Sin freno: Tercer desplome de dos dígitos en Banco Popular
Las acciones del Banco Popular han cerrado hoy con un desplome del 18,16%, con lo que sellan una racha negra de tres sesiones con caídas de doble dígito. Mañana saldrán desde los 0,34 euros, en medio del temor generalizado del mercado a que la crisis que está sacudiendo a la firma que preside Emilio Saracho. Precisamente, la noticia de que el máximo ejecutivo de Popular se reunirá mañana con responsables del Banco Central Europeo, ha disparado aún más las especulaciones en las mesas de operaciones.
Las acciones del Banco Popular han cerrado hoy con un desplome del 18,16%, con lo que sellan una racha negra de tres sesiones con caídas de doble dígito. Mañana saldrán desde los 0,34 euros, en medio del temor generalizado del mercado a que la crisis que está sacudiendo a la firma que preside Emilio Saracho. Precisamente, la noticia de que el máximo ejecutivo de Popular se reunirá mañana con responsables del Banco Central Europeo, ha disparado aún más las especulaciones en las mesas de operaciones. Tampoco ha caído muy bien la noticia de que Crédit Mutuel haya renunciado a su posición como vocal en el consejo de administración de Banco Popular después haber adquirido la participación del 48,98% que el banco presidido por Emilio Saracho poseía en Targobank por 65 millones de euros.
La reunión entre responsables de la entidad y la institución presidida por Mario Draghi estaba prevista antes de que se produjeran los últimos acontecimientos que han afectado al banco. Precisamente, el BCE está llevando a cabo una inspección a Popular como parte de su programa ordinario de supervisión. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) está realizando un análisis sobre el sistema financiero español, cuyos resultados dará a conocer "a mediados de julio", según indicó la institución.
En la reunión de mañana con el BCE, los responsables de la entidad podrían solicitar al supervisor un refuerzo de su posición de liquidez, si se viera debilitada por las posibles retiradas de depósitos de la entidad, que en mayo alcanzó una ratio de liquidez del 146% y cumplía con todos los requisitos regulatorios. Saracho acudirá a su cita con el BCE acompañado por el consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín. La intención es explicar a los responsables del supervisor europeo la situación de la entidad y hacer valer que sigue cumpliendo los niveles de solvencia requeridos en Europa.
La noticia ha metido miedo al mercado, dónde Bloomberg explica que no se descarta que el banco pida asistencia al supervisor europeo para guiar sus decisiones en caso de que finalmente no logre la liquidez que pretende. "La reunión se produce en un momento delicado para la cotización", admiten los analistas de Bankinter. En lo que llevamos de año, las acciones de Popular bajan un 61%, y solo en las tres últimas sesiones, los descensos superan el 40%. "Esperamos que continúe la volatilidad hasta que se conozca el volumen de provisiones necesarias y si hay un competidor interesado en realizar una operación corporativa en torno a los precios de mercado actuales", apuntan estos expertos.
Tanto es el miedo entre los inversores y el estrés que soporta Popular, que las tensiones se han trasladado al mercado de crédito. De este modo, la curva de crédito del banco se ha invertido y los inversores tienen que pagar más por asegurar la deuda de corto plazo que la de largo (a través de CDS o 'credit default swaps'), lo que refleja la preocupaciones en el mercado sobre la capacidad de Popular para recuperar su balance y zanjar con éxito la crisis en la que se haya inmerso.
CDS de Popular a un año Vs CDS a cinco años
Lo cierto es que los inversores tienen ahora mismo máxima desconfianza en Popular. Llegan a las mesas de operaciones nuevos rumores sobre el futuro del banco, que apuntan en varias direcciones, entre ellas un posible desinterés de una de las entidades supuestamente aspirantes a adquirirlo, o el convencimiento del mercado de que la mejor salida sería una resolución ordenada, la antigua liquidación.
A este respecto, 'Cinco Días' informa de que el mercado especula con una intervención de Popular y que entre todos los instrumentos que pueden absorber pérdidas (CET1, AT1 y Tier2) suman unos 8.000 millones de euros, El diario indica que los desplomes de las acciones se deben al temor de que Popular no pague el próximo cupón del 10 de julio de los bonos contingentes convertibles (CoCos), aunque la entidad cuenta con margen para ello y tiene intención de abonarlo, y que el BCE podría desaconsejárselo.
