China, los mercados emergentes y la revolución medioambiental
El dragón asiático y el resto de países se comprometen con reducir la emisión de carbono
Mientras en 2020 Europa desplegaba un considerable estímulo ecológico para contrarrestar el impacto económico del Covid-19, los países emergentes no se quedaron quietos.
Kevin Net, gestor de fondos de renta variable internacional en Edmond de Rothschild Asset Management, lo analiza en el siguiente artículo.
China, en particular, sorprendió al mundo el pasado mes de septiembre al anunciar el objetivo de alcanzar la neutralidad del carbono en 2060, unos 40 años antes de lo que esperaban la mayoría de los expertos.
Aunque este objetivo puede parecer lejano en el futuro, tendrá importantes repercusiones en el presente, en particular en la política china de energías renovables y vehículos eléctricos.
China ya es el mayor instalador de energías renovables del mundo, además de ser responsable del 50% de las ventas totales de vehículos eléctricos en 2020 y, creemos que el objetivo de neutralidad en carbono acelerará aún más su abandono de los combustibles fósiles, al tiempo que animará a otros países a seguirlo.
Mayor capacidad de las energías renovables
China es hoy responsable de casi un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), el doble de lo que emite Estados Unidos y el triple de las emisiones de GEI de Europa.
La mayor parte de esas emisiones puede vincularse a la fuerte dependencia de China de los combustibles fósiles, que actualmente representan el 85% de su combinación energética.
China ya se ha orientado hacia las energías renovables, ya que su cuota en la combinación energética pasó del 5% al 15% en los últimos 20 años, y se ha convertido en el mayor productor de electricidad eólica y solar, con más de 450 GW instalados.
De hecho, las ampliaciones de capacidad de energía renovable en China alcanzaron un récord en 2020, con 120 GW de capacidad añadida (72 GW de energía eólica y 48 GW de energía solar).
La cuota de carbono tendrá que caer por debajo del 20%
Sin embargo, para alcanzar la neutralidad de carbono, necesita ir mucho más allá, y los expertos estiman que la cuota de combustible fósil tendría que caer por debajo del 20%.
Aunque algunos tacharon el anuncio de septiembre como una declaración poco convincente, quizá incluso una pequeña provocación tras la salida de EE.UU. de los acuerdos de París, China se ha comprometido a explicar cómo piensa alcanzar su objetivo.
El Presidente Xi aprovechó la oportunidad de la Climate Ambition Summit para detallar la hoja de ruta de China hacia la neutralidad del carbono. China pretende alcanzar el "pico de carbono", es decir, su nivel más alto de emisiones de gases de efecto invernadero, en la década actual. Asimismo, China ha fijado tres objetivos intermedios para 2030.
En primer lugar, reducir las emisiones de CO2 de China por unidad de PIB hasta el 65% de los niveles de 2005; en segundo lugar, reducir la proporción de combustibles fósiles en la combinación energética por debajo del 75% y, por último, alcanzar al menos 1200GW de capacidad de energía solar y eólica instalada.
El 14º plan quinquenal que se anunciará próximamente podría detallar aún más la hoja de ruta.
Grandes expectativas para los vehículos eléctricos
Los vehículos eléctricos (VE) también deberían beneficiarse del objetivo de neutralidad de carbono para 2060. El transporte es responsable del 45% de la demanda de petróleo en China, y la adopción de los vehículos eléctricos debería ayudar a reducir esa carga.
La tasa de penetración de los NEV (VE+híbridos) en China ha pasado del 1,0% en 2015 al 6,2% en 2020, incluso con la reducción de las subvenciones, una cifra que está por encima de la mayoría de los países, a excepción de los nórdicos. China ya representa el 50% de las ventas mundiales de vehículos eléctricos.
El Consejo de Estado adoptó recientemente un plan de desarrollo para los vehículos eléctricos, en el que se fijan objetivos como que estos coches representen el 20% de las ventas de coches nuevos en 2025 y el 50% en 2035.
También aborda la infraestructura de recarga, con el objetivo de disponer de un cargador por cada vehículo eléctrico, meta que se intentará alcanzar con un cargador obligatorio en cada nuevo edificio residencial y con no menos del 10% de plazas de aparcamiento equipadas con un cargador.
¿Por qué este compromiso de China ahora?
Más allá del compromiso de China de reducir el impacto del cambio climático (China lleva muchos años luchando contra la contaminación atmosférica con sus recortes durante el invierno), podríamos interpretar este cambio hacia las energías renovables como un impulso a la seguridad energética.
La reducción de la cuota de combustible fósil permitirá reducir las importaciones de petróleo, ya que China sigue siendo el mayor importador del mundo, y aumentar la cuota de electricidad generada con tecnología y equipos chinos. China ha construido una enorme cadena de suministro para la energía solar a lo largo del año, lo que ha permitido reducir drásticamente los costes.
