El euríbor en negativo agobia a los futuros propietarios: ¿Hipotecas fijas o variables?
Con el euríbor en negativo, las hipotecas a tipo variable cobran atractivo, con permiso de las fijas
Las hipotecas que se dan en España nunca habían sido tan baratas, como corroboran los datos del Banco de España. Las variables, por la baja cotización del euríbor (el índice con el que se calcula su interés), que en agosto bajó hasta el -0,498%.
Y las fijas, por la competencia bancaria, que ha provocado que se ofrezcan los tipos más reducidos de nuestra historia.
Esto genera una pregunta difícil de responder: ¿es mejor contratar una hipoteca variable o una fija?
Según los analistas del comparador financiero Helpmycash, todo dependerá del perfil del futuro hipotecado y del plazo al que se quiera devolver el dinero.
El tipo variable, para tolerantes al riesgo
Contratar una hipoteca variable, por ejemplo, puede parecer la mejor opción a corto plazo, dado que su interés es más bajo que el de las fijas: el tipo variable medio es de euríbor más 1%, mientras que el fijo es de en torno al 1,50%.
Sin embargo, también es más arriesgado, pues si el euríbor sube, el tipo del préstamo también lo hará, así como las cuotas por pagar.
Por este motivo, desde Helpmycash consideran que hipotecarse a tipo variable es adecuado si se tolera bien ese riesgo y se tiene capacidad para hacer frente a un posible encarecimiento de la cuota.
Afirman, además, que en estos casos es preferible tener un plazo corto, de unos 10 o 15 años, pues así habrá menos probabilidades de sufrir una subida importante del euríbor.
Los que quieran contratar un préstamo hipotecario a tipo variable disponen de ofertas interesantes.
Destacan, por ejemplo, la Hipoteca Open Variable de Openbank, desde euríbor más 0,95% (1,95% fijo el primer año) por domiciliar los ingresos y contratar un seguro de hogar con el banco, o la Hipoteca Naranja de ING, desde euríbor más 0,89% (1,99% fijo el primer año) por domiciliar la nómina y suscribir los seguros de hogar y vida de la entidad.
El interés fijo, para amantes de la estabilidad
Las hipotecas fijas, en cambio, son una opción más cara, pero mucho más estable.
Como su interés es constante y no depende de las oscilaciones del euríbor, sus cuotas mensuales nunca cambian, lo que disminuye el riesgo de impago y permite llevar un mejor control de las finanzas personales.
Así, hipotecarse a tipo fijo es conveniente para aquellas personas que prefieran pagar una cuota estable, aún a sabiendas de que pagarán más durante los primeros años.
De todos modos, si el plazo es largo (de 20 o 30 años) y el euríbor sube en el futuro, las cuotas podrían acabar siendo menores que las de una hipoteca variable.
Para estos clientes, los bancos ofrecen unos tipos realmente bajos, pues les interesa dar más salida a sus hipotecas fijas (ganan más con ellas que con las variables).
Por ejemplo, la Hipoteca Fija de BBVA tiene un interés desde el 1% por domiciliar la nómina y contratar sus seguros de hogar y vida, mientras que la Hipoteca Fija de Bankinter tiene un tipo desde el 1,25% por abrir su Cuenta Nómina, No-Nómina o Profesional, suscribir sus seguros de hogar y vida y tener uno de sus planes de pensiones.
Sea fija o variable, hay que elegir bien la hipoteca
Ahora bien, ya se elija un tipo variable o uno fijo, desde Helpmycash recuerdan que el interés no es el único aspecto en el que hay que fijarse.
Según los analistas de este comparador, es importante elegir bien la hipoteca para no pagar dinero de más: que su interés sea bajo, pero también que tenga pocas o ninguna comisión y que no haya que contratar demasiados productos adicionales.
Por ello, es aconsejable acudir a un mínimo de tres entidades financieras y comparar sus ofertas para ver cuál saldría más a cuenta.
Además, si se tiene un buen perfil (sueldo elevado, un colchón de ahorros importante, estabilidad laboral…), se puede intentar negociar con varios bancos para que mejoren sus propuestas iniciales.