El euríbor se contagia del miedo a la subida de tipos
El euríbor cotiza en enero con suaves subidas, pendiente de los próximos movimientos de la Fed
Los rumores de una subida de tipos por sorpresa por parte de la Reserva Federal en enero no solo han tenido consecuencia en el mercado de bonos, con caída de precios y subida de rentabilidades, sino que también se ha notado en el euríbor.
El índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas ha subido poco más de un 6 por ciento en lo que llevamos del mes de enero, hasta marcar el -0,468 por ciento, su nivel más alto desde que arrancó el año.
Aún así, la cotización media del euríbor para este mes se sitúa en el -0,489 por ciento, nivel cercano al 0-502 por ciento con que cerró diciembre.
La Fed, por detrás de la curva
La Reserva Federal se reunirá el próximo 26 de enero, centrando la atención de los inversores, especialmente después de que el banco central asegura a través de las actas que subiría tipos más pronto que tarde.
Al respecto, Javier Molina, experto de eToro, señala que “a estas alturas de los mercados, no es difícil resumir la situación actual y miedos dominantes en este inicio de ejercicio”.
La Fed se ha quedado “tras la curva”, es decir, no ha subido (nada) los tipos de interés como forma de combatir la inflación y se le ha ido de las manos esta última. Precisamente, el papel a diez años ha tocado el nivel del 1,9 por ciento, el más alto en lo que va de año.
Esto supone que ahora, siendo ya plenamente consciente del problema “no transitorio”, explica el experto, que tendrá que llevar a cabo un ajuste al alza mucho más agresivo y eso, no gusta a los mercados.
Contagio limitado
Estas perspectivas, que como decíamos ha provocado el alza de la deuda estadounidense, ha terminado contagiando a la deuda soberana de la eurozona. El bund alemán ha vuelto a tasas positivas, por primera vez desde mayo de 2019, mientras que la deuda española ronda el 0,70 por ciento a diez años.
Las previsiones es que podría alcanzar el 1,3 por ciento en 2023 coincidiendo con la retirada de estímulos del BCE y la cercanía del alza de tipos.
El euríbor no ha sido ajeno, como decíamos, pero su efecto ha sido más limitado. Así, el indicador depende todavía de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para anotarse fuertes subidas.
Y su presidenta, Christine Lagarde, ha señalado que el organismo mantendrá los tipos sin subir a lo largo de 2022, a pesar de que cada vez hay más voces que anticipan una subida de tipos a final de año. Hasta que esto no suceda no se verá una tendencia alcista clara del indicador.
De hecho, los mercados monetarios de la zona prevé una subida de tipos de 20 puntos básicos para diciembre, frente a los 17 puntos básicos de principios de año.
El euríbor permanecerá en negativo todo 2022
A pesar de la subida de tipos por parte de la Fed y las presiones sobre el BCE, con el PEPP marcando su punto final en marzo de este año, los analistas siguen viendo al euríbor en negativo y más cerca del -0,5 por ciento actual que del cero por ciento.
Así, las estimaciones desarrolladas por Bankinter señalan que terminará el año en el -0,30 por ciento, frente al -0,50 por ciento en el que terminó el año, apenas, 20 puntos básicos menos que a final de año.
Para el próximo año, 2023, la cotización del euríbor se situará en el -0,20 por ciento. De mantenerse estas proyecciones, el euríbor habrá cotizado en negativo siete años, desde que entrara en números rojos en febrero de 2016, un mes antes de que el BCE colocara el precio del dinero en el cero por ciento.