Cómo redactar un testamento que evite peleas al repartir una herencia
Redactar bien un testamento implica tener en cuenta los plazos, nombrar a los herederos y determinar como se repartirán los bienes. Así se evitan problemas con la herencia
Las últimas voluntades de un fallecido plasmadas en un testamento pueden terminar siendo papel mojado si el documento no está correctamente redactado, arroja alguna ambigüedad o no se tiene en cuenta los plazos.
Jordi Gallego, abogado en Marimón Abogados, advierte que “muchos testamentos se vuelven prácticamente inaplicables” por estos motivos.
Y es que a la hora de redactar el documento, el testador debe tener en cuenta, indica el abogado, en que hasta casi un mes después de su defunción, sus parientes o allegados no pueden conocer fehacientemente su última voluntad por lo que, quizás, algunas cláusulas no podrían ya cumplirse.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de redactar el testamento
Además, la actual situación económica ha generado que el testador se plantee cuestiones como posibles fórmulas para beneficiar en mayor porcentaje a uno de los hijos, debido a que atraviesa una situación económica más precaria, o que los herederos se planteen no aceptar o renunciar a la herencia cuando las deudas superan el activo.
El testador, a la hora de redactar su testamento, debe tener en cuenta una serie de aspectos. El principal, tener claro quién será el destinario universal de su patrimonio, es decir, su heredero.
En ese sentido, Pilar Pérez Valenzuela, consejera del área Private Client & Wealth Management de Cuatrecasas y abogada experta en derecho de sucesiones, explica que el testamento debe recoger "los datos de las personas que se designan en el testamento, ya sea como beneficiarios (herederos o legatarios) o como albaceas o administradores, para que sean fácilmente identificables en el momento de la aplicación del testamento".
El testamento también debe reflejar los datos de los bienes que se quieran identificar de forma particular, por ejemplo una casa. Incluirá la dirección y, si se dispone de ellos, de los datos registrales o referencia catastral.
Igualmente, deben aparecer las normas de reparto de los bienes y las instrucciones concretas que el testador quiera trasladar a las personas beneficiarias.
Si desea ser equitativo en la adjudicación de su patrimonio.
Por el contrario, si quiere proteger a su pareja o cónyuge con un usufructo vitalicio sobre la vivienda común.
Finalmente, y, en testamentos con aspectos internacionales, qué legislación desea que regule su sucesión.
¿Cómo redactar el testamento?
“Esa es la ‘pregunta del millón’” reconoce Gallego, puesto que una vez abierto el testamento “pueden aflorar resquemores afectivos que bloqueen la aceptación hereditaria”.
El abogado aconseja “dejar la herencia repartida entre los herederos, concretando los bienes”
¿Qué ocurre en el caso de que no haya bienes suficientes? En este escenario, lo más efectivo es “establecer mecanismos para su venta o reparto, evitando que los herederos sean los que distribuyan el caudal relicto”.
También se recomienda nombrar sustitutos tanto en la institución de su sucesor universal como en la del particular; incluso que el testador designe un albacea o un administrador de los bienes hereditarios que deje, debiendo recaer estos cargos en una persona de su confianza.
Como evitar reclamaciones
Las herencias se dividen en tres partes. La legítima estricta, que se reserva a favor de todos los legitimarios no desheredados y que debe ser equitativa.
El tercio de mejora, a favor de sólo uno o varios de aquellos, lo que comporta que alguno/s perciba/n más que otros, o el tercio de libre disposición.
En estos últimos casos se recomienda expresarlo lo más nítido posible para evitar impugnaciones o reclamaciones judiciales.
Todo testamento, además, debe incluir una serie de informaciones para que sea válido. Por ejemplo, en Cataluña, en general, es imprescindible la institución de heredero.
Así, Gallego aconseja que el testamento contenga la sucesión de sus bienes; si se estima necesario, nombrar tutores, curadores o administradores que protejan la esfera personal y o patrimonial de los sucesores menores o con discapacidad.
Otra información imprescindble es determinar a quién pasarán los bienes del testador de un modo claro, sin confusión de dudas o, al menos, que pueda determinarse claramente en el momento de su defunción.
La importancia del asesoramiento
Como última recomendación y, antes de que se redacte, el abogado recomienda asesorarse antes de otorgarlo.
Varios son los motivos. Por un lado, porque el abogado suele conocer aspectos personales y patrimoniales del potencial testador que desconocería otro profesional, como puede ser un notario,
Y, por otro lado, puede asesorarle para evitar excesivas repercusiones fiscales y orientarle para procurar que su voluntad se plasme debidamente para su correcta ejecución.
Pérez Valenzuela, por último, reitera la importancia del abogado porque a la hora de revisarse el testamento se contemplarían todos los posibles escenarios.
Por ejemplo, "cubriría todos aquellos supuestos que pudieran ocurrir y que, en defecto de disposición expresa por el testador, aplicaría lo dispuesto en la legislación, por ejemplo, qué pasaría si el hijo que he llamado como coheredero no quiere o no puede aceptar: en defecto de instrucción expresa la ley atribuye su cuota a los demás coherederos designados".
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