Cambiar el modelo...fiscal
Antes de transformar la economía española, hacia un modelo productivo más sostenible, habría que replantearse modificar, por completo, un modelo[…]
Antes de transformar la economía española, hacia un modelo productivo más sostenible, habría que replantearse modificar, por completo, un modelo fiscal como el que tenemos, basado en el sector inmobiliario. Si ya no queremos que se compren tantas viviendas, habrá que buscar, entonces, otras fórmulas fiscales diferentes a las actuales: porque prácticamente todos los impuestos (locales, municipales y nacionales) se sostienen bajo la teoría inmobiliaria de que cada vez se compraban más pisos y de que éstos nunca se depreciaban.
En el ámbito local, la mayor parte de los ingresos que llegan a los ayuntamientos provienen de un tributo cuya máxima es que, cuantas más viviendas nuevas haya, más dinero se genera. El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) ha resultado realmente beneficioso en los últimos 20 años para las corporaciones locales. Ahora, por mucho que se incremente el tipo, no será posible llegar al nivel de recaudación de los últimos años.
En las regiones, el Impuesto de Transmisiones y el de Sucesiones han sido los grandes pilares de crecimiento. Ya sabemos que, con el segundo de ellos, poco se puede hacer, gracias a la carrera meteórica por dejarlo prácticamente invalidado. Pero el primero de ellos es una pata fundamental para la recaudación autonómica, y depende, en gran medida, de la compraventa de inmuebles. Si estas operaciones se siguen reduciendo, habrá que pensar en otros tributos más sostenibles.
Y en el ámbito nacional, ¿qué se ofrecerá a cambio de reducir drásticamente la más importante, utilizada y codiciada de las deducciones fiscales -la de vivienda-. ¿Algún otro aliciente sostenible que fomente la presentación de Declaraciones de la Renta y evite el temido fraude fiscal?