Dividendos: así tributan en la declaración de la renta
¿A qué tipo tributan los dividendos?, ¿qué pasa con los dividendos cobrados en acciones? Son algunas de las cuestiones que los inversores deben resolver en la declaración de la renta
El cobro de dividendos constituye una de las fuentes de rentabilidad predilectas de los inversores españoles, especialmente en ejercicios como el pasado, en el que tanto la renta fija como la renta variable arrojaron minusvalías.
Por eso, ahora que acaba de arrancar la campaña de la renta de 2022 (lo hizo el pasado lunes, 11 de abril), conviene saber qué tributación se aplica sobre la remuneración al accionista dentro del IRPF.
La primera característica reseñable es que los dividendos tributan dentro de la base del ahorro como rendimientos de capital mobiliario.
De este modo, tienen una consideración similar a los intereses obtenidos en los depósitos, por poner un ejemplo.
Los dividendos tributan como rendimientos del capital mobiliario
“Los rendimientos del capital mobiliario son las rentas que proceden de elementos patrimoniales, bienes o derechos de naturaleza mobiliaria de los que el contribuyente es titular y que no están afectos a actividades económicas. Aquí entran, entre otros, la venta de bonos y obligaciones o letras del Tesoro, los dividendos y cupones o los intereses de los depósitos y cuentas corrientes”, explican los expertos de Abante Asesores.
El tipo que se aplica a estos ingresos oscila entre el 19 y el 26 por ciento.
En concreto, corresponde un 19 por ciento hasta los 6.000 euros; un 21 por ciento entre 6.000 y 50.000 euros; un 23 por ciento entre 50.000 y 200.000 euros y un 26 por ciento a partir de 200.000.
Aunque, en general, a la mayoría de personas que cobran dividendos les toca pagar un tipo del 19 por ciento, según se aprecia en las últimas estadísticas disponibles de la Agencia Tributaria, relativas al ejercicio 2020.
Así, hay 2.580.627 de personas que declararon percibir dividendos en la renta del año 2020, que se presentó en 2021.
De ellas, el 58 por ciento declararon importes inferiores a los 1.000 euros por este concepto y el 87,5 por ciento por debajo de esos 6.000 euros.
Más allá de eso, casi el 10 por ciento declaró ingresos por dividendos entre 6.000 y 50.000 euros, el 2,21 por ciento de más de 50.000 euros y el 0,32 por ciento de más de 200.000.
En ese sentido, "a la mayoría de los contribuyentes les coincide el tipo de la retención con el que efectivamente tienen que aplicar”, según explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda.
La aplicación del IRPF calcula automáticamente la imposición
Por eso, lo habitual es que el contribuyente no tenga que hacer nada para declarar los dividendos en el borrador de la renta, pues lo normal es que la empresa que emite las acciones comunique a la Agencia Tributaria el cobro de esos dividendos, con su retención correctamente incluida.
Incluso aunque tuviera que aplicarse un tipo mayor, el programa de la Agencia Tributaria lo hace automáticamente.
“Normalmente, con los dividendos, el borrador le va a aplicar la escala del gravamen según la cuantía que sea, cobre 600 euros o 600.000. Las personas cuando presentan su declaración no tienen que hacer nada con los dividendos porque la aplicación les va a calcular la cuota que hay que pagar por ellos”, apunta Mollinedo.
¿Qué sucede con el dividendo que se cobra en acciones?
Un tratamiento diferente tiene el dividendo que se cobra en acciones (scrip dividend). En ese caso, no se aplica retención y se retrasa el pago de impuestos al momento en que se vendan esas acciones.
El importe de la venta (menos el importe de adquisición de los títulos que dieron derecho a ese dividendo en forma de acciones) se integra en la cuenta de ganancias y pérdidas patrimoniales del IRPF.
Evitar la doble tributación en los dividendos extranjeros
Otra particularidad de la fiscalidad de los dividendos tiene que ver con el cobro de los dividendos de empresas extranjeras.
En ese caso, el bróker, banco o plataforma de intermediación aplicará una retención del 19 por ciento, como ocurre con los dividendos de empresas españolas.
El problema es que esos dividendos ya habrán sido objeto de tributación en sus países de origen, con lo cual es necesario cumplimentar la casilla 588 (de deducciones por doble imposición internacional) para evitar la doble tributación y que nos devuelvan lo retenido en el país extranjero si no supera el 15 por ciento (que establece el convenio de doble imposición).
"Si el importe a rescatar fuera superior del 15 por ciento, habría que reclamar la diferencia a la Hacienda del país correspondiente”, apuntan desde Selfbank.
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