Contratar a mayores de 55 años favorecería en casi un 10% a la economía española
La economía española podría crecer un 9,9% adicional -unos 188.000 millones de euros- en el largo plazo si fuera capaz de incrementar el empleo entre los mayores de 55 años a los niveles de Suecia, según un informe de PwC.
El documento estima que entre 2015 y 2050 el número de personas mayores de 55 años en la OCDE aumentará un 50%, hasta los 538 millones. En este caso, aumentar el empleo de los mayores 55 años hasta las tasas de Suecia supondría un incremento del PIB de la OCDE de más de dos billones de euros.
El estudio sitúa a España (9,9%) en la banda alta del grupo de catorce países, en los que el aumento del empleo en los mayores de 55 años tendría un impacto medio en el PIB (entre 5% y el 9,9%), junto con otros como Francia (9,6%), Portugal (6,5%), Irlanda (5,4%) o Alemania (5%). Grecia (15,5%), Bélgica (12,9%) o Italia (10%) son algunos de los que integran el grupo donde el impacto en la actividad económica es calificado como alto.
En el caso de España, el porcentaje de empleados de entre 55 y 64 años es del 49,1%, veintiséis puntos por debajo del de Suecia -tradicionalmente considerado como una de los mercados laborales más eficientes-. Y el de aquellos mayores de 65 es del 4,9% -por el 21,9% sueco-.
En cuanto a los trabajadores de entre 55 y 64 años que están empleados a tiempo parcial en España, la cifra se mantiene por debajo del 15%, muy lejos de otros países como Suiza, Holanda -donde prácticamente alcanza el 40% - o el Reino Unido -donde se sitúa por encima del 25%-.
Respecto a la edad efectiva de jubilación, está ha ido aumentando desde 2003 en prácticamente todos los países de la OCDE. En España se sitúa en torno a los 64 años, mientras que en Corea, México, Chile, Islandia e Israel, supera los 67 años.
El estudio considera que para poder aprovechar el potencial de los trabajadores de mayor edad se deben tomar medidas en dos ámbitos. Por un lado, los gobiernos deben ser capaces de incluir entre sus prioridades las reformas de los sistemas de pensiones y la puesta en marcha de medidas que incentiven el retraso de la edad de jubilación. Y, por otro, los empleadores deben de apostar por formas de trabajo más flexibles y por nuevas fórmulas de jubilación parcial.