muy superiores a la que marca la pensión máxima, que en 2018 se encuentra en los 2.580 euros mensuales. Para estos ahorradores no cabe resignarse y contratar el primer plan de pensiones que le ofrezcan en su oficina bancaria pensando que, al fin y al cabo, todos son malos y todos cuentan con la ventaja de un favorable tratamiento fiscal, cuestión esta última que continúa siendo la principal razón por la que alguien contrata un producto de ahorro para la jubilación. Las rentabilidades medias, como siempre que se habla de medias, no hacen justicia a los buenos productos, que los hay. Por lo tanto, si está atrapado en un plan que no le gusta, no está condenado a estar con él de por vida. Puede buscar otro y traspasar su dinero porque, como también ocurre con los fondos de inversión, irse de un plan a otro no tributa. Un puñado de expertos comparten con los lectores de INVERSIÓN & Finanzas.com sus consejos para escoger los mejores productos y proponen algunos nombres concretos como recomendaciones.

Fernando Luque, de Morningstar, sintetiza así sus recomendaciones para la elección de un plan de pensiones: «Primero, hay que tener claro el tipo de plan en el que uno quiere o puede invertir, en función del nivel de riesgo, evidentemente, pero sobre todo en función del horizonte temporal (cuanto mayor tiempo disponga uno, más riesgo puede asumir). Una vez que hayamos elegido el tipo de plan o tipos de planes (uno puede combinar varios), el elemento más importante son los costes. Hay que elegir productos baratos (que los hay), ya que a largo plazo los costes no sólo tienen un impacto en la rentabilidad final, sino que es claramente el elemento que más predice la rentabilidad futura». 

Analizar muy bien cada producto

Paula Mercado, de VDOS, apunta otros consejos: el inversor debe marcarse un objetivo a alcanzar, según la cantidad que pueda necesitar al jubilarse, de acuerdo con la parte de sus ingresos que pueda asignar a ese objetivo y en función de su perfil de riesgo, estableciendo una cantidad fija de aportaciones frecuentes. También tiene que fijarse en datos concretos de los planes de pensiones que se escojan, como el patrimonio total que gestionan o la rentabilidad que han obtenido en un periodo largo: «Un patrimonio en torno a los tres millones de euros podría indicar que no ha tenido mucha aceptación entre los inversores. La evolución del plan por rentabilidad es clave para decidirse a invertir en uno u otro; si fuera posible, lo ideal sería conocer su evolución durante un periodo igual al que esperamos invertir o por encima de los diez años de historia. Esta evolución habría que compararla con la de la media de su categoría». En cuanto a las comisiones, Mercado advierte: «No hay que olvidar que la valoración diaria del plan es neta de comisiones, por lo que cuanto menores sean, mejor será el dato de rentabilidad que perciba el partícipe. Normalmente, un plan de pensiones de renta variable aplicará comisiones más altas, ya que exige un mayor nivel de actividad por parte del gestor, que uno de renta fija». Y respecto a los regalos: «En muchas ocasiones enmascaran planes con una gestión mediocre o con comisiones altas, exigiendo además un compromiso de permanencia, con lo que nos podemos ver atrapados en un plan que apenas ofrece rentabilidad o va reduciendo su valor lentamente». 

Carlos Farrás añade otros consejos: «En primer lugar, no debemos dejarnos llevar por las campañas de traspasos, las cacerolas o las televisiones. Lo importante no es la bonificación, sino el retorno esperado a largo plazo en la inversión. Dado que es una inversión a largo plazo, su perfil de riesgo debería ser superior al de las inversiones que podemos necesitar hacer líquidas por cualquier necesidad. Es importante que sea un plan diversificado en activos, geografías y riesgos y que cuente con una gestión activa efectiva en la búsqueda de generación de retornos a largo plazo, para lo que hay que analizar su histórico y ver su comportamiento a largo plazo. Por último, sus costes de gestión y custodia han de ser razonables». 

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El estratega de inversiones Víctor Alvargonzález, por su parte, centra sus consejos en que hay que vigilar la composición de los planes de pensiones, sobre todo de los de renta fija y especialmente en lo que tiene que ver con la duración. Explica cómo en los últimos treinta años la evolución de los precios de los bonos y de sus tipos de interés ha beneficiado a los tenedores de estos activos, entre los cuales siempre han destacado tanto las aseguradoras como los gestores de planes de pensiones. Hasta ahora, afirma Alvargonzález, por mal que lo hiciera el gestor de un fondo de renta fija, el mercado le acompañaba, era su aliado. Pero esta tendencia se ha terminado, con el fin, además, de la llamada «represión financiera» o la política de expansión monetaria y tipos bajos de los bancos centrales. La medida urgente, por tanto, según Alvargonzález, no es mirar en qué entidad estar, sino que los productos estén bien compuestos. Y, en renta fija, aconseja no estar en duraciones más allá de los tres años. «Hay que evitar los planes de pensiones de renta fija a largo plazo. No me importa de qué entidad sean. Hay que cambiarlos por productos que inviertan en deuda a corto plazo», insiste Alvargonzález. En segundo lugar, aconseja que la renta fija en la que el producto esté invertido no sea estadounidense, salvo que sea de corto plazo. «Los bonos europeos aún cuentan con algo de vacuna, porque aquí la inflación es más baja», señala. Cree que los inversores se han de informar de lo que tiene su plan porque muchas veces la gestión no toma las medidas de precaución idóneas. Asimismo, aunque muchos asesores confían en productos que recurrentemente se han comportado bien, Alvargonzález señala que haberlo hecho muy bien en los últimos años puede ser indicador de que puede ser más tendente a sufrir descensos en lo sucesivo. 

