El golpe en Mali frena la trayectoria estelar de las mineras de oro
La situación política de Mali, cuarto productor de África, amenaza la extracción de metal precioso en el país y provoca caídas en el sector minero
El sector minero ha encontrado un inesperado obstáculo al rally que vive este año, motivado por la fuerte revalorización que ha vivido el oro en 2020.
En concreto, se trata del golpe de estado producido en Mali, cuarto productor de este metal precioso en África, que amenaza la extracción en el país y está castigando a las compañías mineras con exposición a la región (algunas de las más importantes del mundo).
Barrick Gold, entre las afectadas
Barrick Gold, por ejemplo, se dejaba un 3 por ciento en bolsa el jueves ante el miedo de que el complejo minero que posee en Loulo-Gounkoto (Mali) se vea afectado por la incertidumbre política tras la dimisión del presidente de país.
De esta manera, Barrick Gold ponía freno a un rally que le ha llevado a máximos históricos tras revalorizarse más de un 55 por ciento en lo que va de año (debido a la revalorización del metal precioso, utilizado como activo refugio ante el incremento de la incertidumbre por la crisis del coronavirus).
Por su parte, la minera canadiense B2Gold, que opera la mina maliense de Fekola, se dejó un 7 por ciento el miércoles, que se unió a un 7 por ciento adicional el martes, frenando también otro rally que le ha llevado asimismo a máximos históricos tras revalorizarse un 57 por ciento en 2020.
Pero, además de estas dos, hay otros ejemplos: Hummingbird Resources, cuya única mina operativa se encuentra en el país, cedió el miércoles un 10 por ciento, que se unió al 5 por ciento que ya había caído el martes, un importante retroceso que dejó las subidas anuales en el 47 por ciento.
Asimismo, la compañía australiana Resolute Mining se dejó un 17 por ciento de su valor en bolsa el miércoles, debido a la mina que posee en Syama, en el sudeste de Mali.
Todo esto se produce pese a las declaraciones de compañías como Barrick Gold que han asegurado que siguen operando con relativa normalidad en el país.
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"El complejo (de Loulo-Gounkoto) tiene un inventario adecuado para poder cumplir con los pedidos que se esperan y el equipo gestor ha tomado las medidas adecuadas para asegurar las líneas de suministro. La compañía monitoriza la situación de cerca, en comunicación con los socios locales”, ha dicho Barrick en un comunicado.
Una situación política complicada
Si bien, la situación en Mali es complicada. El presidente, Ibrahim Boubacar Keita (en el cargo desde 2013), dimitió el miércoles, horas después de ser arrestado por los militares del Ejército.
Keita argumentó que, con su decisión, quería evitar un derramamiento de sangre ante un golpe de estado que se produce tras semanas de protestas por unas elecciones controvertidas, la corrupción rampante y la violencia islamista que sigue asolando algunas partes del país.
El Ejército ha asegurado que sus planes pasan por instaurar un gobierno de transición hasta la celebración de nuevos comicios.