Astrazeneca se une a Moderna en la protección contra la variante delta
Una tercera dosis de la vacuna de Astrazeneca sirve para aumentar la inmunidad frente a la nueva cepa del Covid-19. Las acciones cierran un gran trimestre y se lanzan a por máximos
Los últimos resultados presentados por Astrazeneca logran transmitir algo de calma mientras los mercados bursátiles continúan a la baja ante la variante Delta del Covid-19.
La vacuna de la farmacéutica británica genera una fuerte respuesta inmune frente a la nueva cepa del coronavirus, según un estudio de la Universidad de Oxford, cocreadora del tratamiento.
El anuncio cobra mayor importancia teniendo en cuenta que el Reino Unido, epicentro europeo de la variante delta, tiene el mayor porcentaje de población vacunada con Astrazeneca.
Se suma, además, al de la estadounidense Moderna, que también confirmó que su tratamiento protege contra la nueva variante.
Eficacia en función de cada intervalo
La vacuna de la farmacéutica aumenta su eficacia en función del número de dosis administradas, según los resultados preliminares publicados en la revista The Lancet.
Mientras que los niveles de anticuerpos permanecen elevados durante un año tras la primera inyección, con un intervalo de 45 semanas respecto a la segunda dosis aumentan en hasta 18 veces frente a los parámetros iniciales de los pacientes.
En este periodo, los resultados arrojan además un nivel de anticuerpos cuatro veces superior frente al intervalo de 12 semanas entre cada inyección, la pauta marcada por Astrazeneca.
Los anticuerpos aumentan tras la tercera dosis
Una tercera dosis, además, administrada al menos seis meses después de la anterior, aumentó en hasta seis veces el número de anticuerpos.
“También resultó tener mayor actividad neutralizante contra las variantes Alfa, Beta y Delta”, explicó Astrazeneca en un comunicado.
“Hay una excelente respuesta a una segunda dosis, incluso después de un retraso de 10 meses desde la primera”, explica el profesor Andrew J. Pollard, investigador jefe del grupo de vacunas de la Universidad de Oxford.
“Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menor suministro de la vacuna, que pueden estar preocupados por los retrasos en el suministro de una segunda dosis a sus poblaciones”, añade el experto.
España, pendiente de la llegada de las nuevas dosis
Uno de estos países es España, en el que los ciudadanos de entre 60 y 69 años esperan la llegada de un nuevo lote de vacunas de Astrazeneca para la aplicación de la segunda dosis.
De los 12 millones de dosis esperados por el Gobierno solo han llegado algo más de 7 millones. Se han administrado, además, 5,6 millones de vacunas, según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad.
La preocupación reside en la política de comunicación de la farmacéutica, que no hace público el motivo de los retrasos después de los problemas presentados por la vacuna.
Mielitis, trombos… y hasta un temporal
Estos contratiempos no son una novedad. Astrazeneca y Oxford llegaron a suspender los ensayos clínicos a comienzos de septiembre del año pasado tras identificar una enfermedad “potencialmente inexplicable” en uno de los voluntarios.
Se especuló entonces con que podría tratarse de mielitis, una afección de la médula espinal.
Semanas después, la propia farmacéutica tuvo que confirmar que su vacuna no produjo tal enfermedad en los pacientes. “Es improbable que esté vinculada”, dijo Astrazeneca a mediados del mismo mes.
Sin embargo, este retraso le costó a la compañía una resta en su credibilidad que supieron aprovechar Moderna y la también estadounidense Pfizer, que no revelaron problemas.
En marzo de este año, la aparición de trombos sanguíneos y problemas de coagulación presentados por una muestra mayor de pacientes volvió a provocar retrasos en las entregas.
Por si no fuera suficiente, el temporal Christoph que azotó el Reino Unido en febrero provocó inundaciones en la fábrica de Workhardt, en Gales, una de las de mayor capacidad de Astrazeneca y motivo por el cual la compañía tuvo que informar de nuevos retrasos.
Disputa abierta con la UE
Países como Italia, Austria y Dinamarca fueron algunos de los que suspendieron entonces el tratamiento antiCovid con la vacuna de Astrazeneca.
La propia Agencia Europea del Medicamento (EMA) amagó con retirar incluso la autorización en territorio europeo.
Los retrasos sí le han costado a la compañía una batalla judicial -que continúa abierta- con la Unión Europea (UE) por la falta de suministros.
Bruselas informó a comienzos de este mes que no compraría más vacunas a la farmacéutica debido a las menores entregas: de los 300 millones de dosis firmados en el contrato entre ambas partes, Astrazeneca no ha conseguido enviar ni una tercera parte del volumen total.
Las acciones resisten y apuntan a máximos
Pese a todo, las acciones de la farmacéutica han logrado esquivar los problemas externos.
Frente al 4 por ciento que sumaron en el primer trimestre, entre abril y junio los títulos han remontado un 20 por ciento. Se sitúan ahora en torno a los 8.850 peniques (unas 0,08 libras por título, o 0,09 euros).
Las acciones convencen también por su potencial. Los analistas del banco británico Barclays y del bróker Carnegie sitúan su precio objetivo en más de 10.000 peniques 0,11 euros, mientras que el consenso consultado por Finanzas.com le da un potencial de revalorización del 5,6 por ciento.
Esto le serviría para superar sus máximos históricos alcanzados en julio del año pasado después de anunciar que trabajaría en una cura contra el coronavirus.
Un 86 por ciento de los analistas del panel apuesta por la compra de títulos, con una lista de firmas que engrosan Credit Suisse, Societé Générale, BNP Paribas o Deutsche Bank.
“Vemos un fuerte aumento en la mayoría de activos de Astrazeneca”, señala Emmanuel Papadakis, responsable del análisis del banco alemán.
En este sentido, el experto alude a las “tendencias particularmente fuertes” de algunos medicamentos como Calquence o Lokelma que distribuye la farmacéutica.
Nuevos medicamentos por llegar
Y es que más allá de la lucha contra la pandemia, la farmacéutica muestra avances en otros terrenos.
Astrazeneca anunció esta semana la recomendación para la aprobación en territorio europeo del medicamento Forxiga, utilizado en el tratamiento de enfermedades renales.
Otro de los puntos fuertes es su batalla contra distintos tipos de cáncer, para lo que la farmacéutica aprobó recientemente el nombramiento de la doctora Susan Galbraith como vicepresidente ejecutiva de investigación de la unidad de oncología.
Galbraith, una veterana de Astrazeneca con más de 10 años en la compañía, tiene el reto de gestionar la expansión de medicamentos como Lynparza- un inhibidor en cánceres de ovario, mama, próstata y páncreas- o del Orpathys, que se utiliza contra el cáncer de pulmón.
Según las últimas noticias anunciadas por la farmacéutica, estos ya han recibido la aprobación para su uso en China, uno de los mercados en los que Astrazeneca tiene una menor presencia respecto a sus competidores y que supondrá un nuevo catalizador para el crecimiento económico de la compañía.