Asimismo, avisa de que ante los bajos tipos de interés de los últimos años, muchos gestores han ido a buscar rentabilidad a los países emergentes, clase de activo que desaconseja por el riesgo que presenta ante la apreciación del dólar y la subida de los tipos del Tesoro americano. 

Alvargonzález también cree que hay que meter algo de riesgo en el ahorro para la jubilación, con, por ejemplo, un producto mixto de renta fija, dado que la bolsa es la que va a proporcionar rentabilidad y ahora mismo puede no ser un mal momento para entrar, puesto que ya ha corregido. Dependiendo del perfil, apunta Alvargonzález, se puede tener en cartera entre un 20 y un 30 por ciento de la inversión en bolsa.

En todo caso, según Alvargonzález, si hubiera buena gestión y buen asesoramiento, las comisiones no serían el principal problema de estos productos. 

¿Ahora más conservadores?

Farrás apunta que en estas circunstancias, teniendo en cuenta las valoraciones exigentes de la bolsa y de la renta fija, aconsejaría una posición más conservadora. Así, en renta fija, dado que los tipos de interés están muy bajos o incluso en negativo, evitaría escoger planes de pensiones de renta fija a largo plazo, dado que la rentabilidad no es muy atractiva y cualquier aumento de la curva de tipos de interés puede hacer que el plan sufra caídas importantes en el corto plazo. Así, ahora a su firma le parecen interesantes los PPA con rentabilidad y capital garantizado ya que ofrecen rentabilidades razonables, en un entorno en el que el tipo español a diez años da un 1,4 por ciento. Por ejemplo, el PPA Mutua y el PPA CNP. Otro de los planes que le gustan en renta fija es el Renta 4 Renta Fija PP, debido a su consistencia en los retornos y por tener una baja duración en la cartera, de entre uno y tres años. Dentro de la renta variable, actualmente, se inclina por gestoras independientes con planes de pensiones que invierten bajo una filosofía 'value', ya que tras unos años en los que las compañías de crecimiento se han comportado mucho mejor, prefiere centrarse en compañías de valor, bien gestionadas y con valoraciones atractivas. Los productos por los que apuesta son: Magallanes Acciones Europeas, azValor Global Value, Bestinver Global y Cobas Global. 

Diego González, de Bull4All, incide en los costes: los planes de pensiones con menores costes tienen una mejor rentabilidad; uno de los mejores predictores de la rentabilidad futura de un plan reside en sus comisiones. González señala que las comisiones son en algunos casos desproporcionadas en los planes de pensiones, debido a la relativa escasa oferta que hay (apenas se cuenta con poco más de mil planes de pensiones individuales en España, frente a los más de 2.300 fondos de inversión), a la escasa cultura financiera existente y a que los clientes están cautivos en muchos casos. Bien es verdad que González también señala que muchas veces conviene pagar una comisión algo más alta a cambio de una gestión verdaderamente activa. En segundo lugar, González señala que suele ver atractivo en los productos de gestoras como Mutua, Aviva o Dunas, que tienen buenos fondos de inversión y que replican su estrategia en los productos de ahorro previsión. 

En este sentido, para un perfil de riesgo alto, González se queda con el Metavalor Pensiones, que invierte en empresas de pequeña capitalización, que a largo plazo son más rentables que las grandes empresas. «Para un inversor en planes, ya por definición a largo plazo, ésta debería ser una de las clases de activo donde más invierta. Además, la gestión de Metavalor está a la altura en términos de 'performance' demostrado. Muestra, pues, una buena combinación entre equipo gestor y clase de activo». Para un perfil de riesgo medio, González apuesta por el Dunas Flexible: «Es un mixto realmente flexible y con estrategias de retorno absoluto. Nos permite generar rentabilidad con preservación de capital. El equipo que está al frente es el antiguo equipo de Aviva». Por último, para un inversor más conservador, un producto con riesgo bajo sería el Mutuafondo PP: «Es un fondo de pensiones conservador con un mandato de retorno absoluto que ha conseguido en periodos de diez y cinco años un tres por ciento anualizado. En la actualidad, los planes con el mismo perfil de riesgo acaban invirtiendo en Letras del Tesoro de países europeos, lo que a día de hoy, a priori, tiene poco sentido como inversión. Mutuafondo me permite con un perfil defensivo arañar rentabilidad en un contexto en el que la renta fija de gobiernos poco nos puede ofrecer», concluye González. 

