Alertan de perjuicios que causarán 2 granjas porcinas en el Valle del Salado
El Valle y las salinas del río Salado (Guadalajara) es un espacio natural protegido e incluido dentro de la Red[…]
El Valle y las salinas del río Salado (Guadalajara) es un espacio natural protegido e incluido dentro de la Red Natura 2000 que estos días se ha convertido en noticia por ser el lugar elegido para instalar dos explotaciones porcinas que han puesto en alerta a los vecinos de la zona.
En una zona donde el turismo se está convirtiendo en motor de desarrollo,y de hecho Sigüenza -a pocos kilómetros donde se pretenden levantar las granjas- es la segunda localidad más visitada de Castilla-La Mancha, los vecinos advierten de la contaminación de aguas y de los malos olores que provocará la instalación de esta industria ganadera.
En concreto, se trata de dos explotaciones, una en Riofrío del Llano, con una estimación de más de 1.500 cabezas de ganado, y otra en Querencia, pedanía de Sigüenza, con más de 6.000 cabezas de ganado, que se sumarán a las que ya están en funcionamiento en Cincovillas y Valdelcubo y que aglutinan varios centenares de cabezas.
Este volumen de animales disparará el riesgo de contaminación de suelos y aguas subterráneas por nitratos de toda la cuenca del Salado e incluso podrían provocar daños irreversibles en este Espacio Natural Protegido, ha alertado a Efe la plataforma constituida por vecinos de los 16 municipios que podrían verse afectados por su instalación.
En concreto, Sienes, Palazuelos, Carabias, Riba de Santiuste, Tobes, Imón, Cardeñosa, Santamera y Sigüenza se sienten amenazados por estos proyectos de ganadería.
Las granjas intensivas de cría de cerdos, "como bien saben en otras comunidades como Castilla y León, Cataluña o Aragón, que están empezando a hacer legislación para restringirlo" apuntan fuentes de esta plataforma, "infectan las aguas por nitratos, infectan los campos de labor, que se convierten en vertederos de los purines de los cerdos", además de apenas generar empleo.
Según sus informaciones, la granja más grande, prevista en Querencia, apenas dará empleo a nueve personas, mientras que los malos olores derivados de verter los purines en el campo, las plagas de moscas y mosquitos o la contaminación de pozos afectarán directamente a los negocios de hostelería y turismo rural, "y abocan a los pequeños pueblos, ya de por sí con pocos habitantes, al abandono por parte de sus habitantes", afirman.
Estas explotaciones pueden contaminar con nitratos las aguas superficiales y los acuíferos en los que los pueblos cercanos captan el agua para beber, según Ecologistas en Acción, que también ha alertado de las consecuencias de esta instalación.
Tan sólo 25 kilómetros separan Querencia de Sigüenza y por ello alertan de que "el reparto de purines llegará a terrenos a pie de pueblo", con el consiguiente perjuicio que esto tendrá para el motor del turismo en la zona.
En este sentido, Ecologistas en Acción ha recordado que su oposición busca defender las inversiones que se han hecho para consolidar el turismo rural en toda esta zona, en viviendas de gente que apuesta por la conservación de estos pequeños pueblos y por la conservación del patrimonio natural del Valle y Salinas del Salado y la Ruta del Quijote.
Esta preocupación ya ha sido trasmitida al Ayuntamiento de Sigüenza, con el que ambas plataformas han mantenido varias reuniones y harán lo propio con la Junta cuando tengan que pronunciarse en la autorización, si bien destacan "que estas empresa vienen a instalarse aquí porque no existe la legislación restrictiva que en otras comunidades", lo que les hace temer que finalmente la instalación sea una realidad y "se elija la mierda en lugar del turismo".
Por su parte, el Ayuntamiento de Sigüenza, que tendrá que elaborar un informe urbanístico favorable o no antes del 30 de julio previo a las demás autorizaciones competencia del Gobierno regional, como la de carácter medioambiental, ha señalado a Efe que Sigüenza "no ha recibido aún solicitud de licencia" al respecto del posible establecimiento en el término municipal de Sigüenza, concretamente entre los núcleos agregados de la Riba de Santiuste y Querencia, de una granja que se dedicaría a la cría de cerdos.
En este momento, puntualizan, a petición de los interesados, los técnicos municipales elaboran el informe urbanístico preceptivo que el empresario debe entregar a la Junta de Comunidades, "puesto que es el Gobierno regional y la Consejería de Medio Ambiente quien debe dar luz verde al proyecto", han afirmado fuentes municipales.
En cualquier caso, el Ayuntamiento de Sigüenza ha aseverado que "ha escuchado y escuchará, a todas aquellas personas que tengan algo que manifestar al respecto del proyecto".
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