Los mejores productos financieros para dejar en herencia
El efectivo, los fondos de inversión, las acciones y los seguros de ahorro son los activos de mayor calidad al planificar una herencia
Dejar en herencia productos financieros es ventajoso para todas las partes, ya que aportan flexibilidad al testador al planificar la sucesión, ofrecen liquidez a los beneficiarios y ahorran impuestos.
Además, evitan conflictos entre los herederos debido a que al gozar de liquidez facilitan el reparto de los bienes, lo que no ocurre con otros activos como inmuebles o negocios, cuya división suele ser más compleja.
También facilitan el pago de impuestos y de los gastos derivados de la herencia, con lo que se evita malvender activos para afrontar esos gastos.
Dinero en efectivo, el preferido para heredar
El mejor producto financiero para heredar es el dinero debido a su liquidez, se puede disponer de él desde el primer momento, hace más sencillo el reparto y no genera problemas en su valoración.
Además, puede utilizarse para pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD) y otros gastos generados por la defunción hasta que se reparta la herencia, que suele tardar cerca de un mes y medio en el mejor de los casos.
Unit linked y rentas vitalicias
Otros de los mejores productos financieros para planificar una herencia son los seguros de ahorro debido a que no forman parte de la masa hereditaria.
Su ventaja consiste en que el tomador del seguro puede dejar como beneficiario a una persona a la que no le corresponda la legítima, o lo que es lo mismo, que no es heredero legal del difunto.
Tampoco es necesario esperar a la aceptación de la herencia para recibir las prestaciones del seguro, basta con acreditar la condición de beneficiario y liquidar el ISD para cobrarlas.
Entre los seguros más adecuados para planificar una herencia, los expertos destacan las rentas vitalicias y los unit linked. No obstante, hay que tener en cuenta que según el propósito que se persiga con ellos, el riesgo que se pretenda asumir y el momento en que se contraten resultarán más indicados unos u otros.
Planes de pensiones, PPA y PIAS
Los planes de pensiones, los Planes de Previsión Asegurados (PPA) y los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) también están indicados para planificar una sucesión, ya que, además de sus beneficios fiscales y la rentabilidad que generan al ahorrador, le permiten designar libremente al beneficiario en caso de fallecimiento debido a que tampoco se incluyen en la masa hereditaria.
También tienen ventajas para los herederos, ya que ese capital no tributa en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, sino en el IRPF, por lo que la fiscalidad es la misma si rescatan los planes el partícipe o sus herederos.
Fondos de inversión y acciones
Un caso distinto es el de los fondos de inversión y las acciones, que sí forman parte de la masa hereditaria, por lo que su propietario no puede disponer de ellos a su antojo al testar, y, además, tributan en el ISD.
Ambos activos son indicados en los casos en que el dueño de los bienes quiere proteger al cónyuge viudo asignándole el derecho de usufruto sobre ellos para que pueda aprovechar los dividendos y la rentabilidad que generen.
Un aspecto a tener en cuenta en estos casos es que los beneficiarios no tienen que tener miedo a deshacer las posiciones heredadas tanto en acciones como en fondos, ya que mantenerlas por temas sentimentales pueden tener un coste de oportunidad muy alto frente a alternativas de inversión más convenientes.
Los analistas recomiendan al heredero analizarlos y, si es joven, adoptar una exposición más arriesgada porque, posiblemente, los activos recibidos eran de una persona mayor, sus padres o abuelos, y estarían destinados a preservar capital.
Aprovechar la plusvalía del muerto para ahorrar impuestos
Al heredar un producto financiero, los beneficiarios deben tener en cuenta la plusvalía del muerto, una regla fiscal que se aplica a la herencia de fondos de inversión, acciones y a la mayoría de activos financieros, excepto a planes de pensiones y seguros de ahorro.
En condiciones normales, esos beneficios tendrían que tributar en la declaración de la renta como parte de las ganancias del ahorro.
Es decir, al declarar el IRPF, Hacienda se quedaría con un porcentaje de entre el 19 y un 23 por ciento del beneficio generado por esas inversiones, pero la plusvalía del muerto elimina ese peaje fiscal.
En otras palabras, gracias a esta figura, no hay que pagar impuestos en el IRPF por las ganancias acumuladas por acciones, fondos de inversión o fondos indexados.
Desde ING ponen el ejemplo de una persona que hereda un fondo de inversión con una aportación inicial de 10.000 euros y que hubiera conseguido una rentabilidad del 50 por ciento en los últimos 15 años.
En ese caso tendría que pagar impuestos por los beneficios de 5.000 euros, pero al aplicarse la plusvalía del muerto, evita tener que pagarlos, ahorrando casi 1.000 euros en impuestos al rescatar el fondo.
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