Demografía: invertir en el mundo del mañana con fondos de inversión

Cada vez se vive más; cada vez se vive mejor y cada vez somos más. Los fondos de inversión recogen el reto de la nueva demografía

El mundo cambia rápidamente. Podemos identificar tres tendencias demográficas en marcha, correspondidas por los fondos de inversión: las personas viven más años gracias al aumento de la esperanza de vida, vivimos mejor por la mayor riqueza de las clases medias y la población mundial sigue creciendo, explica a finanzas.com Aneta Wynimko, gestora del fondo Fidelity Funds Global Demographics Fund

El impacto económico de estas tendencias y las oportunidades de inversión resultantes son enormes y podrían afectar a todos los sectores.

Sin olvidar que las consideraciones relativas a la sostenibilidad deben estar estrechamente ligadas a las inversiones que tratan de aprovechar los efectos beneficiosos de estos cambios, de forma que generen rentabilidades a largo plazo atractivas. 

La demografía es una de las pocas ciencias sociales que permite realizar predicciones con un grado de certidumbre relativamente alto.

Podemos predecir con cierta certeza, por ejemplo, cómo serán las poblaciones activas de la mayoría de los países dentro de diez años con mayor certidumbre que en el caso de las previsiones relativas al PIB de esos mismos países.

A continuación, repasamos las tres grandes tendencias demográficas que están dando forma al mundo del mañana. 

Cada vez se vive más 

Durante las últimas décadas, la sanidad ha registrado impresionantes mejoras en todo el mundo que han propiciado el aumento de la esperanza de vida. En la década de 1950 las personas de 80 años podían esperar vivir otros cinco más de media. En 2100, se estima que las personas de 80 años vivirán entre 10 y 15 más. 

Y al mismo tiempo, estamos viendo un descenso manifiesto de las tasas de fertilidad. 

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Como resultado de estas dos tendencias, las personas de 60 años o más son el grupo de edad que más crece en el mundo y se prevé que en 2045 supere por primera vez a los menores de 15 años.

Aunque el envejecimiento resulta más acusado en los países desarrollados, constituye un fenómeno mundial y en todos los países está aumentando el tamaño y la proporción de mayores en su población.

El aumento gradual de la esperanza de vida y el descenso de las tasas de fertilidad han suscitado un conjunto de retos, y el más acuciante de ellos es el rápido aumento de las tasas de dependencia (número de personas de entre 20 y 64 años por cada persona de más de 65 años) en todo el mundo. 

Cada vez se vive mejor 

Durante las últimas décadas, la clase media ha crecido exponencialmente. De los 7.600 millones de ciudadanos del mundo, 3.600 millones pertenecen a la clase media.

Este dato impresiona aún más si tenemos en cuenta que, hace tan solo diez años, el tamaño de la clase media era la mitad. Además, la clase media crece cada vez a mayor velocidad.

Tras alcanzar los 1.000 millones de personas en dicho segmento a finales de la década de 1980, se tardó más de 20 años en sumar otros 1.000 millones a la clase media, pero tan solo 8 años aproximadamente en sumar los siguientes 1.600 millones de personas.

Las estimaciones más recientes sitúan la población total de clase media en unos 5.200 millones en 2030, lo que equivaldrá a aproximadamente dos tercios de la población mundial. 

La mayor parte de las personas que se incorporarán a esta categoría procederán del mundo en desarrollo, sobre todo Asia.

El auge de las clases medias emergentes sostiene una amplia gama de productos discrecionales, desde teléfonos hasta moda pasando por electrónica y automóviles, a lo que contribuye la tendencia de “premiumización”, por la que los consumidores cambian a productos de mayor valor con el aumento de la renta. 

Cada vez somos más 

Durante el último siglo hemos asistido a un incremento rápido y sustancial de la población, mayoritariamente en los países en desarrollo, que continuará durante la próxima década.

Sin embargo, esta tendencia plantea diversos retos a medida que se incrementa la demanda de recursos como alimentos, agua, tierra cultivable y energía, lo que contribuye al cambio climático. 

El Banco Mundial prevé que la demanda de alimentos crecerá un 70 por ciento de aquí a 2050. Para atender esta demanda, las empresas están fabricando fertilizantes y pesticidas sostenibles y desarrollando técnicas agrícolas de precisión que tratan de aumentar el rendimiento de las cosechas. 

Se pronostica que la demanda mundial de agua aumentará alrededor de un 55 por ciento debido a las mayores necesidades de la industria (+400 por ciento), la generación eléctrica de origen térmico (+140 por ciento) y el consumo doméstico (+130 por ciento).

Para atender esta demanda adicional, los gobiernos y las empresas tendrán que invertir en soluciones de gestión del agua, pero también habrá oportunidades para las soluciones que contribuyan a un consumo de agua más eficiente y mejoren el suministro para aquellos con acceso limitado. 

Por último, se prevé que la economía mundial multiplique por cuatro su tamaño en 2050 con respecto al momento actual y, si no se aplican nuevas políticas, necesitará un 80 por ciento más de energía. Además, es esencial reducir la dependencia de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global.

Por lo tanto, el sector energético tendrá que sufrir una profunda transformación durante la próxima década. 

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