¿Algo que temer tras las elecciones en EE.UU.?

Un camino de rosas: así ha sido la inversión en bolsa estadounidense durante los últimos tiempos. En un periodo de[…]

Un camino de rosas: así ha sido la inversión en bolsa estadounidense durante los últimos tiempos. En un periodo de tres años, los fondos más rentables han ofrecido cifras superiores al 30 por ciento, con algunos vehículos, como el MSIF US Growth, de Morgan Stanley IM, logrando incluso retornos del 50 por ciento. Otros fondos de gestoras muy conocidas como M&G (con su M&G North American Dividend), Vontobel (con Vontobel Funds-US Equity) o JP Morgan AM (con el JPM US Growth) han logrado fuertes rentabilidades, mientras a un año los retornos también se sitúan en el doble dígito, con fondos como el Axa World Funds-Framlington American Growth o el Parvest Equity USA Growth, de BNP Paribas AM, en lo alto de la lista, con subidas máximas cercanas al 16 por ciento, según los datos de VDOS.

Los inversores han interpretado de forma positiva las políticas de endurecimiento monetario y subidas de tipos adoptadas por la Fed, en el marco de un entorno de mayor crecimiento que el resto del mundo -aunque ya en un punto maduro del ciclo-, con sólidos beneficios empresariales y con una inflación creciente. Aunque con algunas medidas impopulares y con las polémicas decisiones que han dado forma a la guerra comercial de Donald Trump, los mercados hasta ahora venían ubicándose en un entorno estable, tanto desde un punto macroeconómico como político, si bien la situación ahora podría cambiar, al menos en el segundo aspecto.

Con el resultado de las elecciones de mitad de mandato, que han permitido a los republicanos mantener el control del Senado pero han dado el poder de la Cámara de Representantes a los demócratas, el mandato de Trump queda entorpecido y el bloqueo político está servido. ¿Qué implicará esto para los mercados? ¿Cambiará el positivo rumbo que han tenido hasta ahora los fondos que invierten en bolsa estadounidense?

En general, los expertos consideran que la nueva situación podría afectar al crecimiento del país, pero no tienen claro que haya fuertes implicaciones en los mercados, e incluso algunas de ellas serían positivas. Y tampoco faltan los que niegan impactos de todo tipo, como Frank Häusler, responsable de Análisis Macroeconómico y Cross Asset de Vontobel: «El resultado de las elecciones de mitad de mandato no altera las estimaciones de crecimiento e inflación para los Estados Unidos y la economía mundial. Es difícil que se produzca un cambio en la política comercial y fiscal del presidente Trump en 2019. El congreso dominado por los demócratas no tiene poder para revertir de forma significativa las políticas», explica.

Mona Mohajan, estratega de inversión de EE.UU. de Allianz Global Investors, cree que a los mercados incluso les puede gustar este resultado: «La agenda pro-crecimiento del presidente probablemente se mantendrá en su lugar: reforma fiscal y desregulación. Sin embargo, las posibilidades de una mayor reforma y desregulación fiscal son ahora escasas», matiza. 

Un menor crecimiento

Sin embargo, las opiniones apuntan a un crecimiento más moderado. «La capacidad de Trump de proporcionar mayores niveles de estímulos a la economía estadounidense y a los mercados se verá limitada en los próximos dos años. Sus recortes de impuestos y medidas de expansión fiscal han impulsado la actividad económica y los mercados», explica Nick Watson, gestor de fondos del equipo multiactivo de Janus Henderson. «Las expectativas de crecimiento económico de Estados Unidos deberían reducirse, ya que es poco probable que veamos más estímulos fiscales», añade Ian Heslop desde Merian Global Investors.

Para Vincent Reinhart, economista jefe de Standish, parte de BNY Mellon IM, el resultado perjudica la actividad económica en dos sentidos: por el freno de la actividad empresarial y por un shock derivado de las políticas de comercio internacional del presidente: «La incertidumbre sobre las políticas económicas frena claramente la toma de decisiones en el sector privado, y tanto los empresarios como los inversores no estarán seguros de qué dirección tomarán a partir de ahora la legislación y la regulación y, algo importante, si las rebajas fiscales aprobadas en 2017 se derogarán en 2021. Es probable que la inversión empresarial se paralice, sobre todo en un sector intensivo en capital como el energético, donde las diferencias políticas entre demócratas y republicanos son especialmente acusadas». Y, en segundo lugar, si el presidente se muestra aún más firme en sus posiciones sobre comercio internacional e inmigración, existe el riesgo de que los aranceles y las restricciones provoquen un shock de costes para la economía estadounidense. En opinión de este experto, la combinación de estos dos aspectos conllevará «un lento crecimiento que podría obligar a la Fed a rebajar sus intenciones con respecto a las subidas de tipos y que fomentará una mayor aversión al riesgo entre los inversores».

