Unión Europea: no hay acuerdo, pero esto suena bien

Habrá que esperar al miércoles para conocer con detalle el acuerdo que han cocinado, a lo largo del fin de[…]

Habrá que esperar al miércoles para conocer con detalle el acuerdo que han cocinado, a lo largo del fin de semana pasado y en los primeros día de ésta, los jefes de gobierno de la Unión Europea. Pero, sin conocer la letra, hay que decir que la música suena bien

En primer lugar, porque Merkel y Sarkozy, pese a las primeras dudas, parecen dispuestos a cumplir su palabra y asumir la responsabilidad que le han venido demandando en las últimas semanas el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Central Europeo (BCE).

Finalmente, la canciller Merkel, que llegó a amenazar con desconvocar esta cumbre, ha consentido apoyar un fondo que evite que se extienda la crisis financiera más allá de los países que ya han solicitado rescate. Pero lo ha hecho a cambio de que se aborden cambios estructurales de hondo calado en la Unión Europea. La canciller quiere poderle a decir a sus ciudadanos alemanes, que no están dispuestos a dar graciosas ayudas al resto de los países europeos y que ese fondo se creará a cambio de fuertes compromisos y que nada será gratis.

Angela Merkel ha puesto un énfasis especial en la situación de Italia, país que junto a España será el más beneficiado de las medidas que se adopten este miércoles. La canciller alemana ha sonrojado a Silvio Berlusconi y, en general, a toda Italia al advertirles que han de llevar a cabo reformas estructurales y subrayar que apenas han hecho esfuerzos para superar la crisis. Silvio Berlusconi ha puesto en marcha algunas medidas, pero las más importantes de ellas sólo serán efectivas dentro de dos o tres años dentro de su peculiar forma de hacer política en la que lo importante es salvar sus propios intereses políticos o económicos.

Además de la ampliación del fondo europeo que permita abordar la recapitalización de los grandes bancos europeos (entre ellos cinco españoles) por valor de 100.000 millones de euros, el acuerdo establecerá una serie de compromisos que afectarán a los principios que han inspirado hasta ahora los tratados de la Unión. Es verdad que ello significará una pérdida de soberanía para los países de la Unión Europea, pero a cambio de ello se da un paso fundamental para mantener el proyecto europeo. La Europa con compromisos sociales y políticos, pero con diversidad fiscal y presupuestaria habrá sido sólo un sueño después de los acuerdos que el miércoles anunciará la Unión Europea. El acuerdo de los jefes de gobierno sentenciará, sin duda, la suspensión de pagos de Grecia asumiendo una quita, como no podía ser de otra manera, no menor del 50 por ciento. No hace falta oficializarla, basta asumir la quita para que la suspensión sea un hecho. A partir de ese momento, el gran objetivo del acuerdo es impedir que el tsunami financiero se extienda a otros países, principalmente, a España e Italia.

Para España, el acuerdo que se anuncie el miércoles supondrá la hoja de ruta que deberá seguir el gobierno que salga de las elecciones del 20-N en lo que respecta a la política económica. Una hoja de ruta de más compromisos de reformas estructurales, de mayor reducción de gastos... con un guardia que estará vigilando mes a mes el cumplimiento de cada uno de los compromisos. Suena bien, pero será también duro.

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