Portugal adelanta a España en criptomonedas con su fiscalidad "clara y atractiva"

Portugal gana la carrera por atraer inversores internacionales y desarrollar un ecosistema en torno a las criptomonedas gracias a una fiscalidad clara y atractiva

La irrupción de las criptomonedas en el tejido social y empresarial global obligó a gobiernos e instituciones centrales de todo el mundo a esbozar marcos regulatorios a contracorriente, dejando legislaciones dispares y posturas radicalmente distintas en cada nación, en función del aperturismo de cada una de ellas a estos nuevos activos.

En nuestro país, el Banco de España llamó a sus puertas a las plataformas de intercambio de criptomonedas para que se apuntaran a su registro de buenas prácticas, mientras que la Comisión Nacional del Mercado de Valores reciclaba su plan de 2021 para las mismas, y Hacienda estrenaba casilla para que los tributantes declararan las ganancias obtenidas con sus criptodivisas.

A ojos Miguel Caballero, CEO de la comunidad educativa, constructora e inversora de proyectos tokenizados, Tutellus, no obstante, España todavía tiene mucho que aprender de Portugal.

País con unas reglas que, en su opinión, consigue atraer a muchos más proyectos relacionados con el criptomercado gracias al establecimiento de unas normas del juego más flexibles.

Un ecosistema inferior pero mucho más abierto a las criptomonedas

"Desde una perspectiva de desarrollo de un ecosistema de producto y de tecnología, España está muy por encima de Portugal. Desde la perspectiva de regulación y fiscal, está detrás", afirmaba Caballero en el podcast especializado de finanzas.com 'La mina'.

El CEO de Tutellus se aseguraba de poner en valor el buen trabajo hecho por empresas nacionales punteras en el sector de la tecnología blockchain y los criptoactivos, como la suya, que Caballero aseguraba que logró lanzar proyectos cuya capitalización total de mercado fully dilluted sumaba más de 400 millones de dólares.

"Los españoles tenemos un complejo que la verdad que es muy malo, porque no es justo. Somos muy buenos, tenemos equipos de desarrollo espectaculares. Alrededor de Tutellus, por ejemplo, hemos lanzado ya 10 empresas o startups cripto con tokens propios y grandes capitalizaciones", señalaba Caballero.

El problema para el ejecutivo, sin embargo, es que en el país vecino "se ha establecido unas reglas muy claras a nivel fiscal sobre cómo tributan los criptoactivos", convirtiéndose en un país capaz de atraer talento gracias a medidas como la exención de tributación a nivel particular.

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En España, en cambio, Caballero argumentaba que si bien la CNMV deja las reglas "clarísimas", no ocurre lo mismo desde una perspectiva de Hacienda.

"Entonces, bueno, en un entorno en el que te mueves con una cierta inseguridad, es complicado atraer inversión externa, y a los hechos me remito", concluía Caballero, añadiendo que "la mayoría de proyectos cripto que se están desarrollando los últimos meses, no somos capaces de atraerlos a España".

El atractivo de una fiscalidad reducida

El abogado especializado en tecnología blockchain y miembro de la junta regulatoria de la Crypto Valley Association suiza, Joaquim Matinero Tor, coincidía con la visión de Caballero respecto a Portugal.

Para Matinero, de hecho, el país ibérico "es un fuerte seguro para el criptomercado, y está potenciando el sector para acaparar un tipo de industria que el día de mañana va a tener mucha fuerza".

En Portugal, las transacciones con criptodivisas están libres de impuestos sobre el valor añadido, y tampoco se cargan impositivamente los beneficios logrados por particulares en la compraventa de estos activos, mientras esta no sea su principal fuente de ingresos.

"Aquí en España se tributa con IRPF cualquier intercambio de criptomonedas que tenga beneficio, allí no, haciendo que muchos criptoempresarios vean una gran puerta para entrar en Europa no solo a nivel personal, sino a nivel profesional", afirmaba el experto del despacho Rocajunyent.

Las facilidades de Portugal al criptomercado, no obstante, no se limitan únicamente a liberar de impuestos las transacciones con criptomonedas, sino que buscan incentivar este sector a través de la colaboración público-privada.

Para ello, el gobierno portugués recurrió tanto a la concesión de visas doradas para agilizar la entrada a proyectos de inversión no europeos, como al establecimiento de "zonas libres" en las que se promueve y facilita las actividades de investigación, demostración y ensayo, en un entorno real, de tecnologías innovadoras.

En estas zonas libres, las empresas pueden probar productos, servicios, modelos de negocio y mecanismos de suministro innovadores sin incurrir inmediatamente en todas las consecuencias normativas normalmente asociadas con la actividad en cuestión, según explicaba el propio gobierno portugués.

Es decir, que de igual manera que en España se estableció un Sandbox de pruebas para tokenizar fondos, por ejemplo, Portugal llevó más allá esta experimentación para acaparar a más empresas.

El intento de armonización europea

El ministro portugués de Economía y Transición Digital, Pedro Siza (FOTOGRAFÍA: GOBIERNO DE PORTUGAL).

"Portugal tiene una atracción en cuanto a fiscalidad que es muy ventajoso respecto a otras jurisdicciones, como puede ser España, que es bastante restrictiva, y la finalidad es desarrollar modelos de negocio", reiteraba Matinero.

El abogado, sin embargo, recordaba que el gobierno portugués estuvo a punto de dar un giro radical a estas políticas hace unas semanas, cuando el parlamento votó y terminó por rechazar una propuesta para gravar impositivamente a las criptomonedas.

La intención de la Unión Europea, sin embargo, es lograr un marco común que armonice las políticas respecto a las criptodivisas.

Para sentar estas bases comunes en toda la eurozona, Bruselas trabaja en la aprobación del reglamento MiCA, un proyecto que, de acuerdo a Matinero, podría suponer un cambio en las estructuras de Portugal respecto a las criptodivisas, a pesar de que no se modificara el plato fuerte del país respecto a otros estados, su nula carga impositiva sobre las mismas.

A falta de este marco común, cada país aplica sus propias leyes para tratar de supervisar y abrirse al criptomercado, y Portugal parte con una ventaja inicial para convertirse en la nación de referencia en este sector, gracias a su apertura a las criptomonedas.

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