El FBI rompe el mito del anonimato del bitcoin
El FBI ha confirmado al resolver un caso que la divisa digital se puede rastrear hasta los monederos calientes
La seguridad y el anonimato del bitcoin están en el limbo después de que las autoridades del FBI en los Estados Unidos lograran llegar hasta el monedero digital donde albergaban los bitcoin un grupo de hackers.
La historia arrancó cuando estos delincuentes informáticos lanzaron un ataque de ransomware, haciendo caer el sistema informático de la mayor empresa de oleoductos del país, Colonial Pipeline.
Para lograr recuperar su sistema, la compañía tuvo que abonar 2,3 millones de dólares pagados en bitcoin.
El bitcoin es rastreable
Los delincuentes, radicados en Rusia, se olvidaron, al igual que otros inversores, que el bitcoin es rastreable. Pero no los agentes de la Brigada de Delitos Cibernéticos del FBI en San Francisco, que sabían que cada transacción lo es.
Esto se debe a que están registradas en un libro público lo que permite, usando herramientas fácilmente disponibles, que cualquiera puede rastrear las venidas y salidas de cualquier dirección de cifrado determinada.
El FBI hizo precisamente eso, implementar un explorador de blockchain para, literalmente, seguir el dinero.
Cuando los piratas informáticos, solicitaron el pago de un rescate, necesitaban dejar su dirección. Obtener el dinero es siempre el punto débil en cualquier plan de secuestro, y éste no fue diferente.
Pero que sea rastreable no implica que se esté violando su seguridad, indica el portavoz de eToro para España, Javier Molina, porque indica que "no se ha hackeado ninguna clave". El experto indica que no se han vulnerado los wallets, sino que al convertir los bitcoin a dólares sí que dejan rastro.
El bitcoin se hunde
Esta historia tan rocambolesca le ha pasado la factura a la cotización del bitcoin. Aunque los hechos ocurrieron en mayo, se conocieron ayer. La posibilidad de que sea rastreable hasta llegar al monedero hundió los precios de la divisa digital.
Así, el bitcoin se hundió un 10% hasta situarse por debajo los 30.000 dólares, mínimos desde enero, después de haber marcado máximos por encima de los 64.000 euros.
El problema, además, fue el método de almacenamiento. Eligieron uno llamado billetera caliente, lo que significa se puede acceder a él a través de una red por conveniencia y para ayudar a realizar transacciones ágiles.
Pero es vulnerable a la piratería. Los defensores de la seguridad recomiendan que cualquier persona con criptomoneda las guarde en una billetera fría, también conocida como billetera de hardware, que no está conectada a Internet y, por lo tanto, no puede ser pirateado.