El Corte Inglés abre la puerta a la salida de Dimas Gimeno como presidente en 15 días

Siete de los 10 consejeros ya apoyan la destitución, que se tratará en un otro consejo en junio tras el de ayer, en el que se enconaron las posiciones

El primer asalto previsto entre las familias propietarias de El Corte Inglés se saldó este miércoles con la constatación de que la mayor parte del consejo de administración de la empresa es favorable a que su actual presidente, Dimas Gimeno, deje de serlo en apenas dos semanas. Ese es el plazo con el que cuenta el principal órgano de dirección ejecutivo de la corporación para convocar un consejo extraordinario en el que debatan la salida del presidente, quien salvó la posibilidad de que se acelerara su cese, aunque previsiblemente no lo evitará en la siguiente reunión del grupo.

Porque de los diez miembros que forman parte de ese consejo, siete son favorables a la destitución de Dimas Gimeno. La última en hacerlo fue precisamente este miércoles Paloma García Peña, la representante de Cartera Mancor, sociedad que tiene un 10% del accionariado, según fuentes cercanas a la empresa. Los dos primeros en solicitarlo formalmente a principios de mayo fueron los consejeros delegados, Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa. A ellos se les unieron dos directivos históricos -con sillón en el órgano de alta dirección- del grupo: Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echavarría. Además, las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil -primas de Gimeno y herederas del expresidente, Isidoro Álvarez- también habían mostrado su apoyo al cese.

Los contrarios al presidente representan más de un 60% del accionariado del grupo, sobre todo por la posición que ostentan las hermanas Álvarez Guil tanto en la Fundación Ramón Areces (37,3% del grupo), como en IASA (dos tercios del 22,1% de la distribuidora), así como Cartera Mancor (7%) y una buena parte de los directivos que tienen en su conjunto un 14,4% del grupo, incluidas las acciones en autocartera.

Solo restan por pronunciarse el inversor catarí Al Thani, quien ostenta otro 10% de El Corte Inglés desde agosto de 2015; y Manuel Pizarro. Ninguno de los dos quiso dejar clara su postura sobre el cese de Dimas Gimeno e incluso se habrían pronunciado en contra de la intención de las hermanas Álvarez Guil de plantear la destitución del presidente en el consejo ordinario de este miércoles, dentro del turno de ruegos y preguntas. La mayor parte del consejo prefiere hacerlo en una reunión exclusiva para tratar este tema.

La convocatoria de ese inminente consejo de administración fue apoyada por unanimidad de todos los miembros que forman parte del órgano. Será entre los próximos días 4 y 15 de junio y, salvo que cambien las posturas mostradas por todos los miembros, una amplia mayoría prefiere desalojar al sobrino de Isidoro Álvarez de la presidencia que asumió precisamente avalado por su tío, que falleció en septiembre de 2014.

El negocio, para los CEOs

Gimeno aprovechó el consejo para tratar los asuntos que había incorporado en el orden del día relacionados con el proceso de modernización de la compañía que quiere llevar a cabo, entre ellos una salida a Bolsa. Con esta posibilidad intenta atraer el apoyo de consejeros como el inversor catarí. Aunque el consejo habría acogido bien la posibilidad de realizar esa eventual operación, en ningún momento se votó. Además, los miembros del órgano de dirección comunicaron a Gimeno que si es relevado de su cargo serían los dos consejeros ejecutivos actuales los que tomarían las riendas del negocio, apuntan fuentes cercanas.

Esa fue la respuesta que recibió Gimeno para el resto de propuestas que puso sobre la mesa y que versaban sobre el proceso de transparencia y «saneamiento» de las estructuras de la firma en varios frentes, pero sobre todo en lo relativo al gobierno corporativo. Por ejemplo, con más consejeros independientes. El consejo se limitó a recordar que «mantiene su política de profesionalización de la gestión y adaptación de la empresa a las mejores prácticas de gobierno corporativo», según apunta la corporación. También en este caso, Gimeno recibió buenos gestos, pero ninguna votación y advertencia de que esa competencia correspondería a los CEOs. Lo mismo ocurrió con la investigación para determinar supuestas responsabilidades del jefe de seguridad del grupo al contratar ese servicio con una empresa vinculada a familiares.

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