JP Morgan ficha un tigre para su nueva oficina en el metaverso
El banco estadounidense ha abierto un espacio en el metaverso que refleja su apuesta por este nuevo mundo virtual
Al entrar a la nueva oficina de JP Morgan los usuarios se encuentran con un tigre que deambula por el recibidor, un cuadro del CEO del banco, Jamie Dimon, y la imagen de un satélite colgada en la pared. La gracia es que el espacio, claro está, no existe físicamente, sino que tiene que visitarse en el metaverso.
El universo paralelo y digital por el que tan fuertemente ha apostado Mark Zuckerberg cada vez acoge más usuarios, provocando un efecto llamada al que ha respondido JP Morgan.
La entidad financiera estadounidense ha abierto esta semana el espacio virtual de su división dedicada a la tecnología blockchain, Onyx, en el centro comercial Metajuku, un punto de encuentro del metaverso controlado por la plataforma Decentraland.
Y aunque el lugar no sirva en estos momentos más que como galería para echar un vistazo a la cronología de desarrollo de la tecnología blockchain dentro de la compañía, es una señal del incipiente interés de los grandes inversores institucionales en asegurar su porción del mercado, antes de que este explote.
¿Por qué ha dado JP Morgan este paso hacia el metaverso?
El espacio de JP Morgan en el metaverso puede entenderse como un guiño bizarro del banco a este nuevo mundo que tantos titulares está acaparando en los últimos meses, puesto que no es posible interactuar con el tigre que camina libremente por la oficina ni acercarse a la imagen planetaria da acceso a otra cosa que una explicación del proyecto de Onyx para transferir activos a través de un sistema de satélites.
El paso adelante, no obstante, ha llegado a las pocas semanas de que JP Morgan emitiera un informe sobre las oportunidades para las empresas en el metaverso.
En el análisis, la empresa explora cómo pueden adentrarse las empresas en el metaverso y extraer un uso práctico del mismo, alejado del ruido generado a su alrededor, llegando a la siguiente conclusión:
"El metaverso probablemente se infiltrará en todos los sectores de alguna manera en los próximos años, con una oportunidad de mercado estimada en más de un billón de dólares de ingresos anuales".
Por ellos, el banco norteamericano piensa que bien sea a través de grandes empresas tecnológicas como Microsoft planeando la creación de espacios de trabajo realistas, o con estrellas del pop como Ariana Grande celebrando conciertos en Fortnite, "las oportunidades que ofrecen los mundos digitales interactivos parecen ilimitadas".
La burbuja inmobiliaria virtual
El informe de JP Morgan cifra que algunas de las oportunidades que tendrán las empresas en el metaverso es la del acceso a transacciones en activos virtuales por valor de 54.000 millones de dólares, o al potencial en expansión de una industria de los NFT que ha alcanzado los 41.000 millones de dólares en capitalización de mercado.
Un sector que ya ha crecido significativamente dentro del metaverso es el inmobiliario, sobre el que el informe de JP Morgan destaca que "el precio medio de una parcela se duplicó en una ventana de seis meses en 2021".
El precio por parcela en el metaverso saltó de 6.000 dólares en junio a 12.000 dólares en diciembre en los cuatro principales metaversos de la Web, entre los que destacan The Sandbox y Decentraland, el metaverso donde se encuentra la oficina del banco norteamericano.
Según señala un informe de Delphi Digital, la atención sobre estas parcelas ganó más tracción precisamente en noviembre, mes en que Facebook cambió su nombre por meta, provocando un terremoto de empresas que no han querido quedarse sin sitio este nuevo universo.
"En parte, este crecimiento se debe a que las marcas han comprado espacio para crear tiendas virtuales y otras experiencias", explica el informe de JP Morgan. La entidad financiera añade, además, que "en junio de 2021 un paquete de terrenos en Decentraland se vendió por 913.000 dólares".
El espacio en cuestión se lo quedó la suerte de promotor inmobiliario digital, Every Realm, que lo convertirá en un distrito comercial virtual llamado Metajuku que además de inspirarse en el distrito comercial japonés de Harajuku, es precisamente el lugar en que JP Morgan ha abierto su oficina.
El papel del ether
En toda esta expansión del metaverso, el ether tendrá un papel fundamental, bien como criptomoneda de referencia, bien como "materia prima" para crear tokens personalizados o NFT.
Este rol como gasolina del universo digital es, precisamente, uno de los argumentos que ya defendió JP Morgan para escoger al segundo criptoactivo del mercado por delante del primero actualmente, el bitcoin.
Esta premisa la apoyaba también Morgan Stanley, que recientemente explicaba que, a diferencia de la intención del bitcoin de actuar como un refugio de valor y divisa válida para cualquier transacción en el mundo real, el ether está consiguiendo atraer a su red de blockchain toda una base de usuarios interesados por desarrollar apps de finanzas descentralizadas.
En ese papel, el ether puede crecer de forma paralela a un metaverso donde las grandes instituciones ya reservan su asiento preferente, sin ahorrarse las extravagancias ya vividas en otras épocas en el mundo real, como el gusto por los tigres en algunos casinos de Las Vegas.