La volatilidad de la libra impacta en el tejido empresarial del Reino Unido

La libra ha pasado de caer a su peor nivel desde hace 35 años a registrar su mejor semana desde 2009. Esta volatilidad perturba al tejido empresarial del Reino Unido y obliga a las empresas a adaptarse a su cotización

 

La extrema volatilidad de la libra obliga al tejido empresarial del Reino Unido a adaptarse a los devenires bursátiles de su divisa. Así, las compañías británicas deben cubrirse de los retrocesos de la moneda para capear un temporal marcado por el freno a la productividad y el retroceso económico provocado por el coronavirus.

La fortaleza del dólar colocó al cable, como comúnmente se conoce a la libra esterlina, en los 1,15 billetes verdes, pero nivel desde 1985, pero el bazuka de la compra ilimitada de bonos por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), que inunda el mercado de dólares, propició que el cable se recuperase hasta niveles cercanos a los 1,25 dólares y cerró su mejor semana desde 2009.

Con este escenario, las empresas británicas deben planificar su futuro más inmediato para que el cable no lastre en demasía su negocio.

Las medianas y pequeñas empresas, que se beneficiaban de una libra fuerte y del Brexit (al apostar el gobierno por las empresas nacionales tras la salida del mercado comunitario), son las más afectadas ya que, por su tamaño, necesitan la máxima estabilidad.

Estas empresas caminaban tranquilas porque la volatilidad no era noticia a principios de año y no tenían necesidad de cubrirse porque el futuro post Brexit estaba claro. Pero en estos momentos sus costes de cobertura son muy elevados.

“Ahora su planificación está en dificultades y necesitan tendencias claras a largo plazo pero constantemente se ven afectada por los giros agresivos de las tasas de cambio”, expone el estrategia de tipos de cambio de Western Union en el país. George Vessey.

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Muchas empresas, apuntan desde Bloomberg, han comenzado a pedir a sus clientes que les paguen en dólares o euros y están muy pendientes del mercado de divisas para recibir o realizar pagos, por lo que el trabajo de contabilidad es incesante.

Luz para las exportadoras

Así, las empresas importadoras se enfrentan a un tipo de cambio que toca de lleno a su modelo de negocio.

Tal es caso de las compañías de consumo con la población confinada en casa y que tienen a sus proveedores o cadenas de producción en los países más afectados por el coronavirus y con los vuelos restringidos por completo en estas geografías.

En cambio, las exportadoras sí se podrían ver beneficiadas al colocar sus productos a un precio más competitivo para ellas lo que repercutiría beneficiosamente en su cuenta de resultados, aunque el freno de la demanda mundial también les está afectando.

La estrategia para los que no quieren o no pueden cubrirse pasa por la confianza en que al igual que la caída ha sido fulgurante la recuperación será del mismo calibre porque se mostrará la fortaleza que tiene el cable.

Aunque Vessey cree que este declive de la moneda británica muestra “cuán poco atractiva es comparada con otros refugios y monedas más líquidas", por lo que cree que ver un repunte sería algo puntual.

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