El BCE se abre al criptoeuro como la mejor forma de pago
El BCE continúa explorando los beneficios de emitir dinero digital, y su último estudio avala la propuesta porque se traduciría en una agilización de los pagos
El Banco Central Europeo (BCE) sigue analizando las ventajas y riesgos de emitir una moneda digital centralizada, o CBDC, y en su último informe aseguró que uno de los claros beneficios sería la agilización en la integración de unas soluciones de pago paneuropeas "cómodas, rápidas y fáciles de usar".
La institución de control monetario continental lleva tiempo estudiando el impacto que tendría la emisión de un criptoeuro que no solo complemente al dinero en efectivo, sino que a la vez "preserve el papel del dinero del banco central como fuerza estabilizadora".
En el último punto de estudio publicado por el BCE, el banco se centró en los nuevos métodos de pago digital y las ventajas e inconvenientes que plantearía un CBDC en este sentido, y concluyó que su integración en la sociedad sería más fácil si se estableciera su aceptación como moneda de cambio tanto en comercios físicos como en línea.
"Los usuarios prefieren soluciones de pago que sean cómodas, rápidas y fáciles de usar. Los participantes valoraron la posibilidad de realizar pagos instantáneos y sin contacto de persona a persona, independientemente de la plataforma o el dispositivo", explicaba el informe.
"Los participantes en los grupos de discusión también deseaban una solución única que incorporara todas las opciones de pago actuales en un solo sistema", añadía. Es decir, que para que el proyecto de criptoeuro tuviera éxito, el Banco Central Europeo considera que debería impulsarse su uso en todos y cada uno de los aspectos de la vida diaria.
El BCE imagina un Bizum europeo que pueda usarse en tiendas y webs
Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, explicaba en su informe introductorio al estudio que "el objetivo principal de un euro digital es mantener la accesibilidad y la facilidad de uso del dinero del banco central en una economía cada vez más digitalizada".
Panetta destacaba, sin embargo, que para que un euro digital cumpla esta función, "es necesario que los ciudadanos puedan y quieran utilizarlo".
Por ello, el experto detallaba que "igual que la introducción de los billetes de euro hace 20 años permitió pagar con euros físicos en cualquier lugar de la zona del euro", este 'criptoeuro' tendría ser aceptado por todos los comerciantes de la zona euro para lograr su implementación en el sistema.
"Dada su importancia actual y futura, los pagos en el comercio electrónico y en las tiendas físicas, así como los pagos de persona a persona, son candidatos naturales a ser prioritarios entre los posibles casos de uso de un euro digital", afirmaba Panetta.
Además de esta convivencia del CBDC europeo en los terrenos físicos y digitales, el experto del BCE indicaba que otro factor de peso para lograr pivotar hacia este activo pasaría por el hecho de que, gracias al mismo, se obtendría una solución que permitiría los pagos instantáneos de persona a persona, independientemente de la plataforma utilizada por los pagadores y los beneficiarios.
"Los participantes en los grupos de discusión desearían realizar pagos móviles a los amigos con un solo clic, por ejemplo, al dividir las facturas en los restaurantes o al recoger dinero para un regalo", matizaba el experto, que añadía: "Este proceso suele ser más fácil cuando todos utilizan la misma aplicación".
La creación de un criptoeuro, por así decirlo, permitiría implantar una suerte de bizum europeo que flexibilizaría las formas de pago y de reparto de dinero entre amigos, pero también comercios.
Un último aspecto resaltado por el experto es que "el euro digital también podría utilizarse para los pagos entre gobiernos y particulares", como por ejemplo, para el pago de prestaciones sociales públicas o el pago de impuestos.
Los datos que avalan la propuesta del BCE
Para Panetta, los datos que avalan estas dos teorías de uso principales extraídas del análisis de varias encuestas entre consumidores son varias.
Por un lado, el hecho de que las tiendas físicas son el segmento de mercado más importante para los pagos digitales, con más de 40.000 millones de transacciones en la zona del euro en 2019".
Por otro, el hecho de que estos pagos digitales se sustentan en "una multitud de soluciones de pago, a menudo con un alcance únicamente nacional que, hasta ahora, han estado dominadas por proveedores y tecnologías no europeos".
Un CBDC europeo, por tanto, ofrecería una solución de pagos digital que favoreciera esta transición hacia un sistema donde el efectivo deje de ser "el rey", y en la que el BCE sea el elemento vertebrador de este proceso.
"Si un euro digital ofreciera estas opciones de pago, conseguiríamos efectos de red, seguiríamos garantizando el acceso del público y la plena utilización del dinero del banco central para los pagos digitales, y contribuiríamos a resolver las preocupaciones en materia de soberanía", concluía el informe.
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