Otro argumento que se puede esgrimir es que las energías renovables y la tecnología de los vehículos eléctricos podrían ser el siguiente capítulo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, especialmente con Joe Biden adoptando una postura más favorable al medio ambiente que la de su predecesor.
China ha tomado un liderazgo temprano. Casi dos tercios de los paneles solares se fabrican en China. El país ya ha empezado a construir una cadena de suministro nacional completa de vehículos eléctricos, lo que podría permitirle exportar en un futuro.
El fabricante chino de vehículos eléctricos Xpeng anunció el pasado mes de diciembre que empezaría a enviar su SUV eléctrico a Noruega, mientras que su rival Nio planea entrar en Europa en 2021, con el objetivo de vender 7.000 vehículos en dos años.
Por último, este cambio no se produciría si el sector ecológico no fuera también una fuente de creación de empleo. Según Climate Scorecard, China tenía, en 2019, 4,1 millones de puestos de trabajo dentro del sector de las renovables, y el 39% de los puestos de trabajo creados en el sector a nivel mundial en 2019 estaban en China.
El sector de los vehículos eléctricos tenía un total de 1,2 millones de puestos de trabajo en 2020.
¿Qué pasa en otros mercados emergentes?
Corea del Sur también se ha convertido en uno de los principales fabricantes de baterías para vehículos eléctricos, con LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation controlando el 38,8% de la cuota de mercado en 2020, mientras que las empresas chinas eran las segundas con una cuota de mercado del 30,5%.
El gobierno ha destacado esta industria como una prioridad para Corea del Sur, de la misma manera que lo hizo con los chips de memoria hace una década.
La batería no sólo representa hoy en día el 30 % del coste total de un vehículo eléctrico, sino que también es una parte importante del sistema de almacenamiento de energía (ESS por sus siglas en inglés), la infraestructura principal de la red eléctrica moderna que integra energías alternativas.
El papel de India en el clima
India, un país que alberga nueve de las diez ciudades más contaminadas del mundo, también está cumpliendo su parte en cuanto a la reducción de sus emisiones de GEI.
De hecho, India es el único país del G20 que está en vías de cumplir sus compromisos del Acuerdo de París, según el Informe de Transparencia Climática 2020.
El país se ha fijado un objetivo agresivo en materia de energías renovables. El gobierno de Modi ha fijado recientemente el objetivo de instalar 175GW de energía renovable para el año 2022 (100GW de solar, 60GW de eólica, 10GW de biomasa y 5GW de pequeñas centrales hidroeléctricas).
Para 2030, India quiere que el 60% de su electricidad se produzca a partir de energías limpias. Además, India está intentando reducir su dependencia de la importación de paneles solares de China, introduciendo subvenciones (plan PLI) para impulsar la fabricación local.
El gobierno también ha estado debatiendo sobre la energía eléctrica, con un objetivo potencial del 30% de penetración de la energía fotovoltaica para 2030.
Recientemente se rumoreó que Tesla establecería una nueva Gigafábrica en el estado de Karnataka, destacando a India como el próximo mercado importante de vehículos eléctricos.
En una señal reveladora, Reliance Industries, el mayor conglomerado de India, se ha comprometido a ser neutro en carbono para 2035 y a destacar nuevas inversiones en energías renovables y materiales verdes.
Aunque tanto las energías renovables como los vehículos eléctricos tienen un gran potencial a largo plazo, son pocas las empresas que cotizan en bolsa que ofrecen todavía una exposición directa al tema.
Destacamos los promotores de gas urbano (Gujarat Gas, IGL) como empresas que ya se benefician de la cambiante combinación energética de India.
Paralelamente a las energías renovables, India también está promoviendo el uso del gas natural, con el objetivo de alcanzar una cuota del 15% en el mix energético de 2030 frente al 6% actual.
Recientemente, el gobierno ordenó que todas las industrias de la zona de Delhi se pasaran al gas natural, mientras que se tomó una decisión similar o el distrito industrial de Morbi, en Gujarat, en 2019.
Brasil apuesta por la energía renovable
Brasil ya tiene una alta proporción de energía renovable en su mix eléctrico, debido a la importante capacidad hidroeléctrica, que en 2018 representó casi el 65% de su electricidad.
Sin embargo, una sequía en 2015 provocó una importante escasez de electricidad y puso de manifiesto el riesgo de una dependencia excesiva de la energía hidráulica, lo que llevó a Brasil a fijarse como objetivo una combinación energética más equilibrada.
La energía eólica ha experimentado un fuerte desarrollo como resultado, con una CAGR del 21,7% durante 2015-2019, representando ahora casi el 10% de la producción de electricidad de Brasil. Aeris, un fabricante brasileño de palas eólicas con una cuota de mercado del 70% en su mercado nacional, ofrece una buena exposición a este tema.
En conclusión, aunque el cambio climático y las políticas medioambientales se asocian a menudo con el mundo desarrollado, es evidente que los países emergentes también están abordando la cuestión, y las empresas de los mercados emergentes deberían considerarse ya un elemento central del tema.
Más información en la guía de gestoras