La doble lectura del repunte del euro

El euro registró un nuevo repunte este lunes impulsado por la solidez del sector manufacturero de la eurozona, aunque el rebote se desvaneció con el paso de las horas.

Al cierre de la semana pasada, el euro se situó en 1,1860 dólares. Tras rozar la barrera de los 1,19 dólares, el Banco Central Europeo (BCE) finalmente fijó el tipo de cambio de referencia muy cerca, en 1,186 dólares.

Un rebote de la moneda comunitaria a pesar de la ligera caída del índice de gestores de compra (PMI) del sector manufacturero, que bajó cuatro décimas en julio hasta los 62,8 puntos, según los datos publicados por IHS Markit.

Lectura negativa de las cifras

Pese a la ralentización del crecimiento, el PMI manufacturero superó las lecturas previas (flash) que apuntaban a los 62,6 puntos.

Por un lado, se percibe de forma positiva, ya que se mantienen las cifras récord desde el año 2000. El incremento, además, ha sido constante desde hace un año, esto es, 12 meses de crecimiento desde julio del año pasado.

Sin embargo, existe cierta incertidumbre. “La lectura tiene una vertiente negativa porque los ritmos de crecimiento de la producción y de los nuevos pedidos se estarían ralentizando, pero el empleo habría aumentado a una tasa récord”, explica Josep Codina, analista de la revista INVERSIÓN.

Precisamente, la acumulación de pedidos provocó que las empresas contrataran al mayor ritmo en más de 20 años.

En este escenario, la oscilación de la moneda comunitaria manda el primer aviso: fluctuó entre un máximo de 1,1897 dólares y un mínimo de 1,1859, una cifra incluso por debajo del cierre de negociación de divisas de la jornada anterior.

El miércoles pasado el euro volvió a situarse cerca de sus mínimos anuales de marzo al tocar los 1,172 dólares, rompiendo en el camino la tendencia alcista del segundo trimestre.

Primer aviso de Alemania

Más allá de las cifras macroeconómicas, la incertidumbre sigue rodeando a la eurozona. La inflación comunitaria se disparó en julio al 2,2 por ciento interanual, superando las expectativas del consenso de mercado.

“Las crecientes preocupaciones sobre las nuevas amenazas que plantea la variante delta en las cadenas de suministro y la disponibilidad de personal han contribuido a impulsar las expectativas de crecimiento futuro al nivel más bajo en lo que va de año”, explicó Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit. 

Señales que ya dio Alemania hace exactamente una semana, cuando la caída de la confianza de los empresarios germanos cedió cerca de un punto, según indica el índice elaborado por el Instituto de Investigación Económica (IFO).

A la pérdida de confianza se sumó el índice de expectativas, que retrocedió más de dos puntos en julio hasta los 101,2. “El entusiasmo en la economía alemana se ha empañado”, avisó Clemens Fuest, presidente del IFO.

Foco en EEUU

En este escenario, hay otro elemento que suma más dudas a los mercados: la inflación. “Preocupa especialmente para los mercados un nuevo incremento”, añade Josep Codina.

Las miras ahora se ciernen en la presentación de los datos de empleo en los Estados Unidos, el miércoles, y el informe mensual del mercado laboral, el viernes.

“Los avances en la vacunación y la gradual finalización de los subsidios de desempleo aceleran la creación de empleo”, explican los expertos, que anticipan una subida de 900.000 trabajadores al mercado laboral estadounidense.

La Reserva Federal (Fed) no volverá a reunirse hasta septiembre, pero en su última reunión dejó algunos comentarios en torno al tapering que aceleran su aplicación. “La retirada de estímulos de la Fed está cada vez más cerca”, explican los analistas de Bankinter.

Por el momento, los primeros anticipos invitan a ser optimistas. “El crecimiento de los ingresos personales es fundamental para alimentar el crecimiento adicional del consumo personal”, explica Edoardo Fusco, de Etoro.