Más enfocado al producto, Antonio Castilla, de Conecta Capital, explica: «La mejor manera de seleccionar un plan de pensiones es teniendo en consideración la flexibilidad en la política de inversión del gestor. La composición de cartera, la tolerancia al riesgo, así como las comisiones se hace fundamental para tomar las decisiones en la selección del plan de pensiones. La observación de rentabilidad histórica y los cuartiles en los que se encuentra nos pueden aportar una idea aproximada de la gestión activa del equipo gestor». 

Planes con consistencia

Los productos seleccionados por Conecta Capital son, en primer lugar, el Seci Selección Gestoras, un plan de pensiones de renta fija mixta internacional para clientes de perfil conservador que buscan la preservación de su patrimonio con apreciación del capital para cubrir la inflación. Su rentabilidad acumulada desde la creación del plan, en septiembre de 2011 es de un 21,07 por ciento y la TAE media desde la creación, del 3,07 por ciento. «En subidas de mercado busca participar de las mismas (siendo conscientes de que la beta es baja) pero limitar y controlar de manera importante las caídas (2015 fue un claro ejemplo de ello) y el 74 por ciento de los meses en positivo lo corroboran», argumenta Castilla. Asimismo, el porcentaje de días en negativo es de los más bajos dentro de su categoría y en caídas máximas y volatilidad, también es de los más destacados.
Asimismo, Castilla apuesta por el Mapfre Jubilación Activa, que tiene el atractivo de estar gestionado por Carmignac, replicando en su cartera y estrategia de inversión su fondo más representativo, el Carmignac Patrimonie. «Su estructura de mixto flexible aporta un dinamismo que a otros planes de pensiones les resulta difícil replicar», apunta Castilla. 

El tercer plan por el que apuestan en Conecta Capital es el Gesconsult Ahorro Pensiones, que es un fondo de pensiones mixto de renta fija de la zona euro. Y lo que destaca de este producto es el equipo gestor, así como la rentabilidad obtenida con una volatilidad y riesgo controlados. 

Otros planes de pensiones que Antonio Castilla considera interesantes para un perfil de riesgo elevado serían el Agrupación Futura y el BBVA Telecomunicaciones. 

José María Luna, de Profim, explica que, para escoger un plan de pensiones, el producto seleccionado se tiene que adaptar a la coyuntura económica y financiera de cada momento: «Es fundamental que la selección de planes no sólo sea personalizada sino también requiere una labor continuada de seguimiento continuado de los mismos». Como apuntan desde Feelcapital, «hay que hacer un seguimiento constante para que no pensemos sólo en la fiscalidad y sí en el rendimiento del plan. Y si no es rentable, cambiarlo sin esperar a que te lo diga el comercializador del plan porque ese momento muchas veces no llega». Y Luna añade: «Es preciso que además, dentro de la oferta de planes existentes, estudiemos bien la política de inversión de los planes sobre los que deseamos invertir, conozcamos sus estilos de gestión, la experiencia y los talentos de los equipos de gestión, la consistencia mostrada por dichos productos de inversión medida como la rentabilidad lograda y el riesgo asumido... y todo frente a la media de su categoría. En definitiva, llevar a cabo un análisis cuantitativo y cualitativo de la oferta existente en España y, más en concreto, de los productos que se ajusten a nuestro perfil y a la coyuntura de mercados». 

Los planes seleccionados por Luna son, en primer lugar, el Gesconsult Renta Fija Flexible, del que destaca que los gestores del plan aplican un proceso de inversión muy disciplinado, con análisis macro, cualitativo de las compañías y aplican una gestión activa y flexible de la cartera. En segundo lugar, selecciona el Renta 4 Dédalo, un mixto de renta fija que actualmente no tiene exposición a la renta variable. A continuación, apuesta por el Fondomutua PP, mixto global. También, por el Metavalor Pensiones, de renta variable global, que invierte en compañías que cumplan sus criterios de inversión (negocios fáciles de entender, con balances sólidos, bajo endeudamiento, ventajas competitivas significativas y, todo ello, a un precio razonable). Y, por último, el Magallanes Acciones Europeas, gestionado de acuerdo con los principios de la inversión estilo valor que defiende la firma. Invierte en compañías cuyo precio de mercado se encuentra por debajo de su valoración fundamental a largo plazo. Cuenta con una cartera concentrada, con 47 valores, pero con una diversificación adecuada, tanto por países como por sectores.

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