Razones y consecuencias de las nuevas medidas financieras

 

La jugada del gobierno para dar una nueva vuelta de tuerca al proceso de reestructuración de las cajas de ahorros consiste en adelantarse a las normas que estaba previsto que la Union Europea impusiese a todas las entidades europeas en breve. Con ello obliga a la mayor parte de las cajas, y tambien a algunos bancos, a mover ficha para tratar de encontrar recursos financieros suplementarios con los que cumplir las nuevas directrices.

Pese a que tienen de plazo hasta el mes de septiembre próximo, no cabe ninguna duda de que ello obligará a muchas de estas entidades a capitalizarlas, a buscar nuevos recursos financieros. Y las posibilidades no son muchas en tan poco espacio de tiempo:  emitir deuda en un mercado que desconfía, pedir dinero al Banco Central que ha cerrado el grifo, captar pasivo a cambio de una importante remuneración que desequilibraría todavía mas los resultados o pedir ayudas al Fondo para Reestructuración Bancaria (FROB). Parece que esta última será la alternativa mas viable, aunque ello supondrá asumir las duras condiciones que imponga el Banco de España a quienes quieran acceder a este tipo de ayudas. Nada es gratis y menos todavía conseguir financiación en un momento en el que el dinero es un bien más que escaso.

¿Por qué tiene tanta prisa el gobierno en imponer estos nuevos cambios al sector financiero y, especialmente, a las cajas de ahorros? Por dos cuestiones fundamentales: en primer lugar, para tratar de evitar que la próxima publicación del riesgo inmobiliario de bancos y cajas de ahorros, provoque una nueva ola de desconfianza sobre la economía española. En segundo lugar, el gobierno quiere presentarse con estas medidas como el profesor que ha dejado bien puestas las lecciones a sus alumnos antes de que se produzca el viaje a España de Angela Merkel.

Porque cualquier dificultad económica futura de España solo encontrará apoyo de  la Union Europea si cuenta con el visto bueno de la canciller alemana. España quiere dar ante la Merkel la imagen de un país serio y cumplidor, que no solo asume y trata de resolver los problemas con los que se encuentra, sino que se adelanta también a los problemas futuros. Por eso el gobierno se ha adelantado a las nuevas exigencias europeas para las entidades europeas y las ha impuesto a nuestros bancos y cajas dando un breve plazo para su adecuación.

Exteriormente se están acogiendo con gran satisfacción estas medidas. El gobierno tiene, ademas, la suerte -y cuenta con ello- que con la excepción de los títulos participativos de la Caja del Mediterráneo, las cajas no cotizan en Bolsa. Y, por tanto, los efectos negativos de estas medidas sobre las entidades no afectará negativamente a la marcha de la Bolsa. La minusvaloracion de las cajas deberán asumirlas las entidades publicas y semipublicas a las que pertenecen, que comprobarán una perdida de valor en el momento de tratar de captar recursos financieros en el sector publico.

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