Telefónica: luces y sombras de la gran revolución
El mercado ha acogido con alzas del 1,1% la nueva reorganización estratégica de Telefónica. La decisión más relevante pasa por[…]
El mercado ha acogido con alzas del 1,1% la nueva reorganización estratégica de Telefónica. La decisión más relevante pasa por segregar en una nueva unidad el mercado de Latinoamérica (que se llamará Hispam y excluye a Brasil) y en concentrar los esfuerzos de crecimiento e inversión en España, Alemania, Reino Unido y Brasil. Además, se creará Telefónica Tech y Telefónica Infra, lo que junto con el resto de actuaciones, pretende conseguir más de 2.000 millones de euros adicionales en ingresos y dos puntos más de margen operativo.
Con los ingresos en América Latina evolucionando a la baja, el mercado sospechaba que Telefónica debería dar un golpe de timón. Además, buena parte de los sobresaltos que cosecha la multinacional en tierras latinoamericanas se ven perjudicados por la inestabilidad social que se ha desatado en los últimos meses en muchos países de la región, principalmente porque acelera la volatilidad de las divisas y descuadra las cuentas de la compañía.
Desde la compañía insisten en que todo es un movimiento para ganar en flexibilidad por lo que pueda venir y descartan que el inestable clima político en Latinoamérica haya tenido que ver con esta reorganización, argumentando que este movimiento "no se prepara en dos meses". Pero la reacción alcista de las acciones sugiere que al mercado si le ha gustado esta separación de divisiones y se comienza a pensar que lo que puede venir es un comprador a llevarse este nuevo paquete rebautizado como Hispam.
Al fin y al cabo, el 80% de los ingresos proceden de los mercados que Telefónica ha seleccionado como 'core', por lo que no tiene sentido seguir echando el resto en mercados como México o Argentina, donde hay mucha competencia con la que lidiar y poca rentabilidad que obtener.
En opinión de los analistas de IG, lo que ha hecho Telefónica es montar "un cortafuegos entre sus mercados principales y Latinoamérica", decisión que califican de "acertada" vista la reacción de los títulos. "La especial agitación que siempre registran los países de la región se ve reflejada en el errático comportamiento de algunas de sus divisas y esta situación se ha visto especialmente acentuada en los últimos meses con los últimos acontecimientos políticos y sociales en países como Argentina, Colombia, Chile o Venezuela", apostillan en IG.
El plan desvelado ayer por el presidente de la multinacional, José María Álvarez-Pallete, simplifica los negocios y focalizar los esfuerzos en los mercados clave, para intentar reconducir la evolución de las acciones, que han caído alrededor del 50% en los últimos cinco años. Tiene sentido estratégico, al impulsar la reorganización de la división latinoamericana, cuyos ingresos evolucionan a la baja, y crea además una división de infraestructuras que servirá para poner en valor las torres de comunicaciones.
Que la mayoría de los mercados de América Latina no eran una prioridad es algo que el mercado tenía bastante claro. A principios de año, Telefónica vendió a Carlos Slim sus filiales en Guatemala y El Salvador y un mes más tarde se desprendió de las divisiones de Panamá, Costa Rica y Nicaragua. Pero aunque la operadora no ha puesto oficialmente el cartel de "se vende" al resto de mercados latinoamericanos, es evidente que el pack completo tiene una mejor salida si de lo que se trata es de buscar un comprador.
Una posible salida de la región sería una prioridad estratégica que, si se abordara, reduciría la exposición de la compañía al entorno macro desafiante y permitiría una reducción del apalancamiento. Claro que vender no será fácil y este un factor clave que hay que tener muy en cuenta. Los analistas de UBS calculan que los activos que tiene Telefónica en América Latina (excluyendo a Brasil) cotizan a un múltiplo EV/Ebitda de 4 veces, pero para que las ventas tengan un efecto material en desapalancamiento, consideran que habrán de hacerse a unos múltiplos de al menos 6 veces EV/Ebitda.
Las zonas oscuras
Es precisamente la reducción de la deuda el factor que más ha penalizado a Telefónica en los últimos años. El entorno exige fuertes inversiones para competir en el futuro con garantías, lo que deja fuera de juego a las compañías demasiado apalancadas.
Tenía la opción Telefónica de haber acompañado todas estas medidas con algún anuncio destinado a combatir el endeudamiento, como por ejemplo, anunciando el recorte del dividendo. Sin ir más lejos, en UBS calculan que una rebaja de 6,5 céntimos en el dividendo por acción podría reducir en dos años el ratio deuda/ebitda desde el 4% al 3,8%. Por Pero el grupo ha preferido no alterar la paz social en su accionariado.
Además, como plantean en Bank Of America, el plan deja preguntas estratégicas sin respuesta, en particular en los mercados que la compañía ha designado como centrales o prioritarios. Por ejemplo, en Alemania y Reino Unido la prioridad es el negocio móvil mientras que en España es la convergencia total y en Brasil la convergencia parcial.
Eso sin contar con que las medidas anunciadas para simplificar la cartera o monetizar los activos plantean un gran riesgo de ejecución. También destacan estos expertos que los títulos de Telefónica estarán más expuestos en el corto plazo a la competencia, presión que no cree que cese en España, Reino Unido y Alemania.
En su misma línea crítica, los economistas del banco estadounidense tampoco tienen muy claro que la segregación de los negocios en América Latina sea la respuesta. Telefónica era compleja antes y sigue siéndolo, la formación de una nueva unidad con todas las empresas latinoamericanas ex-Brasil "no es un catalizador obvio para la racionalización", apuntan estos expertos.
Otra alternativa para reducir deuda pasa por hacer caja con las torres de telecomunicaciones, aunque tampoco la operadora ha dado una guía clara de lo que piensa hacer con estos activos, más allá de agruparlos baja el paraguas de una nueva empresa, Telefónica Infra, cuyo buque insignia es Telxius. Pero no será fácil colocar estos activos en el mercado, y de hecho, ni siquiera la propia Telefónica pudo sacar adelante la salida a bolsa de Telxius.