Una UE 'infectada de burocracia' fracasa ante el coronavirus
Los líderes de la UE, enfangados por la burocracia y las eternas divisiones, fueron incapaces de articular una respuesta contundente contra el coronavirus
Con cientos de personas muriendo todos los días y miles infectándose del Covid-19, era la hora de tomar medidas enérgicas pero los líderes de la UE fracasaron estrepitosamente.
Los ministros de finanzas les pasaron la pelota para presentar un plan fiscal potente a través del MEDE o los coronabonos que frene la gravísima pandemia, pero los jefes de estado se la devolvieron sin alcanzar un acuerdo.
No se alcanzó un consenso ni para la intervención del fondo de rescate de la eurozona, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ni para la emisión de "coronabonos". A esta última propuesta, reclamada por Italia y España, la canciller alemana, Ángela Merkel, se negó en redondo.
Y es que los líderes de esta región “infectada de burocracia”, según comentan en Link Securities, “amagaron como siempre, pero no terminaron de dar ningún golpe concreto”. Algo que era previsible, por otra parte, dado el diferente enfoque con el que los principales países de la región han afrontado la pandemia y su impacto económico.
Oídos sordos
Por supuesto, España e Italia se negaron enérgicamente a aceptar esta parálisis y pusieron sobre la mesa la posibilidad de mutualizar la deuda a través de los coronabonos, una petición respaldada por la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, quien advirtió a lo líderes de que se enfrentaban a una crisis de proporciones épicas.
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Pero Alemania y los Países Bajos hicieron oídos sordos a la propuesta, justo la misma división que afloró en la crisis de deuda que casi se lleva por delante al bloque comunitario hace casi una década. El MEDE se vio como una alternativa, pero ni siquiera se llegaron a discutir las condiciones de una potencial asistencia a través de este vehículo.
Merkel admitió la gravedad de la situación pero apuntó que la mutualización de la deuda con los coronabonos se basaba en expectativas poco realistas, según fuentes comunitarias que cita Bloomberg.
Hasta nueve líderes de la UE, incluido el presidente francés, Emmanuel Macron, respaldaron los coronabonos, pero el primer ministro holandés, Mark Rutte, hizo piña con la postura de Merkel.
La intervención del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, fue emotiva, explican las fuentes pero también dura, por la dramática situación que está viviendo Italia. Al discurso se sumo Macron, advirtiendo de que esta crisis se puede llevar por delante el proyecto europeo.
Eterna división
A la batalla por tomar medidas más audaces también se unió Pedro Sánchez y entre todos trataron de evitar que la pelota volviera al tejado de los ministros de Finanzas. Pero fue imposible.
La declaración final fue todo lo vaga que se podía esperar, aunque algunos funcionarios la interpretaron como una victoria de los países que presionaron para tomar medidas más agresivas.
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Sin embargo, hubo poca evidencia de que los opositores a los coronabonos estén dispuestos a ceder terreno. Eso sí, Merkel admitió que el instrumento preferido podría ser el MEDE, un fondo creado para estas situaciones.
En el fondo, lo que subyace aquí es el eterno enfrentamiento entre la Europa central y las regiones periféricas. Países como Alemania, Austria o los Países Bajos se han quejado siempre de que sus vecinos del Sur no han aprovechado los tiempos de bonanza para ordenar sus finanzas.
Es el argumento del riesgo moral, la idea de que los rescates fomentan aún más los malos comportamientos. La diferencia en este caso es que la crisis no vino por despilfarrar sino por una pandemia sin precedentes en la historia.