«De la hucha de las pensiones va a quedar la hucha»

En un periodo de auge de la gestión pasiva, este experto defiende la labor de los profesionales de la inversión. «Una gestora puede batir al mercado», sentencia. La clave está en seleccionar el fondo correcto

Mapfre está listo para recordar a la industria de la inversión su secreto mejor guardado: 85 años de experiencia en gestión de activos. De manera discreta y con un enfoque conservador, la aseguradora global ha creado un sólido track récord tanto en renta fija como en renta variable, en mercados desarrollados y emergentes, con la ayuda de un equipo presente en 26 países. José Luis Jiménez, director general corporativo de inversiones de Mapfre desde hace año y medio, afronta el cargo con «la humildad para reconocer que nos somos los mejores en todo».

¿Qué aporta Mapfre AM al mundo de la inversión?

El proyecto es ambicioso. En línea con los planes que tiene el grupo asegurador. Mapfre es uno de los mayores grupos inversores -probablemente el mayor inversor institucional de este país- y tiene una serie de actividades que hace muy bien: la gestión de renta fija, la asignación de activos, así como la gestión de renta variable con un sesgo 'value'. Es algo que llevan haciendo 30 años, de una forma muy tranquila, muy conservadora, con un perfil muy bajo y donde las rentabilidades son espectaculares. Lo más complicado en el mundo de la gestión es tener el talento, la gente, así como una cultura orientada hacia el esfuerzo, en el sentido de generar excelencia en la rentabilidad.

¿Qué visión a largo plazo tiene para la entidad?

Mapfre invierte su propio balance, su propio dinero, por lo que hay una alineación de intereses muy fuerte que no lo tienen todos los jugadores. Cuando vendemos un producto es porque creemos en él y porque nosotros mismos invertimos en ello. Esa fortaleza, en un momento de incertidumbre del mercado tiene mucho valor. No vamos a vender de todo. Vamos a restringir nuestra oferta a aquellos productos donde podamos aportar soluciones excelentes, la que sea la mejor opción para los clientes.

¿Y donde no lleguéis?

Donde no lleguemos, trabajaremos con terceros. Hace poco lanzamos un plan de pensiones con un especialista europeo, Carmignac. Hemos roto el mercado de pensiones español, donde la mayoría de las entidades venden su propio producto. ¿Significa que vamos a ganar menos dinero? Sí, pero también que complementa nuestra oferta de planes y que los clientes van a estar más satisfechos. Si se gestiona con el cliente en el centro de la propuesta de valor es un trabajo bien hecho. Lo que importa es hacer las cosas bien. El año pasado nuestro plan de pensiones Mapfre América rentó un 16,38 por ciento. Es espectacular. La bolsa americana no subió tanto el año pasado. Cuando alguien piensa en la jubilación, la primera entidad que le viene a la cabeza es Mapfre. Porque es independiente, porque tiene buenas rentabilidades. ¿Entra en conflicto con traer a una gestora de fuera? No. También es un acto de humildad reconocer que no somos los mejores en todo.

¿Qué os aporta Carmignac?

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Tiene una gestión muy activa -pueden hacer unas 170 operaciones en un día-, pero también intenta tener un carácter muy defensivo, donde si las cosas van muy bien el fondo irá bien y si van mal hay mucha cobertura a la toma de posiciones. Nosotros somos más puro 'value investing', donde podemos estar invertidos muy a largo plazo.

¿Cuáles son los pilares de la gestora?

Primero, la filosofía. Porque una gestora es capaz de batir al mercado. Es algo que hay que tener muy claro. Si no sabes en lo que eres bueno, apaga y vámonos. Mapfre es un gestor de largo plazo, que lleva casi 85 años invirtiendo su propio dinero. Tanto en bonos de buena calidad crediticia como en acciones, siempre y cuando identifiquemos buenos negocios, con ventajas competitivas y que estén baratos. Es lo que hace nuestro equipo de inversiones global. Podemos estar invertidos en una compañía durante décadas. Luego, el proceso de inversión. Mapfre es una compañía global, la única entidad española con un equipo de inversión en 26 países, físicamente sobre el terreno.

Cada vez entra más dinero a la gestión pasiva. ¿Cómo interpreta esta tendencia?

Lo vemos con cierta preocupación. Por una parte, porque lo barato no siempre es lo mejor. Nos estamos metiendo sonriendo en la boca del lobo. Entiendo a quien haya tenido mala experiencia con un fondo, pero hay que dedicar tiempo a buscar con quién va a ahorrar, porque si se equivoca, puede perder mucho dinero. Hoy en día la gestión pasiva lo único que garantiza es lo que hará el mercado menos la comisión. Simplemente distribuyen el dinero entre las compañías en función de su tamaño y en esa cesta puedes encontrar buenas compañías y malas. Para los gestores activos, que tienen un buen proceso y filosofía es una gran oportunidad.

¿Por qué veis importante ofrecer arquitectura abierta?

Porque el cliente es lo primero. Nuestro compromiso es ayudarles a ahorrar para su futuro y hay que hacerlo con los productos que pensamos que son los mejores. La gente no es consciente de la que se nos viene encima. De la hucha de las pensiones va a quedar la hucha, porque lo que hay dentro... es cuestión de tiempo. Si no empezamos a ahorrar ya, si, como la media, esperamos a los 50 años, será tarde. Supongamos una persona mileurista, ¿va a poder vivir con 400 euros? Si esas personas hubieran ahorrado 10-20 euros al mes durante 40 años, esos 400 euros los podría convertir en 800. Y tendría una jubilación mucho más digna. Es un tema que por el aspecto social de esta compañía nos preocupa.

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