Andrew Ang: "La inversión en factores es la democratización de fuentes tradicionales de retornos"
Para este gestor, la inversión basada en factores es como un móvil. No se ha inventado nada nuevo, pero la manera en la que se aplican métricas clásicas está transformando la industria de la gestión.
Andrew Ang, responsable global de estrategias en factores de BlackRock, habla de la inversión en base a tendencias clásicas: el 'momentum' (cuando varios activos se mueven en una dirección) o el 'value' (cotizadas a un precio barato). La novedad no es en qué invierten los fondos, sino cómo lo hacen. De forma eficiente, a un coste bajo y empaquetado en un producto sencillo.
Pregunta: ¿Qué aporta al inversor la inversión en factores?
Respuesta: Los factores son fuentes amplias y persistentes de rentabilidad. Llevan tiempo siendo considerados la mejor parte de la gestión activa: comprar barato en el caso de la inversión 'value', o buscar tendencias en el caso de estrategias 'momentum', o buscando activos de calidad en estrategias de baja volatilidad. Son buenos ejemplos de la inversión en factores; estrategias que llevan implementándose décadas. Lo que sí se ha transformado es la capacidad o la manera de aplicar estos factores. Es algo similar a lo que ocurre con los móviles. Hay poco de nuevo en ellos: siempre se han tenido mapas, servicios de reserva de hoteles, películas, etc. Pero la habilidad de consolidarlo en un único aparato ha transformado nuestras vidas. Y esa misma esencia es la que se aplica a la inversión en factores. Es la capacidad de encontrar tendencias en miles de cotizadas y hacerlo de forma baja en costes, tanto en renta fija como en renta variable, y empaquetado en un vehículo fácil de comprar y vender.
Pregunta: Son métricas tradicionalmente reservadas a la bolsa.
Respuesta: En renta variable es más sencillo entender los beneficios de factores como 'valor', 'momentum', capitalización, 'calidad'. Es un lenguaje que los mejores gestores de la historia han utilizado. Ahora estamos aplicando estos mismos conceptos a la renta fija, al forex, a materias primas... a todos los mercados posibles. Si somos capaces de hacerlo, eso abre las puertas a una infinidad de posibilidades de diversificación en un universo multiactivos.
P: En el contexto actual, ¿qué factores son más atractivos?
R: A día de hoy sobreponderamos 'momentum' dado el punto del ciclo económico actual. El crecimiento mundial está bastante alto, con potencial de que se ralentice en algunas zonas, pero en general la economía global está sana. Y el 'momentum' lo tiende a hacer muy bien en entornos de crecimiento. Infraponderamos 'value'. La dispersión con respecto a valores 'growth' se ha estrechado y eso complica que el 'value' siga teniendo fuelle.
P: ¿Cómo puede la inversión en factores transformar la manera en la que se invierte hoy en día?
R: Pues igual que nuestra vida diaria ha sido transformada por la tecnología. Tengo hijos pequeños y mi vida ha cambiado gracias a la capacidad de ver videos y películas en un móvil. Por primera vez, puedo disfrutar de una cena con mi mujer mientras ellos están entretenidos. La aplicación de esas fuentes de retornos que durante décadas han demostrado ser útiles es lo que permite ese cambio; la transformación de esas ideas de inversión es lo que es innovador. Poner a trabajar estos factores de inversión de manera transparente y a un bajo coste significa que cualquiera tiene la habilidad de comprar un paquete de acciones que están baratas, o tendencias que surgen en mercados de cualquier parte del mundo. Y se puede hacer en un formato fácil de comprar y vender. Es la democratización del acceso a estas fuentes de retornos en una manera antes inaccesible. Hace décadas solo eran terreno de la élite, de profesionales.
P: ¿Podría poner un ejemplo de cómo lo aplicáis a la práctica?
R: Para una cartera 'value' primero mediríamos cuánto de barato está una compañía, lo que determinamos con los datos de precio/valor en libros o precio/beneficios estimados. También nos gusta usar el ratio de valor de la empresa (enterprise value). Son distintas dimensiones de un precio bajo en relación a su valor intrínseco y la recolección de todos estos datos nos permite seleccionar la compañía más atractiva. El segundo paso es formar una cartera optimizada, para maximizar los beneficios de la diversificación y para mitigar los riesgos. La fase final es la implementación de la cartera. Me gusta usar como metáfora la preparación de una tarta. Las métricas serían los ingredientes, que luego deberán combinarse en la proporción adecuada. Pero no basta con eso. Hace falta un buen chef a los mandos, un buen gestor.
P: ¿Entra en la medición factores macroeconómicos?
R: De momento nos hemos centrado en métricas de 'estilo'. Los factores macroeconómicos son importantes ya que son capaces de determinar el movimiento de un valor. En BlackRock hemos desarrollado análisis propios para ayudar a determinar el riesgo político e incluso hay estrategias que se centran en factores macro (inflación, tasa de crecimiento, etc.)
P: ¿Es posible cuantificar el riesgo político?
R: Primero, establecemos el escenario. En muchos casos se establecen en base a acontecimientos pasados, como la crisis financiera de 2008; otros pueden ser hipotéticos, algo igual de importante para nuestras carteras. Hablo de debates sobre el comercio global, o ataques cibernéticos. A partir de ahí nuestros equipos modelan el escenario utilizando una lista limitada de variables: qué efecto tendría, por ejemplo, en los diferenciales de los bonos; qué sectores o países se verían más afectados. Pero la clave es cómo esas variables evolucionan. Debido a la incertidumbre, en muchos casos modelamos diversas versiones de un mismo escenario. Para eventos políticos recientes, por ejemplo, estudiamos las consecuencias de un panorama duro, uno medio y uno laxo. A partir de ahí podemos tomar el impacto inferido en las clases de activo y analizar cómo afecta a nuestras carteras, cuáles son las potenciales pérdidas. Todo evento geopolítico que creemos que puede impactar el dinero de nuestros clientes será modelado.
P: ¿Qué implica para la gestión activa?
R: Los mejores gestores activos han progresado más allá de la inversión en base a factores. En BlackRock creemos en el talento y la capacidad de generar 'alpha'. Pero ese 'alpha' deben ser retornos que excedan a estos factores. Si un gestor no lo logra, hay maneras más eficientes de acceder a estas tendencias. El verdadero alpha ahora exige ideas especializadas. Un gestor basado en fundamentales, por ejemplo, podría aportar que lo conoce todo sobre un nicho pequeño de compañías. En BlackRock lo hacemos con el big data y el 'machine learning'. Otros gestores activos podrán adoptar posiciones muy dinámicas para reaccionar a diversos entornos de mercado.
P: ¿El crecimiento de la inversión basada en factores supondrá unos mercados más eficientes?
R: Veremos mayor valor añadido para el inversor del día a día. Los mercados siempre van a fluctuar. Puede que sea más difícil para los gestores activos tradicionales generar verdadero valor añadido y, al final, eso es muy bueno para el gestor de a pie.