Los grandes errores al dejar y al recibir una herencia
No hacer testamento, no respetar la legítima, no calcular cuánto va a costar heredar o incurrir en gastos excesivos son algunos errores a evitar al dejar o aceptar una herencia
Dejar bienes en herencia o recibirlos pueden generar problemas económicos si ambos procesos no se gestionan bien. No hacer testamento, no respetar la legítima, desconocer que además de los bienes se heredan las deudas o no calcular cuánto cuesta heredar son errores frecuentes que comenten el testador y el heredero y que se pueden evitar.
La mejor forma de hacerlo es asesorarse con un experto, sobre todo cuando la herencia es cuantiosa y testar requiere una planificación compleja.
Hacer testamento evita conflictos
El primer paso para ahorrarse problemas es redactar un testamento ante notario. Otra opción son los testamentos ológrafos -escritos a mano-, pero plantean conflictos si no están bien hechos, invalidando el documento.
También pueden perderse o ser destruidos por los herederos que se consideren perjudicados por la herencia, incluso puede dudarse de su autenticidad.
Por ello, la mejor opción es acudir al notario a hacer testamento. Su precio, entre 50 y 60 euros, compensa los problemas futuros que puede generar no redactarlo.
Cada vez más personas optan por ellos. Según datos del Centro de Información Estadística del Notariado (CIEN), en 2021 el número de testamentos firmados alcanzó los 723.642, el 14,6 por ciento más que un año antes.
La importancia de respetar la legítima
Otro error que se comete al dejar una herencia es no respetar la legítima. Es la parte de bienes que reserva la ley a los herederos forzosos.
En España no hay libertad de testar, por lo que el testador está obligado a dejar un tercio de la herencia a los herederos forzosos, que son los hijos y descendientes. En caso de que no tenga hijos, la herencia pasaría a los padres. El cónyuge heredará en la forma que se establece legalmente.
Por ello, no respetar la legítima en el testamento generaría problemas que llevarían a invalidarlo. La única forma de desheredar a un hijo de la legitima es que los padres prueben que ha cometido algún maltrato físico o psicológico contra ellos o sus allegados.
Los errores del heredero
La primera equivocación que cometen muchos herederos es no acudir a un profesional especializado en herencias para que les informen sobre la herencia recibida y el reparto de bienes.
Esto evitaría que cometieran otro error muy frecuente que es pensar que aceptar una herencia supone obtener dinero o bienes, cuando no siempre es así. También supone recibir todas las deudas y obligaciones del difunto.
Así, cuando las deudas del fallecido superan los bienes que deja, el heredero responde de ellas no solo con el patrimonio recibido en la herencia sino con el suyo propio.
Esto puede evitarse mediante la aceptación de la herencia a beneficio de inventario. Con ello se delimita la responsabilidad del heredero frente a las deudas del fallecido.
En estos casos, si tras la formación del inventario, el pasivo es superior al activo, el heredero solo responde de las deudas hasta donde alcancen los bienes de la herencia, nunca con su patrimonio.
Esta opción es conveniente cuando existen dudas sobre si las deudas del causante pueden superar al activo hereditario.
Ignorar los costes de heredar
Al ser nombrado heredero, la primera pregunta que este debe hacerse es si acepta o rechaza la herencia y si puede hacer frente a los gastos que su aceptación conlleva, incluso en el caso de no traiga deudas aparejadas.
Según datos del CIEN, las renuncias a herencias batieron récords en 2021 hasta alcanzar las 56.557. Supuso un 25 por ciento más que el año anterior, cuando se rechazaron 45.328.
El heredero debe calcular cuánto le va a costar el impuesto de sucesiones y donaciones y, en caso de recibir un inmueble, el impuesto sobre el incremento del valor añadido de los terrenos de naturaleza urbana, más conocido como plusvalía municipal.
También debe tener en cuenta que al año siguiente de recibir la herencia tendrá un incremento patrimonial en renta a consecuencia de haber heredado bienes.
Si no salen las cuentas, los expertos aconsejan renunciar a la herencia, sobre todo en los casos en que hay desinformación sobre ella, en los que el pasivo supere al activo o cuando no se controla cuál es el pasivo.
Otras causas para renunciar es que el testador haya tenido en vida una inspección fiscal y falleciera antes de que terminara. Esa inspección puede tener como consecuencia una sanción económica a la que tendría que responder el heredero.
Lo mismo ocurre cuando el causante ha firmado un aval que puede hacerse ejecutivo tras su muerte dejando pendientes procedimientos judiciales.
Fallos financieros
A los anteriores fallos se suman los financieros, que pueden dejar importantes secuelas en el bolsillo de los herederos.
Uno muy común es el vínculo emocional con la herencia. En estos casos el heredero no se planea si los bienes recibidos son una buena inversión o si le cuestan dinero. A juicio de los expertos “permanecer fieles a las carteras heredadas es un error”.
También lo son: terminar de pagar la hipoteca y renunciar con ello a la desgravación fiscal que conlleva, invertir rápido y mal apostando por productos de elevado riesgo, gastar en lujos que llevan asociados más gastos como comprar una casa cara con elevados gastos de comunidad y de impuestos, o comprar un coche de lujo cuyas visitas al taller supongan un coste excesivo para su nuevo propietario.
Para evitar estos errores los expertos recomiendan al heredero no cambiar nada de su vida durante los seis meses después de recibir la herencia, hasta acostumbrarse a tener ese dinero, y después analizar qué hacer con él.
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