Apple encumbra a Warren Buffett
Apple se convierte en una de las apuestas más rentables en la cartera de Berkshire Hathaway tras el furor de la tecnología con la pandemia.
Berkshire Hathaway, el holding inversor de Warren Buffett, alcanzó un valor de mercado esta semana de 442.798 millones de dólares.
El 21% de esta cifra, más de la quinta parte de lo que vale el grupo en bolsa, lo explica la participación que la compañía tiene en Apple, cuya capitalización es de 91.400 millones de dólares, según los datos de Bloomberg.
Este porcentaje apenas llegaba al 13% a principios de año. Pero el estallido de la pandemia del coronavirus ha supuesto una fuerte subida en bolsa de las compañías tecnológicas, vistas por inversores y analistas como las grandes ganadoras de esta crisis.
Y la propia Apple se ha beneficiado de esta tendencia, al revalorizarse en lo que llevamos de año en torno al 29%.
Berkshire Hathaway es el tercer accionista de Apple, con una participación del 5,79%, solo por detrás de Vanguard, primer accionista con un 7,7% y de Blackrock, que ostenta el 6,34%.
La marca de la casa
Cuando Buffett desveló por primera vez su entrada en Apple, en el primer trimestre de 2016, los títulos de la manzana cotizaban en Wall Street en torno a los 100 dólares. Hoy valen 379 dólares.
En realidad, esta es la esencia pura del ‘Oráculo de Omaha’, la marca de la casa, su capacidad para detectar empresas infravaloradas por el mercado para comenzar a levantar posiciones millonarias.
Lo que sorprende más es que las mayores alegrías que está recibiendo el magnate lleguen desde el sector tecnológico, una industria que Buffett rechazó sistemáticamente durante décadas.
Aversión a la tecnología
El famoso inversor ya se perdió el ‘boom’ tecnológico de la década de 1990, una decisión que supuso un gran coste para sus accionistas y fuertes caídas en bolsa para Berkshire Hathaway.
Pero al pincharse la burbuja, el hólding volvió a recuperarse con celeridad, al percibir los inversores que el grupo de Buffett era de las pocas alternativas seguras en un mundo que había enloquecido por completo al calor del furor tecnológico.
En realidad, Buffett no es que tuviera una aprensión especial por la tecnología. La cuestión es que siempre ha buscado compañías que sean fáciles de entender, muy predecibles en sus ingresos y con unos flujos de caja estables y regulares.
Ello excluye del universo Buffett a la práctica totalidad de las tecnológicas, mucho más complicadas que las aseguradoras o las grandes compañías del sector consumo. Y sin un modelo de negocio claro, lo que los inversores en valor suelen llamar ‘foso defensivo’.
Gran consumo
Por eso mismo sorprendió la entrada en Apple, una apuesta que ahora se revela como de las más rentables en el ‘track récord’ de Berkshire Hathaway.
Sin embargo, la compra Apple hace ahora algo más de cuatro años resultó tener mucho sentido para los criterios de Buffett. Por aquel entonces, la firma de Cupertino era ya una compañía de gran consumo más que una tecnológica al uso.
Además, la inversión no la llevó directamente Buffett, sino uno de sus delfines favoritos, Todd Combs, y de los que más suenan para suceder al ‘Oráculo de Omaha’ al frente de Berkshire Hathaway.
Nuevos ejecutivos para nuevos tiempos, pero siempre la misma filosofía, la inversión en valor. Algunas de las fortalezas que Apple empezaba a enseñar en aquel entonces, son hoy una sólida realidad, como por ejemplo, el rentable ecosistema de servicios que ha construido el grupo.
El objetivo de lograr ingresos por servicios superiores a los 50.000 millones de dólares en 2020 está en camino de alcanzarse, y en plena pandemia, lo que justifica las subidas en bolsa que han hecho de Apple una de las apuestas más rentables para Berkshire Hathaway.
Zona de confort
Pero no todas las incursiones de Buffett en el sector tecnológico han sido idílicas. Y el ejemplo es IBM, una inversión que Berkshire Hathaway anunció en 2011 y de la que se deshizo hace un par de años, tras admitir el inversor que su análisis había sido defectuoso.
Con todo, la primera compra que hizo Warren Buffett tras el estallido de la pandemia fue la de los activos de gas de Dominion Energy, una apuesta por los flujos de caja estables que siempre ofrece el sector energético y una especie de regreso del magnate a su zona de confort.