Segunda ola del Covid-19. ¿Por qué a Italia le va mejor que a España?
Italia parece que está afrontando mejor que otros países europeos esta segunda oleada del coronavirus
Italia fue un símbolo de la primera ola de la pandemia, por su confinamiento total y por un elevado número de muertes.
Pero a medida que el miedo a una segunda ola se apodera de Europa, Italia parece que lo está afrontando mejor que otros países como Francia, España y el Reino Unido.
No es un momento para la complacencia; como puede atestiguar Gran Bretaña, este virus puede regresar con una venganza. Pero en las últimas dos semanas, Italia ha registrado algo menos de 35 casos por cada 100.000 habitantes, en comparación con casi 315 en España, casi 200 en Francia y 76,5 en el Reino Unido.
El número de muertes promedio se situó en 0,3 por 100.000, un tercio de los franceses. tasa y casi una décima parte de la española. Las cifras de Italia son solo marginalmente peores que las de Alemania, que ha sido elogiada como un modelo de buena gestión de pandemias.
Hasta ahora, Italia ha podido evitar el tipo de nuevas restricciones impuestas en otras partes de Europa. El Reino Unido ha anunciado que los restaurantes y pubs cerrarán a las 10 pm y que habrá multas de 200 libras para aquellos que no usen máscararillas como se requiere.
El mismo toque de queda
En Francia, París ha impuesto el mismo toque de queda a las 10 pm en bares y restaurantes y ha cerrado gimnasios. En Italia, la vida social continúa relativamente sin obstáculos, a pesar de que el Gobierno obligó a los clubes nocturnos a cerrar nuevamente después de una serie de nuevos casos de Covid en el verano, especialmente en la isla de Cerdeña.
Entonces, ¿qué está funcionando en el enfoque de Italia? Es difícil precisar exactamente qué factores mejoran la capacidad de un país para controlar un brote. En la primavera, parecía que la introducción de un estricto bloqueo temprano, como hizo Grecia, era una receta para menos dolor. Y
Y, sin embargo, la fuerte caída reciente de casos en Suecia, después de que el país evitó un bloqueo y otras medidas draconianas tomadas en otros lugares, ha generado dudas sobre qué es exactamente efectivo. El Gobierno italiano no parece haber tomado medidas radicalmente diferentes a las del resto del continente.
Dos cosas pueden ayudar a explicar el desempeño relativamente sólido de Italia, hasta ahora, para contener una segunda ola de virus. El primero es la eficacia de su sistema de seguimiento y localización para identificar y aislar los contactos de quienes dan positivo en la prueba.
Italia evalúa a unas 100.000 personas al día, lo que no es alto para los estándares europeos. Pero solo alrededor del 2% de esas pruebas dan positivo, lo que es bajo en comparación con otras partes de Europa.
Esta propagación más lenta que en otros lugares también puede explicarse por el segundo factor: los italianos parecen ser bastante buenos para usar máscarillas y mantener la distancia social. Los médicos también confían en que han mejorado en el tratamiento de Covid-19, aunque esto solo ayuda a explicar la baja tasa de mortalidad, no el número limitado de casos.
No es perfecto
Aún así, ninguna de estas explicaciones es perfecta y es importante no dejarse llevar por la aparente resistencia de Italia. El sistema de atención de la salud del país tradicionalmente se ha clasificado en un lugar destacado en las comparaciones internacionales y, sin embargo, no logró contener la primera fase de la pandemia, tal vez porque fue tomado por sorpresa.
También hay evidencia de que los italianos cumplieron ampliamente con el requisito de usar máscarillas en la primavera y, sin embargo, pasaron semanas antes de que disminuyese el número de muertes y casos.
Es muy posible que Italia esté experimentando una segunda ola retrasada, en comparación con Francia y España. El Reino Unido sufrió su primer brote mucho más tarde que Italia o España, pero terminó con un coste humano igualmente alto.
Así que Roma debería permanecer en alerta máxima. Solo se necesitan algunos pasos en falso para que la epidemia se salga de control. Sin embargo, por ahora, los ciudadanos italianos pueden estar orgullosos de su sistema de salud y de sí mismos.
