Banco Popular, a tiro de OPA
Banco Popular parece haber perdido ya toda la confianza y cualquier periodo de gracia por parte de los mercados. Las acciones de la entidad se desplomaron este jueves en Bolsa un 17,9%, a 0,50 euros, su mínimo histórico, lo que lo sitúa a tiro de opa -oferta pública de adquisición- por las ayudas en forma de fondo de comercio negativo que ese precio generaría al comprador.
Banco Popular parece haber perdido ya toda la confianza y cualquier periodo de gracia por parte de los mercados. Las acciones de la entidad se desplomaron este jueves en Bolsa un 17,9%, a 0,50 euros, su mínimo histórico, lo que lo sitúa a tiro de opa -oferta pública de adquisición- por las ayudas en forma de fondo de comercio negativo que ese precio generaría al comprador. Esa incertidumbre en torno al sexto banco español se ha agudizado en los últimos días ante los temores a que su venta quede desierta y los rumores de una eventual intervención exprés.
A ese precio el banco queda valorado en 2.098 millones de euros, frente a su valor en libros de 11.000 millones. Es más: el Popular vale hoy en Bolsa menos del dinero -2.505 millones- que captó en su última ampliación de capital de junio del año pasado. Esto deja la entidad a merced de una opa por parte de otro gran grupo financiero. Como adelantó ayer ABC, la propia dirección de la entidad, encabezada por Emilio Saracho, se plantea ya enajenar el banco a 0,55 euros por acción, lejos de los 1,2 euros que se había planteado inicialmente. De hecho, los analistas atribuían gran parte de la caída ayer en Bolsa a que el precio de las acciones se ajustó a ese valor.
Los bancos interesados en adquirir el Popular, entre los que se encuentran BBVA, Bankia y el Santander -crecen las expectativas en el mercado entorno a que el primero de ellos es el que realmente tiene interés genuino, y la oferta le saldría por la mitad de lo que ofreció en noviembre-, no están dispuestos a ofrecer una prima a los actuales accionistas de la entidad ante las necesidades de provisiones del banco y la factura de los más que probables litigios por la última ampliación de capital. Es más, todo apunta a que eso les llevaría a exigir un descuento sobre la cotización.
A unos 0,5 euros por acción la transacción generaría además un fondo de comercio negativo de 9.000 millones, suficiente para compensar la negativa del Gobierno a conceder ayudas públicas. Cabe recordar que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya descartó conceder garantías al comprador frente a ese déficit de provisiones y costes legales, apuntando a una solución enteramente privada.
No hay contagio sistémico
En el mercado se recuerda además que los problemas de esta entidad no han contagiado al resto del sistema, de forma que no hay motivo para una intervención por parte del BCE. «Banco Popular cumple con los niveles de capital regulatorio exigidos», insistió ayer la entidad en un comunicado en el que negó que no haya superado un test de estrés interno que está realizando el Fondo Monetario Internacional (FMI) a toda la banca, añadiendo que este tipo de ejercicio es sectorial y no individual.
Ahora bien, fue este organismo internacional el que en un informe alertó en 2012 al Gobierno sobre Bankia y acabó desatando su rescate. Además, expertos financieros aclaran que el hundimiento de la cotización sí afecta a la capitalización del banco.
La dirección del Popular ha concedido 20 días más para la recepción de ofertas, hasta el 30 de junio. Ese anuncio se interpretó ayer en el mercado como una ausencia de pujas que conducirían al Popular a algún tipo de intervención pública. Eso ha jugado a favor de los posibles bancos compradores al reducir el precio de las acciones a su mínimo histórico.
Por eso algunas fuentes apuntan a que en los próximos días alguna entidad podría dar un paso al frente y lanzar una opa. Según ha podido saber ABC, en los círculos bancarios se sitúa con fuerza la opción de BBVA, que ya en noviembre hizo una oferta de 1,35 euros por acción pero que a la vista de las incertidubres sobre las cuentas del Popular y la falta de garantías públicas rebajó su interés, y a Bankia como los favoritos para comprarlo.