Coronavirus. ¿Cuál es el futuro de la inversión pasiva?
Giorgio Semenzato, consejero delegado de Finizens, analiza cómo saldrá la gestión pasiva de esta crisis.
En los últimos días hemos presenciado cruces de declaraciones entre partidarios de la gestión activa y de la gestión pasiva. Hay dos posiciones muy diferenciadas.
Los primeros afirman que la inversión indexada perderá todo el protagonismo ganado antes de la crisis, mientras que los segundos están convencidos de que saldrán reforzados de ella.
A esta última tesis se apunta Giorgio Semenzato, CEO de Finizens, la gestora automatizada especialista en inversión pasiva. “Nosotros nos fijamos en los datos empíricos, no en las opiniones. Y esos datos apuntan a que el crecimiento de la gestión pasiva se acelerará no solo en España, sino a nivel internacional”, señala.
¿Y qué dicen esos datos? Según Semenzato, en Vanguard, la gestora de inversión indexada de referencia mundial, han tenido flujos netos positivos durante esta crisis. “Nosotros también, pese a las dificultades de las bolsas hemos seguido creciendo”.
El CEO de Finizens añade que en momentos de caídas bursátiles, la gestión pasiva demuestra no solo que ofrece mejores resultados, sino que también hace que el inversor, por su idiosincrasia y psicología, esté más sensible a los resultados de su inversión.
“En este caso, cuando el inversor medio ve que el fondo que compró en su banco o en la gestora activa tradicional ha caído más que la gestión pasiva y además tiene unas comisiones más elevadas, la pregunta es legítima”, dice Semenzato.
“¿Por qué tengo que pagar siete veces más por un fondo de gestión activa si cuando las cosas van mal lo hacen mucho peor y cuando van bien también lo hacen peor en el 95% de los casos, según las estadísticas?”, se cuestiona el CEO de Finizens.
Reacción de los inversores
Sobre el comportamiento de los inversores en gestión pasiva en los peores días del mercado, Semenzato explica que han tenido un patrón de comportamiento muy claro y dos excepciones.
La mayoría, cerca del 85%, no se ha dejado influenciar por las sacudidas de las bolsas “y han mantenido el mismo rumbo y el mismo ritmo de aportaciones precrisis”.
Un 3% ha vendido sus posiciones, “aunque hemos observado que en el 100% de esos casos, las ventas han sido por una cuestión emocional, por no haber tenido una experiencia previa de caídas tan abruptas”.
El porcentaje restante, finalmente, decidió aumentar sus posiciones “al interpretar que las bolsas con las caídas estaban baratas y cuentan con un potencial de revalorización mayor de cara al largo plazo”.