Así es el nuevo plan del Santander para facturar más en comisiones

La entidad estrenó a principios de febrero Santander One, que puede llegar a cobrar 240 euros al año en comisiones

El Banco Santander se encomienda a endurecer su política de comisiones para mejorar su margen de intereses con la entrada en vigor a principios de febrero de Santander One.

La entidad que preside Ana Botín ha cambiado su estrategia de relación con el cliente ante unas cuentas que no le salían. El Santander presentó unas pérdidas históricas de 8.771 millones de euros en 2020.

El margen de intereses, que ya lleva cinco años golpeado por la política de tipos al 0% del Banco Central Europeo (BCE), cayó un 9%. A lo que hay que añadir que el confinamiento y la crisis provocada por la pandemia desembocó en una menor actividad que hizo que los ingresos por comisiones en 2020 se redujeran un 15% hasta los 10.015 millones de euros. 

De estas, las comisiones por servicios bajaron un 19,7%, hasta 5.648 millones, mientras las de gestión de patrimonio y comercialización de recursos de clientes cayeron un 10,5%, hasta 3.416 millones. Las comisiones de valores y custodia subieron un 2%, hasta 931 millones.

Subida de comisiones

La llegada del coronavirus fue el golpe definitivo, que provocó un cambio en la política de comisiones de Santander. Hasta la fecha, la Cuenta 1 2 3, que revolucionó el mundo bancario, sobrevivía con sucesivos recortes en sus ventajas. 

El consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, reconoció más de una vez que los tipos al 0% obligaba a revisar las condiciones a la baja. Para hacer más rentable la relación con el cliente era necesario una mayor vinculación o mayores ingresos por los servicios contratados con el banco. 

De ahí nació Santander One

La entidad exige la contratación de tres productos para evitar el pago de comisiones. Por un lado, domiciliar nómina o pensión, seguido de la domiciliación de 3 recibos y, por último, pero no prescindible, el cliente debe tener un producto de financiación (préstamos, hipoteca o renting), un producto de ahorro (fondo de inversión, plan de pensiones o seguro de ahorro, con un importe mínimo de 5.000 euros) o uno de protección (seguro de hogar, auto, vida, o accidentes). 

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Si no se cumplen las condiciones, la entidad cobra 20 euros por mantenimiento de la cuenta, que suman 240 euros al año. En cambio, si se cumplen algunas, pero no todas, la comisión se reduce a 10 euros al mes, o 120 euros al año.

Además, desde abril de 2020, el banco cobraba 12 euros al mes si no se cumplían las condiciones a elegir entre dos paquetes. El primero incluía la domiciliación de la nómina, de recibos o el uso de la tarjeta, mientras que el segundo consistía en tener 20.000 euros en productos de ahorro o inversión en el banco o 1.000 acciones de la entidad depositadas.

Comisiones y requisitos al alza

Este nuevo plan del Santander para mejorar los ingresos por comisiones se lleva a cabo por dos vías. Por un lado, el incremento del importe de las comisiones, hasta 20 euros, desde los 12 euros del año pasado. Y por otro, como recuerda Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto, por un “aumento de las exigencias para no cobrar comisiones”.

Esto tiene una doble consecuencia: aumenta sus ingresos gracias a que los clientes menos fieles pagan más y al mismo tiempo consigue una mayor “atadura” por parte de los clientes fieles, lo que reduce las posibilidades de que estos clientes decidan cambiar de banco. 

Además, esta atadura hace que los clientes que quieran contratar otros productos de inversión, como fondos o planes de pensiones, lo hagan en la entidad dónde están vinculados, con lo cual, se garantiza el incremento de comisiones de patrimonio o de custodia, si lo que decide el cliente es invertir en la compra de acciones. 

Excepciones dentro del banco

Esto no quiere decir que no haya excepciones dentro del propio banco. El banco comercializa la Cuenta Smart, una cuenta para jóvenes sin comisiones y con una operativa cien por cien digital.

El motivo es que se trata de una inversión de futuro por parte de la entidad. Tener como clientes a jóvenes (entre 18 y 31 años) también le permite una puerta de entrada a un cliente vinculado a medida que su situación económica vaya mejorando con la incorporación en el mundo laboral, y, por lo tanto, suscriba una mayor vinculación con la entidad. 

El primer paso en este tipo de cuentas es la Cuenta Mini, diseñada para niños y jóvenes hasta los 17 años. 

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