Los envites de la Fed tumban a la criptomoneda de Facebook
La criptodivisa y red blockchain ideada por Facebook puede estar viviendo sus últimos días
Facebook cambió su nombre a Meta para marcar su nueva apuesta por el metaverso y esconder bajo la alfombra algunos de sus peores escándalos de reputación recientes, y Mark Zuckerberg solo puede esperar que la maniobra tenga mejor resultado que el cosechado con su propuesta de criptomoneda.
La compañía de Zuckerberg puso en marcha hace dos años un proyecto de stablecoin llamado Libra al que más tarde cambió el nombre por Diem para rebajar la presión regulatoria a la que tuvo que hacer frente por parte de las autoridades estadounidenses.
Pero de acuerdo a la información publicada por Bloomberg, ese proyecto estaría ahora dando sus últimos coletazos, ya que Meta está tanteando a sus socios y al mercado para una posible venta de la propiedad intelectual y los activos de Diem.
La moneda llamada a marcar el ritmo de Facebook
Zuckerberg puso en marcha el proyecto de criptodivisa Diem en 2019, y según la información publicada por el medio estadounidense, la asociación creada para hacer realidad esta criptomoneda sopesa ahora una venta de sus activos que permita devolver el capital a sus miembros inversores, entre los que además de la empresa de Zuckerberg se encuentran algunos pesos pesados como los fondos de inversión Anchorage o Andreesen Horowitz, y compañías como Uber, Spotify o Shopify.
El token ideado por Facebook buscaba en sus orígenes "construir un sistema de pagos basado en blockchain que apoyara la innovación financiera, la inclusión y la integridad", creando una moneda universal vinculada a una cesta de monedas soberanas como el dólar estadounidense y el euro.
La Reserva Federal estadounidense, no obstante, desconfió de este proyecto desde un primer momento, llevando incluso a testificar a Zuckerberg ante el Congreso para explicar sus intenciones con esta criptomoneda.
La desconfianza de la Fed ante el proyecto de Zuckerberg provocó que apoyos de gran calado como Visa o Mastercard abandonaran el proyecto, y ante el bloqueo de la misma que sigue existiendo en estos momentos, todo parece indicar que los propios promotores de la idea están buscando una salida a la misma.
El riesgo de monopolio y el asalto fallido al criptomercado
La ambición de Zuckerberg en su anhelo por construir una criptodivisa que rigiera su red social puede ser la causante de su fracaso. Y es que de acuerdo a la información publicada en la guía original de Diem, el proyecto inicialmente llamado Libra no pasaba solo por construir un criptoactivo.
El proyecto de la asociación Diem buscaba funcionar a través de su propia cadena de blockchain, y contar con su propia cartera digital para almacenar las criptomonedas.
En esa red de blockchain y cartera digital propia, Diem daría cabida a otras criptomonedas, de acuerdo a su guía, aunque no es descabellado pensar que la criptomoneda de más peso de la red fuera la promovida por la asociación ideada por Facebook.
Y en un mercado donde cada vez existen más variedad de criptoactivos, permitir la competencia leal entre todos ellos dentro definitivamente sería un reto para el entramado proyectado por Meta.
La Asociación Diem, además, buscó financiación en forma de contribuciones de sus miembros, que debían pagar una cuota de 10 millones de dólares para formar parte del proyecto.
Por ello, ante la incapacidad que de momento está mostrando la asociación para sacar adelante su proyecto, la venta por partes de sus activos puede ser una buena manera de devolver el dinero a sus inversores.
La oposición de la Fed también tiene otra lectura
En este contexto, no obstante, es importante mencionar que la Fed también ha redoblado estos últimos días sus esfuerzos por poner en marcha su propio criptoactivo, el CBDC o moneda digital del banco central sobre el que publicó un informe a principios de semana.
En este informe, la Fed alega que el CBDC "podría servir como nueva base para el sistema de pagos y como puente entre diferentes servicios de pago, tanto antiguos como nuevos", manteniendo, sin embargo, "la centralidad del dinero seguro y de confianza del dinero del banco central en una economía que se está digitalizando rápidamente".