Planes de ahorro, depósitos o planes de pensiones: ¿qué interesa más ahora?
Cada ahorrador tiene unas necesidades específicas, pero los expertos creen que los depósitos, los fondos monetarios o, incluso, los planes de pensiones interesan más que un plan de ahorro
Los planes de ahorro son productos de inversión conservadores a medio y largo plazo, destinados a pequeños inversores y que incorporan beneficios fiscales para incentivar, como su propio nombre indica, el ahorro.
Existen dos tipos: los planes de ahorro en forma de cuentas (CIALP), que suelen comercializar los bancos; y los planes de ahorro en forma de seguros de vida (SIALP), que se pueden contratar tanto en bancos como en aseguradoras.
Tienen un riesgo bajo, permiten hacer aportaciones periódicas con un máximo de 5.000 euros al año y su principal ventaja es la fiscalidad, tal y como explica Javier Mezcua, especialista del comparador Helpmycash.
“Si rescatas el dinero después de cinco años, no tendrás que pagar impuestos por las ganancias que hayas obtenido. Es decir, tus beneficios estarán exentos de tributación. Eso sí, aunque puedes sacar tu dinero cuando quieras, si lo retiras antes de 5 años, perderás las ventajas fiscales”, dice Mezcua.
Un producto para pequeños ahorradores
Pero este producto también tiene desventajas, como ese límite de aportaciones de 5.000 euros al año, una rentabilidad “no muy alta”, según Mezcua, y el hecho de que el capital solo está garantizado al 85 por ciento, a diferencia de otros productos conservadores como los depósitos.
Por eso, todos los expertos consultados coinciden en señalar que no se trata del producto más adecuado para el momento actual.
“El límite de los 5.000 euros anuales hace que sea más atractivo para jóvenes que empiezan a ahorrar. Pero este perfil de inversor, por su edad, debería invertir con un perfil de riesgo mayor. Por su parte, las personas mayores sí demandan productos más conservadores. Sin embargo, el importe a invertir (5.000 euros al año) se queda un poco escaso así como el horizonte temporal (5 años), que hace que no les sea tan atractivo”, apunta Carlos Farrás, experto de DPM Finanzas.
Un 85% del capital del plan de ahorro está garantizado
Asimismo, Farrás añade que la rentabilidad esperada del producto se ve limitada por el nivel de riesgo máximo que puede asumir, pues al menos el 85 por ciento de la prima debe estar garantizada al vencimiento o al vencimiento de cada depósito o contrato financiero.
“Por hacer una simulación, para una inversión de 5.000 euros con una rentabilidad anualizada del 2 por ciento (neta de gastos) y aplicando el interés compuesto, el ahorro fiscal para ese ahorrador sería de 98 euros (19 por ciento hasta 6.000 euros) o de unos 20 euros por año”, relata Farrás.
Por todo ello, Farrás cree que “la ventaja fiscal de los planes de ahorro a largo plazo no compensa lo suficiente como para ser una alternativa competitiva frente a otras” como los fondos de inversión, que posibilitan “construir una cartera más diversificada y ajustada al perfil de riesgo, en la que además se pueden realizar los cambios que se desee sin tributar, con total disponibilidad y sin límite de importe".
En la misma línea se manifiesta Juan Luis Sevilla, socio de Luna Sevilla Asesores, quien destaca asimismo la liquidez de los fondos de inversión y sus ventajas fiscales (al permitir el traspaso entre productos sin necesidad de tributar).
“Un plan de ahorro a largo plazo ahora mismo solo sería interesante para pequeños ahorradores que no vayan a gastar ese dinero en 5 años, con la filosofía de... como no lo ahorre, me lo gasto. Más allá de eso, hay alternativas conservadoras ahora mismo más interesantes, como los fondos monetarios o los depósitos”, asevera.
Específicamente, los depósitos están pagando actualmente entre un 2 y un 3 por ciento de media; mientras que los fondos monetarios rentan al 4 por ciento, según relata Sevilla. En este contexto, los planes de ahorro "son productos que han perdido su gracia” y, "por eso, no se usan mucho", apostilla.
Los planes de pensiones permiten una aportación mayor
Por su parte, los planes de pensiones tienen una fiscalidad “más favorable” que los planes de ahorro y permiten una aportación superior, según Sevilla.
En concreto, es posible invertir 1.500 euros anuales en planes de pensiones individuales, a los que se pueden sumar otros 8.500 euros en planes de pensiones de empleo (siempre que la contribución empresarial sea de 4.250 euros). Es decir, unos 10.000 euros en total.
En el otro lado de la balanza, los planes de ahorro están diseñados para recuperar el dinero más los intereses a los cinco años; mientras que los planes de pensiones sólo permiten el rescate en determinadas circunstancias.
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