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También negativo se muestra el CIO de DWS, Stefan Kreuzkam, que cree que para Wall Street no todas las consecuencias a largo plazo serán benignas: «A largo plazo, es difícil sobrevalorar las consecuencias de las dos últimas elecciones de los Estados Unidos en la inversión. La principal es que los partidarios principales de Trump, a quienes él cariñosamente llama «deplorables», ya no serán ignorados. Cuánto tiempo seguirán junto a Trump, o a cualquier republicano, está por verse. Sin embargo, lo que ya está claro es que es poco probable que vuelva a ser un electorado fiable para el libre comercio y las reformas de derechos: el tipo de políticas, en otras palabras, que podrían favorecer a las empresas estadounidenses y Wall Street».

En positivo...

Aunque no todos son de la misma opinión y otros creen que la restricción monetaria continuará (para Schroders, un impacto inmediato «es una menor probabilidad de más estímulos monetarios»), en línea con lo previsto, de forma estable, y que eso será positivo para los inversores. «La parte positiva del resultado es que en ausencia de grandes cambios legales que supongan un estímulo fiscal, los tipos de interés (cortos y largos) debieran ahora mostrar una senda más estable. Creo que podemos decir hoy que una pausa en el estímulo fiscal resultará en un mejor anclaje de expectativas de precios para la Fed y los inversores, resultando en un comportamiento más moderado en tipos a corto y a largo. Y eso es bueno», dice Alex Fusté, economista jefe de Andbank. El experto también cree que una victoria de los demócratas en ambas cámaras hubiera supuesto el retorno de la apetencia normativa, algo que no pasará, y en comercio y política exterior cree que podríamos ver pasos favorables a los mercados.

También con una visión positiva sobre los mercados, Jeff Schulze, director de estrategia de Clearbridge (filial de Legg Mason), explica que el S&P 500 debería seguir al alza durante el resto del año y en 2019. «La perspectiva de una recesión en EE.UU. está por debajo de nuestro horizonte», defiende, aunque reconoce que el cambio en el liderazgo del Congreso podría llevar a una mayor volatilidad. 

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, recuerda que «históricamente el período inmediatamente posterior a estas elecciones de mitad de mandato es especialmente favorable para la renta variable», y considera que también podrían verse beneficiados otros mercados, incluidos los emergentes. «Esta tendencia y el hecho de que las valoraciones de las acciones mundiales cayesen bruscamente en octubre, sugiere una recuperación saludable hasta fin de año, con las cíclicas e industriales más beneficiadas», dice. Además acciones, bonos y divisas de mercados emergentes se han visto afectados en 2018 por un dólar más fuerte, mayores tipos de interés en EE.UU. y las disputas comerciales: «Estas elecciones pueden proporcionar algún alivio, pues, si como esperamos, el crecimiento de la economía de EE.UU. se enfría hasta niveles más sostenibles, se reduce el riesgo de mayor aumento del tipo de cambio del dólar y también de un aumento de la rentabilidad de los bonos estadounidenses», añade.

Desde M&G defienden también que históricamente los mercados de renta variable lo han hecho bien con Senado y Congreso en distintas manos: «Creo que los resultados serán buenos para los mercados de renta variable en general», explican desde la gestora.

Mohammed Kazmi, gestor y estratega macro de Union Bancaire Privée (UBP), cree que el resultado electoral debe tomarse como un marginal positivo para los mercados de riesgo a corto plazo, «ya que pasamos por un momento importante que reduce la incertidumbre, sin sorpresas en el resultado. Es importante destacar que deberíamos ver un poco de presión tanto en la venta masiva de las tasas de los EE.UU. como en una subida del dólar, ya que se eliminarán las esperanzas de una nueva ronda de estímulo fiscal de Trump. Esto también puede permitir que los mercados bursátiles y de crédito se estabilicen tras la debilidad de octubre», explica. De cara al futuro, las perspectivas para los mercados de riesgo son todavía algo inciertas, «aunque es probable que el sentimiento esté impulsado por los acontecimientos asociados con la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China».

Kenneth J. Taubes, CIO de US Investment Management en Amundi, rechaza reacciones del mercado inmediatas, aunque reconoce que las perspectivas de legislación también determinarán futuros movimientos. «Los mercados de renta fija podrían estar bajo algo de presión si el presidente y el Congreso aprueban un programa de estímulos fiscales aunque esperamos que las rentabilidades del bono a 10 años sigan alrededor de los actuales niveles en los próximos meses. Para las acciones, el precedente histórico ha sido una peor rentabilidad antes de las actuaciones y luego un rally hasta finales de año. Esperamos que esta tendencia se confirme», dice. «Las previsiones son aún positivas para la renta variable estadounidense en 2019, pero con un fuerte foco en la selección a medida que el ciclo económico y financiero madura», añade.

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