Sobre la situación del banco, los analistas de Link Securities explican que "la política de comunicación de Popular, al no indicar de forma clara la situación de la entidad y la estrategia futura de la misma, ha generado todo tipo de rumores acerca de su solvencia y su viabilidad como banco independiente, lo que ha propiciado el desplome de la cotización". En su opinión, es necesario clarificar "cuanto antes" la política de Popular, y quizás acelerar el calendario de desinversiones para eliminar la incertidumbre que acecha a la entidad.
El problema, como observan en Bloomberg Inteligence, es que a medida que caen más las acciones, Popular se mete en una especie de círculo vicioso de muy difícil encaje. A menores precios de mercado, aumenta el riesgo de mayor dilución si Popular intenta una ampliación de capital, mientras que el desplome en bolsa desincentiva a los potenciales compradores, ante las perspectiva de que vengan mayores caídas sin que se vean acompañadas por garantías adicionales que animen a la puja. Eso, sin contar con posibles demandas que pueda recibir la entidad.
Los 'cortos', al acecho
El banco afronta así una especie de test de estrés o prueba de resistencia: "si arranca con más descensos, se espera alguna decisión de las autoridades competentes sobre su futuro más inmediato", informan en abc.es María Jesús Pérez y Moncho Veloso. Si, por el contrario, las compras se hacen dueñas del parqué, habrá que esperar a jornadas posteriores para saber qué ocurrirá. ¿Venta o intervención?
A día de hoy la entidad que preside Emilio Saracho está valorada en 1.733 millones de euros, ya por debajo de los 2.505 millones que captó con la ampliación de capital de junio de 2016 y lo que es más grave, muchísimo menos de los 11.000 millones de fondos propios que acumula, lo que le coloca como una auténtica perita en dulce para que otro gran banco se anima a lanzar una oferta pública de adquisición (opa) para adquirirlo. Y a precio de derribo.
Y es que las dudas del mercado respecto al futuro de la entidad persisten. Popular sigue sin venderse ni acometer otra operación que lo reflote (como una ampliación de capital, prácticamente ya descartada). A esto se suma que el plazo para recibir ofertas y concretar en su caso la venta se extendió hasta final de mes y la acción no ha dejado de ser pasto de la especulación y la volatilidad.
De hecho, los analistas consultados por este periódico coinciden al señalar que a esta dramática situación ha llegado en buena parte por la especulación entorno a su acción desde el momento en que el anterior presidente del banco, Ángel Ron, anunciara la última ampliación de capital, por 2.500 millones de euros.
Del Valle quiere mil millones
En aquel preciso momento, las posiciones bajistas -que tradicionalmente han sido altas en el banco- empezaron a retirarse. Pero por poco tiempo. Según ha podido saber ABC de fuentes del entorno del anterior equipo gestor, uno de sus principales accionistas, el inversor mexicano Antonio del Valle -con el 4,1% de la participación del Popular- le pidió a Ron que le «guardara» 1.000 millones de dicha operación, algo a lo que el presidente se negó. Una negativa que coincidió en el tiempo, días después, con el inicio de nuevas y fuertes posiciones bajistas sobre el valor del banco.
Desde entonces, las operaciones a corto sobre los títulos del banco en manos de los fondos de cobertura, considerados especulativos, empezaron a crecer como la espuma. Según los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), dichas posiciones cortas pasaron de ser el 3,16% sobre el total del capital de la entidad en junio de 2016 antes de la ampliación de capital al 12,06% del 26 de mayo de este año, último día recogido en la CNMV.
Fuentes financieras consultadas por este diario especifican que, en cualquier caso, ese 12% es lo declarado ante el organismo regulador, y recuerdan que es obligatorio declarar las posiciones individuales declaradas iguales o superiores al 0,5%, más el total de las posiciones iguales o superiores al 0,2% e inferiores al 0,5%. Por lo tanto, podría darse el caso de diversas operaciones no declaradas por debajo de ese 0,2% por paquetes de un mismo inversor, y por tanto la exposición a corto ser mayor.