Abengoa cuenta con una tercera oportunidad como accionista minoritario
Abengoa llega al tercer plazo de negociaciones con la propuesta de situarse como accionista minoritario de una nueva compañía si logra el rescate de la Administración, acreedores y proveedores
Abengoa encara la tercera oportunidad para evitar la quiebra con la propuesta de convertirse en accionista minoritario de una nueva sociedad resultante del rescate que se llamaría Abengoa Abenewco 1.
La compañía capitaneada por Gonzalo Urquijo liquidaría el grupo actual para crear la nueva sociedad. La empresa ya ofreció a los acreedores quedarse con el 90% de los activos de Abenewco 1, donde aglutina sus mejores activos, a cambio de reestructurar 3.000 millones de deuda. Algo que no era novedoso pues ya entregó el 22,5% de esta compañía a varios de los acreedores.
La entidad prestataria de nueva financiación y de líneas de avales sería, por tanto, Abengoa Abenewco 1, como cabecera de todas las sociedades operativas del y “todos los nuevos fondos deberán usarse exclusivamente para las necesidades del grupo que encabeza Abenewco 1”, apuntaron desde Abengoa.
Por otro lado, la operación implicará que antes de fin del presente año se conviertan en acciones de Abenewco 1 todos los instrumentos convertibles que se encuentran emitidos en la actualidad y los nuevos que vayan a emitirse como consecuencia de la ejecución de la misma.
El apoyo de la Administración, casi cerrado
La propuesta necesitaría tanto del apoyo de la Administración como de los proveedores, pues Abengoa reiteró que de nada servía lograr los avales de organismos públicos sino alcanzaba un trato con bonistas y proveedores.
La empresa de ingeniería contaría con el apoyo de la Administración, tanto de la Moncloa como de la Junta de Andalucía, para lograr el apoyo del ICO, con créditos que pueden llegar hasta los 250 millones de euros mientras espera convencer a Cesce para lograr avales ‘revolving’ de hasta 300 millones de euros.
Pero, los importes aún no estarían cerrados como se pudo desprender de las palabras del consejero de Economía de la Junta de Andalucía, Rogelio Fernández, que adelantó el lunes, día fijado por la empresa sevillana para comunicar la resolución, que ni las negociaciones ni el importe estaban cerrados: “Se están analizando todas las opciones y esperamos que en los próximos días se llegue a un acuerdo sobre con qué tipo de participación contribuiremos y cuál será su intensidad”, afirmó.
Sin acreedores, no hay acuerdo
La compañía de ingeniería se encuentra en un proceso de “documentar una operación destinada a dar cumplimiento a la línea de financiación con la garantía del ICO, el acuerdo con los proveedores y acreedores comerciales, la modificación de determinadas condiciones de la deuda con los acreedores financieros y la disposición de la línea de avales”, señalaron en la comunicación remitida a la CNMV este lunes.
El objetivo, por tanto, es cerrar esas cuatro patas del rescate y ninguna puede fallar, tal y como apuntó Abengoa al recordar que la operación de reestructuración “no sería suficiente, por si sola, para poder reequilibrar el patrimonio de Abengoa”.
Los accionistas de Abengoa se quedarían como minoritarios de la nueva sociedad
Es decir, se necesita salvar la mayor cantidad posible del pasivo, más de 400 millones de euros. Sería adicionalmente necesario, según los cálculos que de la sociedad, que se adhiera una mayoría superior al 95% de un pasivo de 153 millones de euros.
El porcentaje acumulado de adhesiones a esta fórmula era, a día 27, “insuficiente”, según la comunicación de la compañía remitida al supervisor.
Sin cotización y sin resultados
La CNMV mantiene suspendida la cotización tras la fuerte volatilidad registrada en los inicios de las negociaciones y no hay visos de una vuelta hasta que, al menos, se conozca un resultado claro y favorable sobre las negociaciones.
Las cuentas del primer trimestre, que debía haber presentado el 30 de junio como máximo, tampoco llegaron y no serán recibidas por el supervisor hasta aclarar el futuro.
En las últimas publicadas, las anuales de 2019, la sevillana disparó su ebitda un 60% hasta los 300 millones de euros en 2019 y consiguió reducir las pérdidas hasta los 517 millones de euros, frente a los 1.500 del curso anterior, gracias a la entrada de grandes contratos desde 2017. También recortó gastos, un 9% y las ventas crecieron un 15%, hasta los 1.493 millones de euros.
Como última noticia favorable para la empresa está la salvación de la filial de México. La justicia del país avaló, hasta en dos ocasiones, el convenio concursal que le permite reestructurar el pasivo de 155 millones de euros.
Primero, los tribunales dieron el visto bueno a la modificación del convenio en 2019, creado dos años antes. Y, segundo, desestimó el recurso de varios acreedores que no reconocían la validez del mismo. Podría así continuar en un país donde lleva operando desde hace 40 años.