El euro lucha por extender su racha alcista

La batalla entre el euro y el dólar pasa a una fase de estabilización con los ojos puestos en el BCE y la Fed, en la reapertura de China, y en la prolongación del buen tiempo invernal

Tras protagonizar un 2022 de récords que llevaron al dólar a la paridad con el euro, la divisa verde entró a finales de año en una tendencia correctiva que muchos expertos prevén que se mantenga durante el año 2023, tal y como explicó la Revista Inversión.

En este pequeño debilitamiento de la moneda norteamericana desde finales del cuarto trimestre de 2022 hasta la actualidad, además, el euro aprovechó para recuperar posiciones, subiendo su cotización frente al dólar en cerca de un 12 por ciento desde sus mínimos de septiembre.

A ojos de la analista de divisas y macroeconomía de Monex Europe, María Marcos, no obstante, el alza del euro tan solo será sostenible en la medida en que se extiendan en el tiempo los datos "favorables" que impulsaron su cotización durante estas últimas semanas.

Y ante un entorno de incertidumbre en el que queda por ver si la reapertura de China termina por impactar positiva o negativamente sobre el euro, si los bancos centrales se mantienen firmes, y si el clima continúa siendo benevolente con el Viejo Continente, el futuro de la divisa europea no apunta mucho más allá de sus niveles actuales de valoración, al menos durante el primer semestre del año.

Los factores que marcaron y marcarán el futuro del euro

A su paso por el podcast de finanzas.com, la analista de divisas y macroeconomía María Marcos explicó que la subida del euro en las últimas semanas se debió a diversos factores.

Uno fue la publicación de datos "más favorables a las condiciones de riesgo global", sobre todo en lo que se refiere al crecimiento en la eurozona y en China, mientras que otro fue "una mejor situación energética" apoyada, principalmente, en un precio del gas que se mantiene estable gracias a unas temperaturas menos drásticas de lo inicialmente esperadas.

"Todo esto ha favorecido al euro en un contexto en el que el dólar está presentando signos de ralentización, como muestran los ISM manufactureros, o los PMI", apuntó Marcos.

La experta, sin embargo, quiso remarcar que estos mismos elementos que favorecieron el alza del euro, pueden marcar también el final de su racha positiva.

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"(La carrera del euro) parece tan sostenible como lo sean los factores que la están sustentando ahora. Un mantenimiento de estas temperaturas (bajas) y un mayor consumo de gas perjudicaría a la situación energética en Europa", señaló la analista.

"También la reapertura de China, aunque parece cada vez más favorable al crecimiento de la eurozona en concreto, le sitúa en el panorama internacional como un fuerte competidor por recursos gasísticos. Entonces esto también podría lastrar al euro", añadió.

Una combinación de causas y posibles consecuencias para el mercado de divisas en la que Marcos no olvidó que, según apuntaron desde el BCE "la normalidad (monetaria) en Europa no llegará hasta dentro de uno o dos años".

El objetivo del euro en los 1,1 dólares queda lejos

Con esos factores en mente, y teniendo en cuenta la "incredulidad del mercado" respecto al dogma de que la Fed no rebajará sus tipos en todo el año, el euro podría lograr sustentar su buen momento a lo largo del año.

Marcos, no obstante, recordó que el horizonte de subidas de tipos de interés del BCE solo está claro hasta febrero y marzo, cuando se espera que la institución suba el precio del dinero en 100 puntos básicos totales.

Posteriormente, señaló la analista, el banco central seguirá apostando por su política de toma de decisiones "reunión a reunión", con lo que la tasa terminal debería girar en torno al 3,4 por ciento de cara al final del primer semestre, según indicó Marcos.

Con estos datos en la mano y asumiendo que el efecto positivo de los factores mencionados anteriormente no se tuercen, por tanto, Marcos detalló que desde Monex prevén que el euro se sitúe en torno a los 1,05 dólares a tres meses vista, para subir ligeramente en el plazo de los seis meses.

Unas previsiones que supondrían una pequeña caída del euro respecto a los niveles de cotización actual en torno a los 1,08 dólares, pero que también alejan fantasmas de un nuevo desplome similar al de 2022.

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