Cómo repartir el riesgo en las carteras de planes de pensiones
La renta variable debe suponer un máximo del 20% en la cartera de un ahorrador conservador
Los mercados han comenzado el 2023 con buen pie. Aunque es difícil que este buen comportamiento se mantenga el resto del ejercicio, los expertos prevén que el año será mucho mejor que el que le precedió. Esa perspectiva es la que debe guiar la construcción de una cartera de planes de pensiones en 2023.
“Prevemos un 2023 bueno para bolsas y bonos. La inflación afloja progresivamente, los bancos centrales finalizarán con el proceso de subidas de tipos y la economía muestra más fortaleza de lo esperado inicialmente”, dice un reciente informe de Bankinter sobre planes de pensiones.
En ese documento, los selectores de producto de la entidad proponen una distribución de la cartera de planes de pensiones en función del perfil y de la edad.
La renta variable no debe superar el 20% en carteras conservadoras
En concreto, la renta variable debe suponer un máximo del 20 por ciento en la cartera de un ahorrador conservador; de un 40 por ciento en la de un perfil moderado y de un 70 por ciento en el caso de un inversor agresivo.
En el caso de la cartera conservadora, ese 20 por ciento se puede repartir entre un 5 por ciento dedicado a un plan de pensiones de renta variable estadounidense (Bankinter le ha bajado el peso a la bolsa americana recientemente ante el mejor comportamiento de su homóloga europea), un 10 por ciento a un producto de bolsa europea (se lo han subido por el mismo motivo) y un 5 por ciento a otro de renta variable internacional.
A tres años, el Azvalor Global Value y el Horos Internacional son los planes de pensiones globales que más se revalorizan, según los datos de VDOS, con retornos acumulados del 106 por ciento y del 47 por ciento, respectivamente.
Por su parte, el Magallanes Acciones Europeas se sitúa en tercer lugar, con unas ganancias del 41 por ciento a tres años.
Para la parte de bolsa americana, Bankinter propone un producto de la casa, el Bankinter Variable América PP.
La renta fija de corto plazo y la liquidez acaparan las posiciones en deuda
Por su parte, la inversión en deuda se puede dividir entre un 20 por ciento para un plan de pensiones de renta fija de corto plazo y un 60 por ciento para un monetario.
Actualmente, el monetario que mayor rentabilidad acumula en el año es el Sigma Investment House Short Term Eur, con una revalorización del 0,5 por ciento, según datos de VDOS; mientras que el renta fija de corto plazo más rentable es el Pimco Euro Bond, con un retorno del 3,99 por ciento en 2023.
Por su parte, Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, propone el Plan de Pensiones Renta 4 Renta fija, de duraciones cortas.
“La rentabilidad bruta a vencimiento de la cartera se sitúa en torno al 5,95 por ciento a finales de diciembre, con una duración de 1,5 años. Es un fondo que lo ha hecho históricamente bien”, dice este experto.
La cartera modelo de Bankinter no incluye deuda a largo plazo, que actualmente no gusta a los expertos.
“Ahora la renta fija empieza a pagar. Pero nosotros no estamos incrementando la duración porque pensamos que la rentabilidad-riesgo no está compensada en los tramos más largos y le pueden quedar caídas”, explica Farrás.
La distribución de los planes de pensiones para un perfil moderado
Por su parte, la distribución de los planes de pensiones para un perfil moderado puede ser un 20 por ciento para el producto de renta fija de corto plazo, un 40 por ciento para el monetario, un 15 por ciento para la renta variable estadounidense, otro 15 por ciento para la europea y un 10 por ciento adicional para un plan de pensiones de bolsa global.
Finalmente, en el caso de un ahorrador agresivo, se incrementaría el peso de los productos de bolsa americana y europea hasta un 25 por ciento cada uno; el de renta variable internacional hasta el 20 por ciento; mientras que se reduciría el porcentaje del plan de pensiones monetario al 20 por ciento y el de renta fija de corto plazo al 10 por ciento.