Bitcoin: los 30.000 dólares son el último salvavidas

El bitcoin pierde más de un 50 por ciento desde noviembre y apunta a los 30.000 dólares como último soporte para frenar las caídas

La cotización del bitcoin se desplomó más de un 50 por ciento desde los máximos de noviembre y arrastró a todo el mercado criptográfico, que ha perdido ya un billón de dólares de capitalización en una semana de furia vendedora.  

Los mínimos de seis meses que marca la criptomoneda más popular del mundo son producto de una aversión al riesgo extrema que también está pasando factura al resto de bolsas mundiales.

El resto de los principales activos criptográficos no pudo escapar al castigo. Así, el ether encajó un desplome de casi el 8 por ciento y se fue a los 2.200 dólares, mínimos de julio.

El cardano y solana, las monedas emergentes de las finanzas descentralizadas, también se hundieron un 19 y un 13 por ciento respetivamente.

Crece la presión vendedora sobre el bitcoin

La presión vendedora en los últimos días sobre el bitcoin ha sido incesante. Los analistas apuntan hacia las perspectivas más agresivas que se esperan en la política monetaria de la Fed, cuyos miembros se reúnen este miércoles, como una de las razones que explican el derrumbe.

“Las criptomonedas son una industria naciente de alto crecimiento que se negocia como un activo de riesgo", dijo Martha Reyes, directora de investigación de Bequant, una firma europea de trading de activos digitales.

"Es bastante dramático lo de esta mañana y viene completamente impulsado por el entorno macroeconómico, sacudido por la Reserva Federal", añadió esta experta.

A todos estos temores hay que sumar las tensiones geopolíticas en Ucrania o la intención del Banco Central de Rusia de prohibir las actividades de minería de bitcoin, tal y como hizo China el pasado verano.

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“No creemos que sea algo malo si la volatilidad ventila los rincones más especulativos del mercado”, dijeron los estrategas de UBS Global Wealth Management.

El riesgo de un segundo ‘criptoinvierno’

Hace apenas unas semanas, los economistas de UBS emitieron un informe en el que analizaban la posible llegada del segundo criptoinvierno. Se trataría de una fase del mercado con fuertes pérdidas que no se podrían recuperar en años.

El último ocurrió en 2017, cuando la cotización del bitcoin se desplomó desde los 20.000 hasta los 4.000 dólares en cuestión de semanas.

Para los economistas del banco suizo, la Fed fue uno de los principales catalizadores alcistas del bitcoin con su política de estímulos monetarias. Por eso mismo, si ahora comienza a hacer lo contrario, el bitcoin terminará sufriendo.  

Además, el dinero digital “no es el mejor del mundo”, apuntaron estos expertos. A su modo de ver, la normalización de las políticas monetarias pondrá fin a la noción de degradación del dinero fiduciario que en parte ha permitido el ascenso de las criptomonedas.

De esta visión pesimista discrepó Alberto Toribio, embajador de Cryptoplaza. En su opinión, tanto el bitcoin como el ethereum están permitiendo acceder a oportunidades de inversión más eficientes, con mejores ratios rentabilidad/riesgo frente al dinero tradicional.

El salvavidas de los 30.000 dólares

Tras las caídas acumuladas en las últimas seis sesiones, la cotización del bitcoin llegó a situarse en el filo de los 33.000 dólares, un nivel técnico ya muy relevante.

Muy cerca se encuentra la zona de números redondos de los 30.000 dólares, que es “clave para el desarrollo futuro de los precios”, dijo Javier Molina, portavoz en España de eToro.

“Perder los 29.000 levantaría todas las alarmas, dispararía el cierre de operaciones apalancadas en masa y nos llevaría a buscar los 24.000 dólares”, añadió este experto.

No obstante, antes de probar la fortaleza de este salvavidas, la cotización del bitcoin tiene una primera zona de control en los 34.000 dólares. De mantenerse este nivel, Molina vio posible el rebote hasta los 40.000 dólares.

Con todo, y aunque lo que hay que esperar es algún tipo de rebote tras la fuerte sobre venta acumulada, los analistas llamaron a la precaución. “El impulso es a la baja y es probable que se vendan los rebotes”, dijo Chris Weston, jefe de investigación de Pepperstone Financial.

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